miércoles, 8 de diciembre de 2010

Debate en el Senado sobre el Sahara, 30 nov; Moción presentada por el PP 17 nov

Del GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL SENADO, por la que se insta al Gobierno a la adopción de determinadas medidas en relación con las graves violaciones de los derechos humanos que se han producido en el Sáhara Occidental. (Publicada en el Boletín Oficial de las Cortes Generales, Senado, Serie I, número 554, de fecha 29 de noviembre de 2010).
(Núm. exp. S. 671/000116)

A la Mesa del Senado

El Grupo Parlamentario Popular, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 173.2 del Reglamento de la Cámara y a la norma supletoria de la Presidencia del Senado de 30 de noviembre de 1993 que lo desarrolla, tiene el honor de presentar la siguiente moción como consecuencia de la interpelación 670/000134, sobre las acciones que el Gobierno se propone llevar a cabo ante los recientes incidentes que se han producido en el Reino de Marruecos y en los territorios ocupados del Sáhara Occidental.


La situación que se está viviendo en los territorios ocupados del Sáhara Occidental ha alcanzado tales niveles de gravedad que hacen exigible que la Cámara Alta adopte una actitud activa de seguimiento de los acontecimientos, de condena de las acciones represivas que se están cometiendo y de puesta en marcha de iniciativas de ayuda inmediata a las víctimas de los mismos así como de investigación de los sucesos.

Las responsabilidades históricas, morales e incluso jurídicas que tiene España respecto de aquel territorio en vías de descolonización desde hace 35 años descartan que, con el pretexto de una mal entendida neutralidad, las 

Instituciones democráticas españolas se suman en la pasividad, el apaciguamiento y, menos aún, en la connivencia.

No se puede aceptar que las relaciones con Marruecos -cuya importancia estratégica para España debe valorarse y subrayarse, en cuanto que es una de las prioridades de nuestra política exterior- se usen como pretexto para encubrir y silenciar una situación y unos hechos que desafían y conculcan los más elementales derechos humanos y las normas básicas del derecho internacional.

No es admisible que se esgrima la defensa de los intereses españoles en Marruecos -que sin duda es necesario defender- como excusa o pretexto para adoptar un silencio cómplice ante las graves violaciones de los derechos humanos que se están produciendo en el Sáhara Occidental. Menos aún se puede aceptar que se contrapongan intereses y derechos y no sólo porque eso sería un grave fallo moral y jurídico sino también porque es una muy seria equivocación política.

Renunciar a defender unos derechos tan esenciales como el derecho a la vida, la libertad de expresión y de prensa, la libre circulación de las personas, el derecho a disentir pacíficamente y la libertad de conciencia y de opinión no sólo no sirve para defender los auténticos intereses de España, sino que los subvierte claramente. Renunciar a los valores democráticos no sólo no nos fortalece sino que nos debilita y perjudica seriamente haciéndonos perder credibilidad internacional. No se puede admitir una legalidad internacional «de geometría variable» que se aplica selectivamente, según las conveniencias del momento y en defensa de unos supuestos intereses no siempre diáfanos y aceptables.

Como antigua potencia colonizadora y de acuerdo con las normas de derecho internacional, España tiene respecto del Sáhara Occidental una soberanía residual, ya que nunca se transfirió la misma en buena y debida forma, según los propios informes jurídicos de Naciones Unidas. Por eso España no puede dejarse arrastrar por los acontecimientos ni refugiarse en una pasividad benevolente.

Por todo ello el Grupo Parlamentario Popular propone a la aprobación por el Pleno del Senado la siguiente:



MOCIÓN


El Senado insta al Gobierno a:


1. Condenar las graves violaciones de los derechos humanos que se han producido en el Sáhara Occidental, que son evidentes pese al control informativo que ha impedido el libre ejercicio de su actividad a los profesionales de la información.

2. Asumir como antigua potencia administradora un papel activo en el inconcluso proceso de descolonización del Sáhara Occidental.

3. Promover la modificación del mandato de MINURSO para,



a) darle competencias plenas y directas en el ámbito de los derechos humanos, de modo que se ponga fin a su sistemática violación.


b) que pueda proceder a una investigación independiente que aclare los hechos que se han producido en aquel territorio, y de modo especial, la muerte del saharaui con nacionalidad española Baby Hamday Buyema.



4. Promover desde Naciones Unidas las gestiones necesarias para que se proceda urgentemente a poner al pueblo saharaui en condiciones de ejercer el derecho de autodeterminación que le conceden reiteradas resoluciones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Un derecho a la autodeterminación que sólo y en exclusiva se puede ejercer por medio de un referéndum libre, justo, imparcial, y bajo tutela y dirección de Naciones Unidas.


