lunes, 27 de septiembre de 2010

Guinguinbali. Especial Conferencia de Argel. Por Laura Gallego





GUINGUINBALI LAURA GALLEGO Argel  27/09/2010   “No se trata sólo del derecho a la autodeterminación, sino del derecho a la resistencia: este es un mensaje para todos los injustos del mundo, mientras perpetúen sus injusticias, se encontrarán gente frente a ellos, resistiendo”. El auditorio, a rebosar, rompe en aplausos; pero una parte de él, lo hace como aludidos directos de las palabras del primer ministro del Frente Polisario. Son los 74 activistas saharauis por los derechos humanos que aterrizaron a Argel con un mensaje claro: “Llegaremos hasta el final”.

Y cada vez, pisan con más fuerza: ésta constituye la delegación más numerosa que ha salido nunca de los territorios ocupados para participar en una conferencia internacional.

Junto a ellos, se han reunido estos días hasta 240 participantes de cuatro continentes, de 33 países distintos, 80 de ellos pertenecientes al movimiento asociativo español de solidaridad con el pueblo saharaui. Profesores universitarios llegados desde Washington, parlamentarios chilenos, nicaraguenses o cubanos, representantes de Hungría, de Timor Oriental, o incluso de Francia; amigos africanos, cómo no, desde Nigeria a Sudáfrica o la propia Argelia, juristas de muchos rincones también: todos dedicaron la primera jornada a manifestar su apoyo a ese pueblo, la legitimidad de la resistencia “justa y pacífica” que ejercen contra la última potencia colonizadora en África; el derecho, primigenio e irrenunciable, recogido por todas las instancias internacionales, a la autodeterminación de los pueblos. Su solidaridad con los que sufren la violación de sus derechos, “humanos, políticos, económicos e históricos” en palabras de Carmelo Ramírez, presidente de FEDISSAH.

Algunos, como el profesor egipcio Mohamed Issmat Makr, alertaron a los presentes de quien no deben esperar ayuda: “Si la ONU quisiera apoyarles, lo habría hecho con otros, pero ¿qué nos ha hecho en Afganistán, en Túnez, en Irak, en Palestina, en Libia y en tantos lugares?”, preguntó, en referencia a los musulmanes.

El que fuera comandante de la MINURSO, el nigeriano Finana Femi, desde la libertad que le otorgaba su calidad de jubilado, denunció con claridad las torturas, los abusos, las violaciones y el maltrato que presenció en el Aaiún durante su destino en esas tierras, en 2005, coincidiendo con la Intifada. Y se comprometió a buscar apoyos para impulsar la ampliación de las competencias de este brazo de Naciones Unidas. “Yo ví como la policía marroquí maltrataba a mujeres sin defensa, pero no podía hacer nada. La ONU ya fracasó en Ruanda, donde no evitó un genocidio, y la comunidad internacional no puede permitir que algo así vuelva a suceder en el Sahara Occidental, el mandato de la MINURSO debe extenderse a la protección de la población”.


Desde el movimiento de asociaciones solidarias, Carmelo Ramírez, que camina junto a los saharauis desde hace años, llamó a apoyar “hoy más que nunca la resistencia en los territorios ocupados, seguir garantizando la presencia de juristas internacionales, apoyarles con recursos económicos, potenciar las campañas de denuncia e incrementar el esfuerzo de coordinación” por parte de todas las asociaciones que apoyan la causa. Eso sí, matizó, siempre plegados al mandato de los saharauis y del Frente Polisario “los únicos protagonistas de su destino”.

Los aplausos agradecidos de los activistas saharauis interrumpieron cada intervención. Aunque fue su testimonio, en realidad, el que consiguió enmudecer a más de uno. Frente a una mesa presidida por el Primer Ministro del Frente Polisario, varios activistas subieron al atril para narrar el sufrimiento de las mujeres, en sus propias carnes y a través de sus hijos: “Pero aunque nos degollen, aunque nos quiten a nuestros hijos, no vamos a desistir”, clamó una de ellas.

Para dar cuenta del expolio de los recursos naturales: “El fosfato es expoliado de forma metódica y los trabajadores saharauis despedidos por razones políticas; las riquezas de las costas saharauis podrían ayudar a nuestro pueblo, a los que están en los campos, pero Marruecos las está robando sin ninguna legitimidad, es inconcebible que el territorio esté explotado por el colonizador mientras los saharauis no tienen de qué vivir, eso se llama pillaje y se hace con el apoyo de la UE y de Francia, que incluso lo estimula” se lamentó Sidhamed Lemjibeb.

