Denuncia nuevamente la "bestial intervención militar" contra el campamento de Gdeim Izik, en el que había 30.000 personas
Agencias, 12 de noviembre de 2010
El Gobierno de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD) ha acusado este viernes a Marruecos de estar llevando a cabo una "limpieza étnica" en el Sáhara Occidental y ha insistido en que el campamento de protesta de El Aaiún tenía un "carácter pacífico" y no hubo nadie que presionara a los residentes para que permanecieran en él.
En un comunicado, el Frente Polisario echa en cara a Rabat que mantiene un "peligroso discurso" en el que "no deja de falsificar acusaciones" con el fin de que los marroquíes se involucren en "su política de limpieza étnica contra el pueblo saharaui".
El Polisario denuncia nuevamente la "bestial intervención militar" contra el campamento de Gdeim Izik, del que resalta su "carácter pacífico". Según afirma, las alrededor de 30.000 personas que había en él estaban "por su propia voluntad y convencimiento" para protestar contra "la crítica situación política, social y económica".
En este sentido, el Polisario "desmiente categóricamente la existencia de milicias o personas que ejercen cualquier tipo de presión contra los desplazados, nobles ciudadanos saharauis que reivindican sus legítimos derechos de manera pacífica".
En este sentido, condena "la discriminación y la limpieza étnica" que lleva a cabo Rabat y que demuestra "inequívocamente su intención de mantener el proceso de represión, persecuciones, humillaciones y encarcelamientos, incluido contra periodistas extranjeros".
Derechos Humanos
Así las cosas, el Polisario considera que "las flagrantes violaciones de los Derechos Humanos cometidas por el Estado marroquí en el Sáhara Occidental" sumadas al desmantelamiento del campamento de protesta y la represión de los disturbios en El Aaiún "convierte las declaraciones marroquíes en mera cortina de humo y muestra su repudio y su desprecio hacia la comunidad internacional".
Además, la existencia de un "cerco" a la ciudad y del toque de queda, "así como la expulsión y detención de observadores y periodistas, confirma su intención de continuar su crimen de limpieza étnica contra el pueblo saharaui en la oscuridad", denuncia la RASD.
Por todo ello, el Polisario reitera su llamamiento al Consejo de Seguridad de la ONU para que intervenga "urgentemente para salvar a decenas de miles de saharauis, auxiliar a los heridos, reconocer las víctimas, búsqueda de desaparecidos, liberación de los detenidos y terminar con la situación de terror que reina en la ciudad de El Aaiún y en los demás territorios saharauis ocupados".
Para ello, piden el envío urgente de "un dispositivo de policía de Naciones Unidas" que se encargue en el marco de la MINURSO "de proteger a los ciudadanos saharauis" y también de "una misión de esclarecimiento sobre este crimen que está cometiendo el Gobierno marroquí".
EL MUNDO Raquel Quílez | 12/11/2010 18:17 horas
Hach Ahmed, el ministro de Cooperación del Frente Polisario -encargado de las relaciones con Latinoamérica-, analiza para ELMUNDO.es la situación límite que se vive en el Sáhara Occidental. Y advierte: 'El del Sáhara ha dejado de ser un conflicto de baja intensidad". [ELMUNDO.es también ha pedido a Marruecos su punto de vista, pero ningún representante ha accedido a contestar].
Ruptura del alto al fuego
"Tras dos décadas de espera y de incumplimientos por parte de la ONU, los saharauis han dicho ¡basta ya! En las zonas liberadas y en los campamentos de refugiados se venía presionando cada vez con más fuerza a la dirección del Frente Polisario para reanudar las hostilidades; y en las zonas ocupadas se ha declarado una rebelión a gran escala contra el yugo de la ocupación poniendo en evidencia las mentiras de Marruecos sobre las 'bondades' de su presencia en el Sáhara Occidental.
Tras la masacre de El Aaiún el alto al fuego ha dejado de ser un logro consolidado, ya sólo pende de un hilo. Marruecos le ha asestado un golpe severo. Si se quiere evitar otro baño de sangre, la ONU y la comunidad internacional en su conjunto deben adoptar medidas urgentes para auxiliar y proteger a la población civil en las zonas ocupadas. Ha de realizar una investigación exhaustiva para determinar responsabilidades, dotar a la MINURSO de los instrumentos legales para la vigilancia de los Derechos Humanos y fortalecer su presencia con nuevos contingentes".
La actuación de Marruecos
"La respuesta del gobierno marroquí ha superado lo desgraciadamente habitual. De la represión desenfrenada y salvaje se ha pasado a una auténtica masacre. Las tropas han aplastado con violencia extrema al campamento de Gdeim Izik. Las víctimas civiles se cuentan por centenares, incluyendo niños. La ciudad de El Aaiún sigue sitiada y junto a las fuerzas militares y cuerpos de seguridad se han sumado los colonos marroquíes en una especie de 'caza' a los saharauis, con lo cual se crea un escenario fuera de control que puede terminar generando odios propios de una limpieza étnica. Mientras, prosiguen los encarcelamientos masivos y los juicios contra los activistas de Derechos Humanos en ausencia de garantías. El del Sáhara Occidental ha dejado de ser un conflicto de baja intensidad. Marruecos, con su desprecio a la legalidad internacional y a la dignidad humana, ha desatado una dinámica de tensiones y amenazas cuyo rumbo resulta impredecible".
