Espacios Europeos Francia/ Javier Perote (17/9/2010)
Abro el correo electrónico y me entero de una nueva víctima saharaui. La joven Rabaa Frucaui ha quedado parapléjica a consecuencia de los golpes recibidos de la policía marroquí.
La fotografía es impactante. Me vienen a la cabeza otras imágenes como la de Sultana Jaya la estudiante que perdió un ojo a consecuencia de otra brutal agresión. O la del joven Lembarki muerto a palos en las calles de El Aaiún. Y otros muchos golpeados y humillados.
Esto no puede ser, me digo. No se puede consentir que en las mismas fechas en que se cumple el 65 aniversario de la ONU, el gran pacto por los derechos humanos, ocurran estos hechos.
La Carta de las Naciones Unidas se firma en San Francisco el 26 de junio de 1945, recién terminada la guerra mundial, con el propósito firme de que tamaña hecatombe, cincuenta millones de víctimas, no se vuelva a producir.
El Preámbulo de la Carta de manera solemne expone lo que son los fundamentos morales de la Organización.
NOSOTROS LOS PUEBLOS DE LAS NACIONES UNIDAS RESUELTOS
1º a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles,
2º a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas,
3º a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional,
4º a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad,
Y CON TALES FINALIDADES
a) a practicar la tolerancia y a convivir en paz como buenos vecinos,
b) a unir nuestras fuerzas para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales,
c) a asegurar, mediante la aceptación de principios y la adopción de métodos, que no se usará la fuerza armada sino en servicio del interés común, y emplear un mecanismo internacional para promover el progreso económico y social de todos los pueblos,
HEMOS DECIDIDO UNIR NUESTROS ESFUERZOS PARA REALIZAR ESTOS DESIGNIOS
Según esto, y sin necesidad de enfrascarnos en la lectura de sus 111 artículos, tenemos que ya desde el principio la Organización de las Naciones Unidas reafirma su fe en los derechos fundamentales del hombre y en la dignidad y valor de la persona humana.
Esta voluntad manifestada en el Preámbulo de la Carta es tan cierta que a penas tres años después, 1948, las Naciones Unidas publican la Declaración Universal de los Derechos Humanos fundándose en los mismos principios de la Carta.
Se da la circunstancia de que el principal ponente de la Declaración fue el francés Rene Cassin galardonado en 1968 con el Premio Nobel de la Paz.
Hace escasos meses se produjo una avalancha de denuncias al Secretario General de la ONU por las violaciones de derechos de los saharauis que desde hace tiempo se producen en las zonas ocupadas por Marruecos en el Sáhara Occidental. Entre otras denuncias la del Presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz, el cual añadía su petición a los cientos de ellas en las que se pedía que las NN. UU. se ocuparan de vigilar los abusos que se cometen contra la población saharaui.
Francia se ha opuesto a que el Consejo de seguridad acogiera esta iniciativa. Como todos sabemos, Francia es miembro permanente del Consejo de Seguridad y tiene por ello “derecho de veto”.
Desde los tiempos de la “Marcha Verde”, Francia ha maniobrado para que Marruecos se quede definitivamente con el Sáhara. Ya en 1975 se opuso a que el Consejo de Seguridad condenara la ocupación del Sáhara. Desde entonces, Francia ha venido utilizando su posición en el Consejo de Seguridad, no para defender los principios por los que se fundó la ONU, sino sus intereses.
Los franceses han sabido sacarle jugo al viejo lema Liberté, Egalité y Fraternité, que impresiona mucho, y es frecuente que la gente se refiera a Francia como la nación defensora de los derechos del hombre; nada de eso. Posiblemente en algún momento del pasado fuera verdad. Pero yo, cuando oigo hablar así, no puedo menos que recordar el trato vejatorio que recibieron los republicanos españoles, refugiados allí en 1939 y empleados como carne de cañón frete a los alemanes; o los judíos delatados a la Gestapo; o el colaboracionismo masivo de la población con las fuerzas de ocupación alemanas; mientras se empleaba a los negros traídos de las colonias para sacarles las castañas del fuego, etc. O más recientemente, la hazaña del gobierno francés cuando pusieron una bomba y hundieron el barco de Greempeace, el Rainbow Warrior asesinando de paso al fotógrafo Fernando Pereira.
Y más…
Es necesaria la retirada de Francia del Consejo de Seguridad. Francia no es digna de ocupar un puesto tan importante por su oposición a la defensa de los derechos del hombre y por incumplimiento manifiesto de los principios de la Carta.
N. de la R. Javier Perote es coronel de Infantería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario