miércoles, 8 de diciembre de 2010

Argentina. En Busca de la Independencia en el Sahara Español



Lunes, 06 de Diciembre de 2010 23:52
 
La violencia que el gobierno de Marruecos ha desatado contra miembros del pueblo saharaui ha reavivado las tensiones subyacentes en esta región del norte de África. Pujas, intereses y mezquindades de los países que desoyen los mandatos de la ONU respecto al Sahara Español

La represión llevada a cabo por Marruecos sobre el campamento que ciudadanos saharauis mantenían a las afueras de la ciudad de El Aaiún en el mes de octubre puso en primera plana la tensión en la que vive este país con el Frente Polisario, movimiento reconocido como único representate del puelblo saharaui. También nos recuerda que la situación política del Sahara Occidental es, por mucho, la más compleja del continente africano ya que hace más de treinta años que inició su proceso de descolonización –proceso que todavía hoy permanece inconcluso– y que, durante todo ese período, el pueblo saharaui ha buscado la celebración de un referéndum que le permita de iure alcanzar su independencia.

Las últimas semanas de octubre fueron el escenario de una serie de sucesos que desencadenaron en la crisis más importante entre Marreucos y El Frente Polisario desde la decada del´70. Representantes Saharauis mantenían un campamento a unos 15km de El Aiún, capital del Sahara Occidental –en protesta por el estado de indefinición política sobre el referéndum–. Marruecos decidió eliminar de forma violenta este campamento el ocho de noviembre, dando lugar al estallidos de disturbios en toda la zona. La escalada de violencia amenaza con poner fin al débil equilibrio en la región, ante el silencio de la comunidad internacional. Mientras que Marruecos se niega a ceder en sus posiciones, el Frente Polisario reclama la intervención de la Unión Europea para garantizar la celebración del referéndum y evitar una guerra, aunque ya ha desplegado reservistas en los territorios que estan bajo su control.

Este territorio, conocido también como el "Sahara Español", formaba parte de las colonias que España poseía en el continente africano. Con el ingreso de este país a Naciones Unidas y la adopción de la Resolución 1514 de la Asamblea General, España debió proceder a la descolonización de la zona para lo cual se organizó un plan que incluía la elaboración de un censo y la celebración de un referéndum de autodeterminación para 1975. En este punto, las presiones marroquíes y sus reclamos en base a supuestos derechos históricos sobre la región impidieron el normal desarrollo del plan de descolonización. Hacia 1975, Marruecos logró por medio de "la Marcha Verde" la ocupación militar de la zona norte del Sahara y presionó, de esta forma, al ya inestable régimen franquista a la firma de los Acuerdos de Madrid que establecían un régimen de administración conjunta sobre la región. La muerte de Franco y el inicio del proceso de transición democrática hicieron que España termine por abandonar a su suerte –y sin un avance concreto sobre el futuro status político y jurídico– al Sahara Occidental.

Las consecuencias de ese abandono todavía hoy siguen latentes y sin resolución debido a la contradicción entre las necesidades del pueblo saharaui y los intereses políticos estratégicos de los actores internacionales implicados directa e indirectamente en el conflicto.

A la luz del derecho internacional y en base a los antecedentes del caso y los pronunciamientos existentes debería poder llegarse a una resolución. Pero es aquí donde entran en juego consideraciones de carácter político que obstaculizan este proceso.

En este contexto, ¿cuáles son las razones para desconocer las consideraciones jurídicas? ¿Cuáles son las posibilidades de llegar a un acuerdo político por fuera de lo previsto en el ordenamiento internacional?

El pueblo saharaui cuenta con un importante aval desde el punto de vista jurídico. La Asamblea General solicitó a la Corte Internacional una opinión consultiva relativa a si era el Sahara Occidental en el momento de su colonización por España un territorio sin dueño o terra nullius; y qué vínculos jurídicos existían entre dicho territorio y el Reino de Marruecos y el complejo mauritano. La opinión dada a conocer el 16 de octubre de 1975 establecía que:

"(...) la conclusión del Tribunal es que los materiales e información presentados a él no establecen ningún vínculo de soberanía territorial entre el territorio del Sahara Occidental y el reino de Marruecos o la entidad mauritana. Por tanto, el Tribunal concluye que no ha encontrado vínculos jurídicos de tal naturaleza que puedan afectar a la aplicación de la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General a la descolonización del Sahara Occidental y, en particular, al principio del autodeterminación a través de la libre y genuina expresión de la voluntad de los pueblos del territorio"

Por un lado, la declaración deja en claro la inexistencia de lazos jurídicos de soberanía o subordinación, desacreditando las reclamaciones marroquíes en base a derechos históricos; y por otro, constituye un reconocimiento al derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui y la necesidad de la celebración de un referéndum democrático que refleje la voluntad del pueblo.

Además, posee ciertos atributos que hacen a la estatidad: un pueblo, con alrededor de 260.000 habitantes, que se reconoce a sí mismo como diferente del pueblo marroquí, con su propio sistema cultural, su propio idioma, y sus tribus; un ordenamiento jurídico–político basado en una Constitución que establece un Estado democrático, con separación de poderes, respeto a los derechos humanos e igualdad de razas, sexo y religión; siendo entonces la unidad territorial lo que falta por alcanzar. Además, la República Árabe Saharaui Democrática ha sido reconocida por 84 países; fue admitida como miembro en la Organización para la Unidad Africana, más allá de la negativa marroquí, que terminó por salirse de la organización como forma de presionar para la revisión de la decisión de admisión.

Pero, ¿cuáles serían las posibilidades reales de constituirse y mantenerse como estado independiente del pueblo saharaui? Obviamente, desde el punto de vista económico, es muy difícil en tanto Marruecos siga desoyendo los reclamos de la Comunidad Internacional y en tanto continúe apropiándose de los recursos que son patrimonio del pueblo saharaui.

Es en este punto donde entran en escena las consideraciones de carácter político-estratégicas de Marruecos, y otros actores importantes.

La región en disputa constituye una significativa fuente de recursos: minas de fosfato, riquezas pesqueras en un importante frente marítimo y posibilidades de existencia de reservas de petróleo y gas.

El fosfato, el recurso más importante de la región, es un mineral utilizado en la industria química relacionada a la producción de pesticidas para cosechas. Los cuatro grandes productores de fosfato son: China, que produce sólo para abastecer su consumo interno; EEUU, que si bien cuenta con una producción importante no logra satisfacer la demanda interna, por lo que debe importar el faltante; Sudáfrica, que sólo cuenta con un 10 % de las reservas; y por último, Marruecos, que es el principal exportador. Entre los yacimientos marroquíes se encuentra el saharaui de Bu Oraa, que le otorga a Marruecos el control sobre el 40% de los yacimientos lo que le da capacidad para imponer precios sobre un mineral fundamental para la producción de alimentos.

Las empresas que llevan a cabo la explotación son principalmente de capitales españoles, que importan el fosfato y pescan en las costas del Sahara mediante un acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Marruecos. Se estima que en 2008 sólo la explotación de fosfato le dejó a Marruecos unos 5.700 millones euros de ganancia, trabajando solo al 10% de su capacidad productiva. Con respector al otorgamiento de licentcias y contratos de explotación realizados por Marruecos a empresas extranjeras, en 2001 el Departamento de Asuntos Jurídicos de Naciones Unidas, en respuesta a la petición del Consejo de Seguridad, reiteró que a la luz de la resolucion de 1975 de la CIJ, Marruecos no tiene soberanía sobre el Sahara Occdental, por lo cual, todos sus actos en dicho territorio, incluida la explotacion de recursos, son ilegales y no valederos por violar los derechos e interes económicos del pueblo del Sahara.

A nivel internacional, los países más importantes han ido tomando posturas más o menos comprometidas con la causa saharaui. EEUU, Francia y Reino Unido apoyan el criterio de autonomía propuesto por el "Plan Baker" que propone para el Sahara el establecimiento de un régimen de autonomía de Marruecos, como única forma de mantener la estabilidad en la región.

Francia es el principal socio comercial de Marruecos y la principal fuente de ayuda oficial para el desarrollo e inversiones privadas y han sido escasas las veces que ha criticado a Marruecos públicamente por sus prácticas en materia de derechos humanos. Además, empresas francesas y norteamericanas tienen acuerdos con Marruecos para la explotación petrolífera frente a las costas del Saharaui.

España, por su parte, posee un compromiso histórico con la región pero no ha estado a la altura de las circunstancias, y aunque apoya la celebración del referéndum de autodeterminación nunca tomó las medidas necesarias para garantizarlo.

Al asumir España, el compromiso de administrar un territorio no autónomo según el artículo 73 de la Carta de Naciones Unidas, se obligaba también a reconocer los intereses de los habitantes y promover, dentro del sistema de paz y seguridad internacional, su desarrollo y bienestar económico, cultural y político. Pero al abandonar el territorio, se vio desligada de las responsabilidades en la protección de los ciudadanos saharauis, el respeto a los derechos humanos que tanto reivindican en otros escenarios, y la garantía de la celebración definitiva del referéndum. Como declaró la Ministra española de Asuntos Exteriores y Cooperación, haciendo referencia a los últimos disturbios en El Aaiún, "a España, como a la UE en general, se le dificulta tomar una posición que comprometa la sólida relación que mantiene con Marruecos", excusándose en la supuesta falta de datos precisos y fehacientes sobre lo ocurrido.

Argelia, y la mayoría de los Estados africanos, apoya el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui reconociendo a la Republica Árabe Saharaui Democrática y respaldando su ingreso a la Unión Africana. Asimismo, ha brindado refugio a los ciudadanos desplazados.

Hoy, la situación es más que complicada. Si la comunidad internacional no se compromete a exigir el cese del bloqueo que Marruecos impuso sobre el Sahara Occidental, sobre todo a la luz de las negociaciones que se llevarán a cabo en diciembre para intentar destrabar el conflicto y evitar que Marruecos siga obstaculizando los procedimientos diplomáticos, el Frente Polisario, según las declaraciones de su delegado en España, "posee armas, hombres y voluntad suficiente para enfrentarse a Marruecos.

(*) Analista Internacional de la Fundación para la Integración Federal

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