5. Garantizar la libre circulación de los representantes de los medios de comunicación y el pleno ejercicio de sus actividades periodísticas.
Palacio del Senado, 17 de noviembre de 2010. El Portavoz, Pío García-Escudero Márquez.


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CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL
SENADO
Año 2010 IX Legislatura Núm.102
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FRANCISCO JAVIER ROJO GARCÍA
Sesión del Pleno celebrada el martes,
30 de noviembre de 2010


MOCION

-- DEL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL SENADO, POR LA QUE SE INSTA AL GOBIERNO A LA ADOPCIÓN DE DETERMINADAS MEDIDAS EN RELACIÓN CON LAS GRAVES VIOLACIONES DE LOS DERECHOS HUMANOS QUE SE HAN PRODUCIDO EN EL SÁHARA OCCIDENTAL (Número de expediente 671/000116).

El señor PRESIDENTE: A continuación, pasamos a debatir la moción del Grupo Parlamentario Popular en el Senado por la que se insta al Gobierno a la adopción de determinadas medidas en relación con la graves violaciones de los derechos humanos que se han producido en el Sáhara Occidental.

Se ha presentado una enmienda transaccional firmada por todos los grupos; por tanto, decaen las enmiendas del Grupo Parlamentario Socialista y del Grupo Parlamentario Mixto.

Para la defensa de la moción, tiene la palabra el senador Muñoz-Alonso. (Rumores.) Espere un momento, señoría, que se haga silencio. Señorías, guarden silencio, por favor, o abandonen el hemiciclo. (Pausa.)
Adelante, señoría.

El señor MUÑOZ-ALONSO LEDO: Gracias, señor presidente.

Señorías, como saben, esta moción trae causa de la interpelación que se debatió en este Pleno el pasado día 16 de noviembre, como consecuencia de los acontecimientos que se produjeron en el campamento próximo a El Aaiún a primeros de noviembre. Pero no estamos ante un hecho puramente coyuntural porque el desmantelamiento del campamento no se puede desconectar de la situación anómala en la que vive el Sáhara Occidental, el antiguo Sáhara español, desde hace 35 años. La situación es anómala desde el punto de vista del derecho internacional porque se desconocen gravemente las normas de Naciones Unidas que rigen los procesos de descolonización de los pueblos que todavía no han logrado alcanzar la plena libertad o la plena independencia. Y es también anómala desde el punto de vista de los derechos humanos porque la población saharaui, no solo en estos días de atrás, sino desde hace ya muchos años, padece una situación incompatible con la garantía plena de esos derechos.

La situación es, por lo tanto, muy anterior a los hechos que dieron pie a la interpelación que aquí presentamos. Desgraciadamente, la situación sigue igual. No tenemos más que comprobar a diario los medios de comunicación, cómo esos medios de comunicación siguen ocupándose de hechos concretos que se producen en el Sáhara Occidental y que muestran hasta qué punto no se puede hablar de una normalización de esa situación. Sencillamente es imposible que se normalice mientras el proceso de descolonización esté sin concluir.

Las protestas y las condenas se han multiplicado. Quiero referirme muy especialmente a la posición que ha tomado el Parlamento Europeo y a la que está a punto de tomar también el propio Congreso de los Diputados, la otra Cámara de nuestras Cortes Generales. El Parlamento Europeo aprobó, el pasado 25 de noviembre, una resolución que incluso va mucho más allá de lo que pedimos hoy con la moción que presentamos. Va mucho más allá porque toca algunos otros aspectos, por ejemplo el de los recursos naturales del Sáhara Occidental. Por lo tanto, tiene un gran interés. Pero, por otra parte, lo cierto es que se mueve en paralelo a la que nosotros habíamos registrado aquí el pasado 17 de noviembre.

En el Congreso de los Diputados, aunque todavía no se ha votado la proposición no de ley, se persigue algo muy parecido a lo que aquí presentamos y debatimos esta tarde. La causa saharaui es tan importante que exige que todos la apoyemos. Por eso, mi grupo no ha tenido ningún inconveniente en pactar algunos cambios en la moción inicial que habíamos presentado y, en concreto, hemos cambiado el punto número 1 para llegar a una redacción que parece puede recabar el apoyo de todos los grupos parlamentarios de esta Cámara.

Sintéticamente les diré que la moción se mueve en torno a cinco ejes. Primero, la condena de los incidentes concretos del 8 de noviembre. Segundo, la protesta por la violación sistemática de los derechos humanos que se produce en aquel territorio y de una manera específica por las

muertes que se han producido, entre ellas la muerte de un español. Tercero, una investigación independiente de todo lo que allí ha ocurrido que creemos que debe ser llevada a cabo bajo tutela de Naciones Unidas. Cuarto, se pide insistentemente -ya parece un poco ocioso- que se concluya cuanto antes el proceso de descolonización del pueblo saharaui. Y cinco, se presta una especial atención a la libertad de información que efectivamente no ha brillado durante este tiempo en el Sáhara Occidental.