También los jóvenes, ampliamente representados en esta delegación, denunciaron las injusticias a nivel académico, las trabas que enfrentan para acceder a la universidad, sin poder lograrlo muchas veces: “Es sorprendente que la tribuna universitaria, que debería ser un lugar de debate, de encuentro, se convierta en una toma de mártires, se transforme en tierra de confrontación”, clamó.

Otros dieron cuenta de las torturas, las semanas encadenados que han pasado en los subterráneos de algunas prisiones, el maltrato psicológico. Pero todos terminaban proclamando su adhesión inquebrantable a la lucha: “sabemos que implica sacrificio y estamos dispuestos a llegar hasta el final”.

Para hacerlo, algunos activistas como Antonio Velázquez, el mexicano que recientemente sufrió también el acoso de la policía marroquí en El Aaiún, y Willy Toledo, aprovecharon su intervención para pedir a los activistas internacionales más visitas a los territorios ocupados: “debemos abrazar el posibilismo y exponernos a las mismas porras, exigir una respuesta no sólo a Marruecos sino a España”, dijo el actor. “Esta delegación, y ellos lo saben, va a ser masacrada en su regreso a los territorios ocupados, y debemos estar con ellos, son los protagonistas, y con actos protocolarios no vamos a conseguir nada”, advirtió el mexicano.


Un acto protocolario como la propia conferencia que, sin embargo, para los organizadores fue un éxito, por la participación internacional y saharaui. “Tiene importancia estratégica”, considera Ramírez.

Lo que desde luego quedó claro es que la resistencia ante la ocupación es su derecho más legítimo. Y que no estarán esperando siempre.



"En los territorios ocupados se ha perdido el miedo"  Entrevista Mohamed Yslem Beisaat



GUINGUINBALI LAURA GALLEGO Argel   27/09/2010    Se disculpa por su español, pero acto seguido hila un perfecto castellano, por momentos, propio incluso de un poeta. Aunque su ocupación, la política, esté lejos de ese arte. O quizás no tanto en el caso del pueblo saharaui, apegado a una lucha por uno de los derechos más fundamentales: la libertad. Mohamed Beissat, encargado de África en el Ministerio de Asuntos Exteriores del Frente Polisario. Fue antes embajador en Sudafrica, y en Argelia. Y todavía antes, fue un estudiante refugiado, también en Argelia, cuando estalló la guerra. Terminó en el 91 “con el alto al fuego” y se incorporó al Ministerio de Información.

Se siente orgulloso de su continente, de dónde llegó la solidaridad más cálida y vibrante, dice. Y la primera. Denuncia el Apartheid al que está sometido por el “grupo de los ricos”. Señala a los culpables del sufrimiento de su pueblo, o a los principales aliados de Marruecos: Francia y España. Pero como buen nómada, “si la esperanza fuera mujer, me casaría con ella”, afirma. Así que es optimista respecto al futuro.

P ¿Qué valoración hace de la Conferencia? ¿Ha cubierto sus expectativas?


R Sí, de largo. Ha sido un éxito a nivel de participación saharaui, extranjera, de compromiso y solidaridad. Estoy seguro de que marcará un antes y un después, va a comenzar una nueva etapa.

P ¿En qué dirección?

R Los activistas saharauis están muy decididos, saben de dónde vienen y hacia dónde van, y tienen una determinación de hierro y planes muy ambiciosos. Creo, sinceramente, que los que viven en los territorios ocupados han perdido el miedo, han roto las cadenas de la intimidación y tienen una autoestima a la altura de sus aspiraciones. Y el movimiento solidario ha captado las vibraciones, hay un impulso por renovar sus métodos. Están saliendo con propuestas muy creativas y geniales. Se trata de llamar la atención del mundo no con burkas y barbas, sino con sonrisas, melfas y la bandera tricolor. Creo que el mundo ha tenido la mala tradición de escuchar las bombas y dejarse teñir por el rojo de la sangre, pero ahora hay una parte de la humanidad con una bomba desarmada, con una solución más eficaz que la de cualquier talibán: queremos dar otro ejemplo de la resistencia, no violenta pero más eficaz.

P ¿Se refiere a las propuestas que activistas como Antonio Velázquez o Willy Toledo han defendido, de aumentar la presencia de observadores extranjeros en los territorios ocupados? ¿De dedicar a estas acciones la mayor parte del presupuesto de solidaridad?

R Sí, estamos redefiniendo la solución y llevándola más allá de nuestras fronteras, se trata de fortalecer esta valentía y convertirla en un arma de destrucción masiva.

