EL CORREO. ALI SALEM ISELMU 7 de diciembre de 2010
Los hechos acaecidos en el campamento saharaui de Agdeym Izik son una razón más que suficiente para condenar a Marruecos sobre su actuación indiscriminada en el Sáhara Occidental:
- Primero: rodeó el campamento con su Ejército sobrevolando el espacio aéreo con helicópteros y produciendo miedo a los civiles congregados.
- Segundo: levantó un muro de arena y cerró el acceso al campamento.
- Tercero: asesinó al niño saharaui Nayem El Garhi enterrándolo sin la presencia de su familia e impidiendo la investigación de los hechos.
- Cuarto: impidió el acceso a los parlamentarios, periodistas y observadores internacionales.
- Quinto: aplastó el campamento sin testigos produciendo una situación de caos y violencia jamás vivida en el territorio.
- Sexto: impuso su versión sobre los hechos y acusó a la prensa española de difamación cuando el territorio está bajo un apagón informativo.
- Y, por último, mató a un ciudadano español de origen saharaui sin testigos.
¿Qué investigación necesita España y la comunidad internacional para condenar los hechos? Los procedimientos de Marruecos han quedado claros, no condenarlo es ser cómplice de su barbarie y envalentonarlo para que siga aplastando al pueblo saharaui. Los hechos delatan a Marruecos y a sus aliados, y los dejan sin argumentos ante la opinión pública.
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