No es solamente esta libertad la que echamos de menos. Les leo un párrafo del texto que yo he presentado donde se dice: «Renunciar a defender unos derechos tan esenciales como el derecho a la vida, la libertad de expresión y de prensa, la libre circulación de las personas, el derecho a disentir pacíficamente y la libertad de conciencia y de opinión no solo no sirve para defender los auténticos intereses de España, sino que los subvierte claramente.» A partir de ahí, nosotros queremos y exigimos que todos estos derechos y, en general, toda la gran tabla de los derechos humanos sean defendidos y garantizados en el Sáhara Occidental y para eso pedimos que Minurso, la misión de Naciones Unidas allí establecida, tenga competencias en este orden de los derechos humanos.

Observo con satisfacción que los grupos parlamentarios han aceptado la nueva redacción que hemos dado al punto 1 y al resto de los puntos tal y como los había presentado mi grupo parlamentario.

Muchas gracias. (Aplausos en los escaños del Grupo Parlamentario Popular en el Senado.)
El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.

Pasamos al turno de portavoces.

Por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra la señora Caballero.

La señora CABALLERO MARTÍNEZ: Buenas tardes, señorías.

Brevemente quiero manifestar el apoyo explícito de Unión del Pueblo Navarro y la satisfacción de haber visto la moción aquí transaccionada por todos los grupos sobre el contenido total de los puntos que recogía la moción presentada por el Grupo Popular.

Mi partido condena toda violación de los derechos humanos, en cualquier circunstancia y lugar donde se produzcan, no solo en razón de los antecedentes históricos u otros aspectos que puedan vincularnos con las víctimas como es este el caso. Condenamos las graves violaciones de estos derechos humanos que se están produciendo y se han producido en el Sáhara Occidental y que suponen una clara vulneración del respeto a la libertad y a la dignidad de las personas. Queremos que el Gobierno de España asuma un papel más activo en este conflicto, que responda a las obligaciones que el pueblo español tiene respecto al Sáhara y al pueblo saharaui.

Por eso, esperamos que este acuerdo que hoy se ha producido ponga fin a esta falta de sintonía que existía entre el Gobierno y el conjunto de ciudadanos que unánimemente vienen prestando su apoyo político y humanitario al pueblo saharaui.

Para nosotros la solución a este conflicto pasa por el reconocimiento al pueblo saharaui de su soberanía y ello supone que sea dueño de su destino y recupere su territorio. Cualquier otra solución estará viciada en origen y puede que responda a las exigencias de los equilibrios internacionales, pero asistiríamos a un nuevo atropello histórico con el que no podríamos estar de acuerdo.

Gracias.

El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el senador Belda.

El señor BELDA QUINTANA: Muchas gracias, señor presidente.

Coalición Canaria, históricamente, se ha manifestado porque el contencioso sobre el Sáhara Occidental se resuelva de forma pacífica en el marco del diálogo de las Naciones Unidas. Igualmente, también hemos defendido siempre los derechos del pueblo saharaui a su autodeterminación y hemos denunciado públicamente las persecuciones de las autoridades marroquíes a los activistas saharauis. Pero una cosa es que defendamos la solución pacífica del conflicto y otra es que nos convirtamos en cómplices de una violación sistemática y con total impunidad de los derechos humanos en el Sáhara por parte de las autoridades de Marruecos, tal y como le decíamos antes a la ministra de Asuntos Exteriores en el turno de preguntas.

Coalición Canaria condena la brutalidad empleada en Marruecos contra la población civil saharaui en un territorio que ocupa en contra de lo establecido en la legalidad internacional e igualmente condena la pasividad de la comunidad internacional ante esa violación de los derechos humanos y el bloqueo a la prensa internacional. Nos resulta incomprensible y lamentable que el Gobierno de España no condene con firmeza y claramente esas violaciones de derechos humanos, reconocidos por informes de ONG que se dedican a la defensa de los derechos humanos, como decíamos antes en las preguntas, y entendemos que el Gobierno se está equivocando en su política en relación con el Sáhara y está huyendo de su responsabilidad que como antigua potencia colonial le corresponde.

Sin embargo, ante el acuerdo del Congreso de los Diputados de esta tarde y la transaccional firmada por todos los grupos, vamos a apoyar esta iniciativa, que coincide en esencia con lo promovido y con lo que pensamos en Coalición Canaria.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el senador Torres.

El señor TORRES I TORRES: Muchas gracias, señor presidente.