P Más allá de sus fronteras, pero no tan allá, está su propio continente. Cómo delegado del Ministerio de Asuntos Exteriores para África ¿cómo valora el apoyo de sus vecinos a la causa saharaui?

R La primera generosidad ha sido la africana, la primera solidaridad, la acogida más vibrante y cálida fue la africana. En los años 70 obtuvimos un apoyo masivo de nuestro continente, apoyo diplomático y de todo tipo. Aquí es donde los saharauis se sienten con sus hermanos, es África quien apoyó y reconoció primero nuestra causa, y luchó para que la ONU lo hiciera también. Los periodistas han estado ahí siempre, la primera película sobre el Sahara Occidental es de un cineasta mauritano, el primer reconocimiento vino de Madagascar y Burundi, el movimiento panafricano, desde Argelia hasta Sudáfrica, de Uganda a Nigeria, de este a oeste, hay unanimidad, y por eso Marruecos es el segundo gobierno después del Apartheid sudafricano expulsado de la Unión Africana. Antes que nada es una causa africana. Estamos orgullosos de nuestro continente, luchó para llevar nuestros argumentos al Consejo de Seguridad, y el primer esfuerzo común que realizan la UA y la ONU, la primera colaboración en su historia, fue respecto al Sahara Occidental.

P Quizás lo que falta entonces es que la voluntad del continente se tenga más en cuenta, una voz más fuerte....

R África sufre una injusticia histórica después de la esclavitud, y es su expulsión del Consejo de Seguridad de la ONU. Europa está abusivamente representada y América está también, pero África ha quedado excluida del club de los ricos. Los vencedores de la II Guerra Mundial siguen imponiendo un régimen injusto, perpetúan una injusticia flagrante que da lugar a un mundo blanco, dejando a África fuera de las decisiones del mundo. La causa saharaui es otro ejemplo de este apartheid global.

P ¿Y en qué medida tiene que ver con la explotación de los recursos naturales? En la Conferencia, muchos han señalado el “expolio” de las riquezas del Sahara como principal motivo de la colonización....

R Como consecuencia de ese interés, este bloque de 27 países que tienen las mejores construcciones, con la mejor literatura, cuando actúan hacen lo contrario a lo que dicen esos documentos tan nobles. Europa ha tintado sus actos con la sangre y el sufrimiento de miles de refugiados, el acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos pasará a la historia como el día en que Europa vendió su alma a regimenes totalitarios en contra de sus propios valores, y las víctimas no son sólo los saharauis, son los valores europeos.

P Y frente a ese panorama ¿De dónde sacan la esperanza?

R Si la esperanza fuera una mujer, me casaría con ella (se ríe). Sólo vivo de ella. La única riqueza de los nómadas es la esperanza: esperanza en que vendrán mejores días, mejor cosecha, en que lloverá, en que llegará la paz. Somos, por definición, optimistas, personas positivas, y la justicia terminará por imponerse, sino el mundo no tiene sentido. Mira el ejemplo de Timor Oriental, y ni los saharauis somos más débiles que los timoreses, ni Marruecos más fuerte que Indonesia. Nosotros llevamos esperando 35 años, Sudáfrica lo hizo 500 años, 130 los argelinos...

P Supongo que con esa esperanza ha asumido la sustitución de su colega, por enfermedad, destinado en Bruselas, porque allí, la representación respecto a los marroquís es muy desigual...

R En Europa hay un gran apoyo institucional y parlamentario, pero hay un gran país que se llama Francia, no la de los valores de Igualdad, Libertad y Fraternidad, otra Francia que optó desgraciadamente por alinearse ciegamente con las tesis de Marruecos y que, junto a España, constituyen el gran obstáculo frente al entendimiento europeo de la causa, y la contribución positiva por parte de Europa a la paz. Ellos serían los dos ganadores, junto a los saharauis, en caso de que llegara la paz, y los grandes perdedores de la desestabilidad. Pero paradójicamente, optan por esto último retrasando un Magreb próspero que constituiría su mejor aliado en tiempos de crisis económica.
Pero no vamos a dejar de esperar que la razón triunfe en España y Francia, intentarán fórmulas distintas a las que hasta ahora han fracasado en su esfuerzo por hacer un Sahara Occidental marroquí. Esperamos que inviertan un tercio de esos esfuerzos en conseguir la paz, seguro obtendrán mejores resultados.

P ¿Económicos también?

R Pueden sacar mucho más, el mejor negocio es la paz. La justicia es el único camino hacia la paz, y sin paz no hay buenos negocios.


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