Un humilde ciudadano de Mutxamel tiene que pedir al Gobierno de Zapatero para que pida explicaciones a Marruecos por el asesinato de su hermano
En noviembre pasado el ciudadano español Babi Hamadi Buyema falleció a consecuencia de los gravísimos los enfrentamientos registrados en El Aaiún el pasado noviembre con la policía arrasando el modesto campamento de Gdaim Isik.
La injusticia se ha hecho una vez más fuerte en Marruecos. Y donde el escandaloso abuso de las tropas del Rey Mohamed VI se han llevado por delante, sin motivo alguno, la vida de un modesto trabajador, tal como ya informó en su día alicanteactualidad.es., mientras el Gobierno español, otra vez, se dejaba llevar por la indefinición, por el encogimiento de hombros, por esconder la cabeza debajo del ala.
Una política impropia de un Gobierno fuerte y que se acoquina ante la mirada, altiva, del Gobierno marroquí. ¿Qué es lo que pasa en el seno de la escena internacional para semejantes agravios?
Ayer la voz sobrecogedora y encogida de Lahmad Moulud Alí, vecino de la localidad alicantina de Mutxamel y hermano de la víctima, se alzaba, valiente, para pedir al Gobierno español, que preside José Luis Rodríguez Zapatero, que haga Justicia, con mayúsculas, con su hermano y que pida explicaciones a Marruecos por enterrar a un ciudadano español sin el conocimiento previo de la familia.
Babi Hamadi Buyema, el ciudadano español que falleció de un modo estremecedor en ese virulento ataque policial ante una población pacífica e indefensa, ahora ha sido enterrado sin autopsia, en medio de la ilegalidad, tal como ha denunciado su hermano, otro ciudadano español, porque, según ha dejado constancia, las autoridades marroquíes no quieren que se sepa la verdad.
Ahora Moulud Alí, un humilde ciudadano español, que ya pidió que se investigara el asesinato de su hermano Babi Hamadi, tras señalar que fue vilmente asesinado en la calle, ha tenido que pedir, en su tristeza, en su pesar y en su drama, que al Ministerio de Asuntos Exteriores español se dirija a su homólogo marroquí para exigir explicaciones y también ha demandado al Gobierno que las personas que han participado en el entierro sean puestos a disposición de la Justicia si se da el caso de que, en un futuro, viajan a España.
Babi Hamadi fue asesinado el día 10 de noviembre después de ser obligado a bajar de un autobús y ser arrollado por un vehículo policial marroquí que paró, dio marcha atrás y volvió a atropellarlo marcha atrás y adelante, según el estremecedor relato de Lahmad.
Mientras tanto la política exterior del Gobierno español, como tantas otras políticas, continúa quedando en evidencia.
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