Señorías, en relación con los puntos que presenta el Grupo Parlamentario Popular en la presente moción, me

gustaría destacar lo siguiente: por un lado, como dice el Grupo Popular en su moción, condenar las grandes violaciones de los derechos humanos que se han producido en el Sáhara Occidental es factible siempre y cuando tengamos todos los informes completos de todas las partes implicadas. Como bien ha declarado José Luis Rodríguez Zapatero, es muy importante que Marruecos y el Frente Polisario sigan negociando en Nueva York bajo los auspicios de la ONU. Es imprescindible mantener prudencia, contención y seguridad a la hora de actuar, sobre todo por la proximidad de Canarias, Ceuta y Melilla y porque Marruecos es el elemento más sensible de la política exterior actual.

Por otro lado, España ya tiene un papel activo e importante en el Sáhara Occidental y lo ha tenido siempre que ha gobernado un Partido Socialista, cuestión que no fue así cuando gobernó el Partido Popular durante ocho años. Las visitas a Rabat, primero, el día 5 de septiembre del ex secretario de Estado de Asuntos Exteriores, el señor Juan Pablo de la Iglesia, y a Argel después, el día 16, han estado enmarcadas en el tratamiento de asuntos muy puntuales: la preparación de reuniones con Marruecos, la cuestión del gas o del rescate de nuestros cooperantes. Sin embargo, es verdad que todavía existe una complicada evolución del conflicto del Sáhara Occidental.

En cuanto al cuarto punto, ya existe un mandato de las Naciones Unidas que ha sido incumplido sistemáticamente por Marruecos.

En cuanto al quinto y último punto, garantizar la libre circulación de los representantes de los medios de comunicación y el pleno ejercicio de sus actividades periodísticas, estoy totalmente de acuerdo. Sin embargo, me gustaría destacar que debería ser el Gobierno de Marruecos quien diera las garantías oportunas para ello.

Solamente quiero decir que, para que esta moción consecuencia de interpelación sea aprobada por unanimidad, decae mi enmienda por haber llegado a una transaccional firmada por todos los grupos parlamentarios.

El señor PRESIDENTE: Señoría, termine.

El señor TORRES I TORRES: Creo que la propuesta de cumplir en los términos exactos el acuerdo sobre la condena de los hechos, aprobado por el Parlamento Europeo, es una buena fórmula para lograr la unanimidad de esta Cámara.

Muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.

Por el Grupo Parlamentario de Senadores Nacionalistas, tiene la palabra el senador Anasagasti.

El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Gracias, señor presidente.

Decía Maya Angelou lo siguiente: he aprendido que la gente olvidará lo que digas, olvidará lo que hagas, pero nunca olvidará lo que le hagas sentir. Viene bien esta reflexión para repetir desde esta tribuna el sentimiento de abandono sufrido por representantes del pueblo saharaui ante la postura en relación con los hechos de El Aaiún. Comenzó los despropósitos el propio presidente del Gobierno, al decir con total frialdad que las relaciones con Rabat eran un tema prioritario, un tema de Estado: los intereses de España es lo que el Gobierno tiene que poner por delante; la solución del Sáhara es una solución que no se puede imponer a ninguna de las partes, tiene que ser fruto de un acuerdo. ¿Y la legalidad internacional, que se nos argumentaba cuando nos referíamos a Kosovo? ¿En esto sí, y en el Sáhara no? ¿Por qué?
Lo peor vino del ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, al decir que la soberanía sobre el Sáhara la tenía Marruecos. ¿Qué hubiera pasado si Ramón Jáuregui hubiera dicho que la soberanía de Gibraltar es británica? Imagino que hubiera tenido que dimitir, y sin embargo este ministro de la Presidencia todavía no lo ha hecho.

Y vino el ministro del Interior marroquí y se le creyó a pies juntillas todo lo que había dicho. Al responsable del apagón informativo, de la orden de que no visitaran El Aaiún periodistas y policías, se le recibió, se le homenajeó y se utilizó su argumentación: no tenemos noticias y, mientras no haya información, no condenaremos los hechos. ¿Para qué tiene España un cuerpo diplomático acreditado en Marruecos? ¿Para qué tiene España un servicio secreto llamado Consejo Nacional de Inteligencia? ¿Para qué tiene Minurso presencia en Marruecos? Información, la había; pero lo que se ha querido, como siempre, ha sido ganar tiempo, pensando que la crisis se iba a resolver por sí misma. Si han esperado treinta años, pueden esperar otros cincuenta; total…
La tercera opinión que traigo aquí de un responsable del Gobierno es la de la ministra de Asuntos Exteriores, que nos dijo que España no era potencia administradora del Sáhara Occidental y que no tenía responsabilidad en ese país. Lo que me llama la atención es que, miembros del Gobierno del Partido Socialista se extrañen de que, ante semejantes despropósitos, ante semejante dejación de responsabilidades, ante semejante ofensa al pueblo saharaui, la opinión pública española y la opinión pública europea no hayan reaccionado.