La comunidad internacional
"No puede seguir mirando hacia otro lado cuando ve cómo Marruecos establece una censura informativa absoluta y expulsa a todo periodista u observador independiente. Tampoco puede ignorar que la crisis y la creciente tensión tienen que ver con el papel nefasto desempeñado hasta ahora por Naciones Unidas, con una MINURSO escondida en alguna parte de El Aaiún cuando la ciudad está en llamas. Las influencias negativas de Francia y de España, la potencia administradora de 'iure', han impedido hasta ahora que el organismo internacional haga uso de los instrumentos previstos en su Carta para presionar a un Marruecos que incumple sistemáticamente sus resoluciones".
El gobierno español
"España posee las claves para que la comunidad internacional obligue a Marruecos a retirarse del territorio reasumiendo la responsabilidad que le incumbe hasta completar la descolonización que dejó pendiente en 1975. Es lo que hizo Portugal en el caso de Timor Oriental. Y es una auténtica desgracia, porque poco o nada se puede esperar de un gobierno cuyos titulares de Exteriores confunden aún los intereses de la potencia ocupante con las aspiraciones justas de un pueblo invadido y agredido que hasta hace poco era español".
La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez
"Para la Sra. Trinidad Jiménez, ambas reivindicaciones, las del expansionismo marroquí y las del sacrificado y mil veces atropellado pueblo saharaui, son igual de 'legitimas'. Parece que para ella, el argumento de la fuerza bruta es una respetable fuente de legitimidad. Su propósito no es otro que contentar, cueste lo que cueste, al vecino de sur, justificar su desafío a la legalidad internacional y forzar el encaje en ésta de su proyecto colonial conocido bajo el nombre de 'autonomía'".
Naciones Unidas
"Está empantanada y su imagen desacreditada por un problema de descolonización de manual que no es capaz de arreglar y en el que ni siquiera hace nada para proteger a la población y los Derechos Humanos. La situación límite que se vive actualmente en el Sáhara va a condicionar las conversaciones y los esfuerzos de mediación del enviado especial de la ONU, Christopher Ross. No es casual el hecho de que Marruecos haya desatado esta espiral de violencia el mismo día de las negociaciones en Nueva York. Simplemente quiso torpedear la labor de Ross, como ya hizo con su predecesor, James Baker. Por eso, los saharauis no han querido levantarse unilateralmente de la mesa de negociaciones, pese a la fuerte presión ejercida por la opinión dentro y fuera de las zonas ocupadas, especialmente entre las filas del ejército saharaui apostado frente a las posiciones marroquíes en el muro".
La solución que plantea el Frente Polisario
"Se ha limitado a aceptar de buena fe y, viéndolo retrospectivamente, con exceso de ingenuidad, la solución propuesta por la ONU a través de las resoluciones del Consejo de Seguridad 690 y 691 que prevén la celebración de un referéndum de autodeterminación. Por consiguiente, el Frente Polisario lo que plantea es la misma solución de compromiso de Naciones Unidas: poner fin a este proceso de descolonización a través de la única vía de arreglo aceptada universalmente, el ejercicio por el pueblo saharaui de su derecho legitimo de autodeterminación y permitir de una vez, que los saharauis puedan optar libre y democráticamente por la independencia, la integración en Marruecos o incluso por la autonomía presentada por Rabat".
¿Hasta dónde está dispuesto a ceder?
"El Frente Polisario ha hecho concesiones más allá de lo imaginable. Ha sido el que ha permitido llegar en su día a superar las controversias sobre el censo, aceptó las propuestas Baker sobre periodos transitorios previos al referéndum, se comprometió a asumir los resultados. Nunca se ha negado a tratar cualquier tema que se propusiese en las distintas rondas de conversaciones. Hoy, cuando vemos cómo las tropas de ocupación marroquíes masacran a los civiles saharauis, no duda en sentarse en la mesa de negociaciones, aunque no se le vea sentido. Nadie, ni siquiera los aliados de la monarquía marroquí pueden negar la buena voluntad del Frente Polisario y su disposición sincera para alcanzar la solución justa y pacífica que, como en todo proceso de descolonización, ha de pasar por el ejercicio de la autodeterminación".
¿Qué cabe esperar de los próximos meses?
"Cuando un pueblo está siendo masacrado y la ONU no mueve un dedo para proteger a civiles indefensos, cuando Marruecos ha roto unilateralmente el alto el fuego, las razones para la esperanza son mínimas. Ha resultado un hecho evidente que los saharauis no aguantan más. Si una dinámica realmente esperanzadora no se abre paso de manera urgente y logra calmar los sentimientos de malestar y rabia que embargan a todos los saharauis, nada será igual. Es necesario, pues, que de forma inmediata se produzca un cambio de actitud en la ONU y se emprenda la recta final de este larguísimo proceso de descolonización. El año que viene puede ser el del referéndum de autodeterminación o el de nuevas tragedias y tensiones en el Sáhara Occidental".
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