Todos sabemos que tras esta guerra de sombras hay un miedo tremendo al chantaje marroquí sobre Ceuta y Melilla; pero el Partido Socialista ha tenido siete años para haber trabajado con Francia y con Estados Unidos la aplicación de la soberanía internacional y para haber logrado poner en su sitio a Marruecos, y no se ha hecho. Se empezó bien, incluso viajando a Tinduf el secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León, y diciendo que este tema estaba en las prioridades de la agenda del Gobierno español; para llegar luego al total desistimiento y aceptar todas las presiones del Gobierno marroquí que, por no permitir, ni siquiera ha permitido la creación del grupo de amistad de esta Cámara con Marruecos, ni eso. ¿Hay un grupo de amistad entre el Senado español y el Senado marroquí? No, no se ha constituido. Algo pasa.

No reconozco, pues, en todo este desaguisado al Partido Socialista de Leire Pajín, con quien viajé en su día a

Tinduf, a la celebración del treinta aniversario de este inhóspito asentamiento. Y no reconocemos en estas tres intervenciones del Gobierno el discurso de los derechos humanos que esgrime el presidente Rodríguez Zapatero a todas horas, para jamás ponerlo en lugar prioritario. Entre derechos e intereses económicos y derechos humanos, siempre se priman los primeros sobre los segundos, aunque a todas horas se nos enarbolen los primeros, pensando sinceramente que somos tontos y que no nos damos cuenta de que se trata tan solo de un mero enunciado retórico.

Y en relación con la condena de los hechos, hay que decir y repetir que toda violencia es condenable; lo es la de ETA y lo es la de la Policía y el Ejército marroquí. No hay violencias buenas y violencias malas. Y si no condenamos aquí sin paliativos todas las violencias, que tampoco se les pida a otros que lo hagan. Todas las libertades son solidarias. Todas.

Mi grupo parlamentario -y hablo en nombre de todos- considera que se ha llegado a un acuerdo y se ha presentado una enmienda transaccional, que lógicamente vamos a apoyar. ¡Faltaría más! Y lo vamos a hacer, sobre todo, porque se ha apoyado en el Parlamento europeo. Pero también hay que decir que el primer punto de esta enmienda transaccional tiene su trampita. Dice así: Primero. Manifestar la más profunda preocupación por el notable deterioro de la situación en el Sahara Occidental y condenar con firmeza los violentos incidentes… -¿pero quién produjo los violentos incidentes que tuvieron lugar en el campamento de Agdaym Izik?- cuando estaba siendo desmantelado… -¿pero quién lo desmantelaba?- … y en la ciudad de El Aaiún, conocidos pese al control informativo… -¿pero por parte de quién?-… que ha impedido el libre ejercicio de sus actividades a los profesionales de la información. Es decir, condenamos de una manera un poco light, para que no se moleste demasiado el Gobierno marroquí y para, de alguna manera, contentar a la opinión pública.

En este tipo de cosas hay que ser suficientemente claros, suficientemente contundentes y suficientemente directos. Nosotros condenamos la violencia del Gobierno, de la Policía y del Ejército marroquí.

Muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.

Por el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió, tiene la palabra el senador Roig.

El señor ROIG I GRAU: Muchas gracias, señor presidente.

Intervengo desde el escaño y brevemente, para decir que en el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió nos congratulamos sinceramente por el acuerdo adoptado. Creo que es imprescindible en este tema y, en general, en nuestras relaciones con Marruecos, actuar con extrema prudencia y exquisita diplomacia. ¿Quiere esto quiere decir que se puede mirar hacia otro lado, cuando se pueden estar violando los derechos humanos? Rotundamente no. Nada es más importante que los derechos humanos. Por ello, el primer punto de la moción que hemos transaccionado es rotundo en el planteamiento: manifestar nuestra más profunda preocupación por el notable deterioro de la situación y condenar con firmeza los violentos incidentes que se produjeron en el campamento de Agdaym. En este sentido, el planteamiento que hace el Senado es rotundo. En esta moción pedimos, además, una investigación independiente que aclare los hechos, porque pensamos que hay sombras que hay que despejar. Pero el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió quiere dar un margen de confianza a la ministra y a la diplomacia española; que actúe con rigor, con transparencia y también con prudencia.

El punto cuatro de la moción plantea también la necesidad de que el pueblo saharaui ejerza su derecho de autodeterminación, promovido por Naciones Unidas. En definitiva, el Grupo Parlamentario de Convergència i Unió está satisfecho por el acuerdo adoptado.

Muchas gracias, señor presidente, señorías.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.

Por el Grupo Parlamentario de Entesa, tiene la palabra el senador De Puig.

El señor DE PUIG OLIVE: Muchas gracias, señor presidente.

Señorías, subo a la tribuna satisfecho porque vamos a votar, creo que unánimemente, una moción presentada por el Grupo Parlamentario Popular sobre la base de una transaccional, casi definiría que menor, porque no ha cambiado sustancialmente el texto inicial. Todos vamos a votar a su favor y lo celebro porque se trata de un tema, la situación del Sáhara, que no es para tirarnos los trastos a la cabeza en España, sino para denunciar los hechos de forma positiva. Efectivamente, esta es una moción esencialmente muy parecida a la del Parlamento europeo, con lo cual estamos en la misma línea de lo que piensan los parlamentarios de aquella institución.

Yo he tenido varias grandes preocupaciones después del momento en el que se produjeron los primeros hechos de violencia. La primera ha sido la violencia, las muertes, los asesinatos, la conculcación de los derechos humanos; todos, todos, me han preocupado todos los muertos; los de un lado y los del otro, porque los hay. Es injusto leerse solo una parte del informe del Human Rights Watch y no ver que, mientras unos dicen que hay 39 fallecidos en un hospital, Human Rights Watch habla de nueve. Alguien miente. ¿Cuál de ellos? Cuidado con las informaciones, porque las que son contradictorias llevan a la confusión. La moción lo plantea claramente: se condena todo acto de violencia, toda violencia, toda vulneración de los derechos humanos.

La segunda cuestión que me preocupaba, y que me preocupa, es cómo salimos de esta, y cómo salimos hacia un futuro que vaya a favor del acuerdo, de la solución; que debería ser una solución -al menos nosotros estamos a favor de ello- a través del diálogo entre las partes y de la única manera posible: o bien el acuerdo o bien la autode-

terminación en un referéndum libre, justo e imparcial, bajo la tutela de las Naciones Unidas. Conocemos las dificultades para llegar a eso, sabemos que no es fácil; desde luego, es fácil proclamarlo pero lo es menos que se realice.

En todo caso y por último, quiero señalar que le dije a la ministra de Asuntos Exteriores de nuestro Gobierno que me preocupaba mucho que la opinión pública española estuviera confusa. Cierto que es necesario tener información y dar esta información, que la ciudadanía conozca exactamente lo que está pasando. Se nos dice: lo haremos cuando tengamos toda la información. Muy bien, cuando tengamos toda la información -y para no seguir en la confusión a que he aludido-, condenemos a quien haya que condenar; rotunda y claramente, pero a partir de informes veraces, a partir de realidades. Yo creo que cuando se realice la denuncia, la opinión pública comprenderá que, en cierta medida, ya se pide eso en la moción que vamos a votar a favor con la transaccional que ustedes han mencionado.

Muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.

Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el senador Carracao.

El señor CARRACAO GUTIÉRREZ: Gracias, señor presidente.

Señorías, me corresponde defender la posición del Grupo Parlamentario Socialista respecto a la moción consecuencia de interpelación presentada por el Grupo Parlamentario Popular y defendida por el senador Muñoz-Alonso, a quien agradezco muy sinceramente la predisposición favorable que ha tenido desde el primer momento y que ha permitido que todos los grupos hayamos podido alcanzar este acuerdo. Por ello, el Grupo Parlamentario Socialista acepta la moción sobre las acciones que el Gobierno se propone llevar a cabo ante los recientes incidentes en el Sáhara Occidental, porque algunos de los apartados de esta moción coinciden con la acción del Gobierno, aunque en otros tenga que hacer algunas matizaciones.

Señorías, el conflicto saharaui es, desgraciadamente, antiguo; 35 años después de la ocupación marroquí y del establecimiento de los campamentos de refugiados en Tinduf, en el desierto argelino, no se ha logrado todavía una solución definitiva.

Desde que los socialistas ganamos las elecciones en 2004, España no ha cambiado su posición ni ha dejado de defender el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui; sí ha cambiado la forma de afrontar el conflicto. La política española actual ha pasado de una neutralidad pasiva a una diplomacia activa, favoreciendo de esta forma el acercamiento de posiciones entre Marruecos y el Frente Polisario. El Gobierno, señorías, no tiene una posición ambigua, ni confusa; tiene una posición responsable. Sepan que no corresponde al Gobierno español mediar o proponer fórmulas de solución; lo que sí puede y debe hacer, y lo hace, así como el resto de la comunidad internacional, es ayudar a las partes a allanar los obstáculos que dificultan la reanudación del diálogo, incluida la desconfianza mutua.

El Gobierno socialista, señorías, se ha implicado a fondo en esta cuestión. Por primera vez dispone de una estrategia propia de cooperación para los saharauis. El papel de España en la ONU está siendo mucho más activo y es consciente de que puede ejercer su influencia, dado el alto nivel de interlocución y los intensos contactos que mantiene con las partes -Marruecos y el Frente Polisario- y con los países concernidos -Argelia-. El Gobierno español, señorías, tiene un compromiso activo y responsable en este sentido.

Respecto a la primera proposición, el Gobierno deplora los hechos acaecidos en el territorio del Sáhara Occidental, la posición del Gobierno es igual que la expresada por las Naciones Unidas y por la Alta Representante de la Unión Europea: preocupación por los hechos en el Sahara Occidental, deplorar y lamentar lo ocurrido. Y, sí, posición de cautela hasta que no se disponga de una información procedente de una investigación imparcial y detallada de los hechos. Hasta ese momento, el Gobierno no puede emitir otro tipo de valoraciones. Pero ello no obsta para que el Gobierno, como hoy hace nuestro grupo parlamentario, condene el uso de la fuerza contra quienes ejercen sus derechos de forma pacífica.

Respecto al punto segundo, el Gobierno, como antigua potencia administradora, tiene un compromiso activo en el proceso de descolonización del Sáhara Occidental; el cual, tal y como señalan las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, tiene que culminar alcanzando una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable por las partes, que permita la autodeterminación dentro del marco de las Naciones Unidas.

Señorías, desde la perspectiva humanitaria, España es el primer donante internacional a la población saharaui. La contribución del pasado ejercicio fue de 9 millones de euros -se ha multiplicado por 6 la ayuda que se concedía en el año 2004- y la cifra total es de más de 27 millones de euros, porque aquí hay que sumar las contribuciones de ONGs, y de administraciones locales y autonómicas.

El señor PRESIDENTE: Señoría, le ruego termine.

El señor CARRACO GUTIÉRREZ: Termino, señor presidente.

La promoción, defensa y protección de los derechos humanos es para mi Gobierno uno de los principales ejes de su política exterior. En relación con la investigación de la muerte del ciudadano de nacionalidad española, Baby Hamday Buyema, España ha solicitado al Gobierno marroquí el total esclarecimiento.

Y, por último, señor presidente, tal y como ha manifestado la ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación…,
El señor PRESIDENTE: Señoría, por favor, termine.


El señor CARRACAO GUTIÉRREZ: Termino, señor presidente.

… La libertad de información y de prensa son elementos imprescindibles del Estado y de la democracia, y forman parte del mandato constitucional y del pluralismo en el que el Gobierno se reconoce y con el que se identifica.

Nada más, y muchas gracias. (Aplausos en los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.)
El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.

Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el senador Muñoz-Alonso.

El señor MUÑOZ-ALONSO LEDO: Gracias, presidente.

Quiero aprovechar este turno de portavoces para, ante todo, dar las gracias a los grupos por el apoyo que dan a la moción. Pero, al mismo tiempo, quiero utilizarlo para expresar la posición de mi grupo sobre el tema del Sáhara.

Estamos, señorías, ante las consecuencias de una flagrante irresponsabilidad, desde el punto de vista de la legalidad internacional y de la propia dignidad internacional de España, cometida por la debilidad de una dictadura, hace ahora ya muchos años, agónica política e ideológicamente, y no podemos permanecer impasibles. Se ha entregado a un pueblo de un colonizador a otro, sin permitirle que tome la palabra en el proceso que afecta a su futuro; se ha producido un escandaloso expolio con la anuencia y ayuda de algunas grandes potencias, pues se ha privado a un pequeño pueblo colonizado de su territorio ancestral y de sus riquezas, las conocidas y las que todavía están ocultas. Permítanme, señores senadores, porque así lo siento, que diga que da pena, por no decir asco, constatar cómo a algunos de los que han perpetrado o consentido tamaña aberración no se les cae de la boca la invocación de los derechos humanos y el derecho internacional. El senador Anasagasti lo ha expresado de una manera que comparto plenamente.

Joseph Conrad, en su inmortal obra El corazón de las tinieblas, escribió el alegato más impresionante que se conoce sobre los aspectos más brutales de la colonización europea sobre África. Son ahora otros los tiempos y otras las circunstancias, pero siguen siendo los mismos el horror que él describió, la injusticia que denunció y la indiferencia de los otros, que le estremeció. Pero tan malos son los abusos que cometieron en el pasado los europeos contra los africanos, como los que comenten ahora unos africanos contra otros africanos.

Esta moción es un pequeño paso en la dirección correcta, que no es otra que la de la justicia y la libertad de los saharauis. Ya sé que por sí sola no va a arreglar nada, porque no contamos ni con el decidido apoyo del Gobierno, ni con la autoridad y capacidad de acción de unas Naciones Unidas fracasadas hasta ahora en esta cuestión; ni con esas grandes potencias, que son amigos nuestros, pero no de los saharauis, y prefieren apoyar a sus opresores, más que a las víctimas.

Les voy a hablar ahora de algo que parece muy distinto y, sin embargo, entiendo que es plenamente oportuno. La semana pasada se conmemoraba el Día Internacional Contra la Violencia de Género, terrible lacra que afecta y avergüenza a nuestra sociedad, y hemos oído una serie de mensajes que no se puede sino compartir. Me quedo con el que parece más relevante: nadie puede permanecer impasible cuando sabe que en su entorno existe un maltratador. Cualquier persona responsable debe levantar la voz y denunciar ese atropello, aun en el caso de que el maltratador sea un amigo suyo. No se puede transigir ni anteponer razones personales cuando se está cometiendo ese tipo de maltrato.

Pues bien, señorías, estamos ante el maltrato sistemático y prolongado ya durante más de un tercio de siglo de un pequeño pueblo con el que nos unen lazos muy estrechos y que tuvo la mala suerte de llegar al proceso de descolonización en el peor momento, y no hay razones ni conveniencias políticas que obliguen a mirar hacia otro lado. En el debate que tuvo lugar en el Parlamento Europeo la semana pasada sobre este mismo tema, donde se aprobó una moción que tiene no pocos puntos de coincidencia con la que mi grupo registro una semana antes, varios de los intervinientes, que pertenecen a los grupos homólogos de los que se sientan en esta Cámara, utilizaron la misma frase que acabo de emplear ahora: no se puede mirar hacia otro lado. El senador Roig también lo ha hecho esta misma tarde.

Precisamente, con esta moción queremos mostrar nuestro interés, y expresar lo que sentimos como un deber, por la situación del pueblo saharaui. Desgraciadamente, no podemos arreglar esa situación en el Senado, pero sí debemos decir con la mayor contundencia, alto y claro, que denunciamos esa situación y exigimos que el proceso de descolonización del pueblo saharaui llegue a buen término. Algunos pueden pensar que esto es un brindis al sol; pero un brindis que me parece una exigencia moral, además de ser un imperativo político. Tómenlo como un pequeño homenaje a ese sufrido pueblo, a los que han muerto por defender su identidad en los últimos 35 años, a los que malviven en los campamentos de refugiados, a los que han nacido allí, viven allí y por el momento carecen de otros horizontes, a los que sufren la opresión extranjera en los territorios ocupados, a los presos políticos o de conciencia por la misma causa; a todos los saharauis, que una vez fueron españoles y a los que España no tiene ningún derecho a dejar en el abandono, sino el más exigible de los deberes de convertirse en paladín de su causa.

Pasemos por una vez de imposiciones y de conveniencias políticas. Dejen hablar, señorías, a su razón y a su corazón, y hagan de esta moción un grito de apoyo al desgraciado pueblo saharaui.

Doy las gracias a todos los grupos que han expresado su apoyo a esta moción y, de un modo especial, quiero agradecer al Grupo Socialista y a su portavoz, el senador

Carracao, su esfuerzo y comprensión para que hayamos podido acordar un texto en el que todos coincidimos.

Tengo la convicción de que con la aprobación de esta moción no terminan, ni mucho menos, nuestros desvelos y nuestro interés por el pueblo saharaui. Creo que estamos obligados a una vigilancia continua de lo que allí ocurre y, sobre todo, a utilizar todos los medios políticos que pone en nuestras manos la Constitución para impulsar la definitiva descolonización del pueblo saharaui. Las resoluciones de las Naciones Unidas no pueden ser, no deben ser, papel mojado. Solo cuando los saharauis hayan decido cuál es su futuro a través de un referéndum libre, justo e imparcial, podremos descansar; un referéndum que sea la expresión de la autodeterminación, no de la heterodeterminación, como dije aquí el otro día.

Nuestro deseo es que se llegue a una solución que, por reflejar la voluntad de ese pueblo y las resoluciones de las Naciones Unidas, sea capaz de generar en esa importante zona de África, tan cercana a nosotros, las condiciones de estabilidad y buen entendimiento que garanticen una paz duradera y la prosperidad de sus habitantes; sin imperialismos ni imposiciones. Si con esta moción damos un pequeño paso hacia esa meta, creo que todos nosotros podemos felicitarnos.

Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos en los escaños del Grupo Parlamentario Popular en el Senado.)
El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.

Finalizadas las intervenciones, y con la enmienda transaccional, se entiende que queda aprobada por unanimidad. (Asentimiento.)

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