viernes, 22 de julio de 2011

Los pequeños embajadores que toman helados



Podrás verlos en la piscina, o disfrutando de un helado. A buen seguro, su sonrisa te cautivará. Son saharauis y disfrutan de un verano diferente gracias a la generosidad de miles de familias españolas (casi un centenar en Burgos) que nos ofrecen una lección de verdadera solidaridad.

Han venido desde el Norte de África donde soplan nuevos aires que reclaman libertad y democracia. Estas niñas y niños han nacido en un lugar inhóspito donde sus padres y abuelos construyeron un Estado a partir de la nada más absoluta, hace ya más de 35 años. Son, en cierta medida, los precursores de los cambios que sacuden el Magreb.

Pero… ¿por qué viven en campamentos de refugiados? ¿qué tipo de tsunami, o qué terremoto arrasó sus hogares? La respuesta es bien sencilla: en el año 1975 su patria era colonia española, y la dictadura de Franco, en sus últimos estertores, decidió entregarla inerme a las ansias de Marruecos. Quienes pudieron, huyeron del genocidio que se perpetró después atravesando el desierto de noche para evitar el fuego de la aviación y la saña de las patrullas que barrían el Sáhara. Y en la Hamada de Tinduf, un territorio cedido por Argelia, montaron sus haimas.

Y allí siguen, reclamando que se cumplan las resoluciones de las Naciones Unidas. Esperando un día, uno tan solo, en el que puedan decidir su futuro libremente. Es la única vía para que concluya el último proceso de descolonización de esa África que esquilmamos durante un siglo.

Hoy, lo más valioso de ese pueblo ejemplar y amante de la libertad, su infancia, disfruta en la tierra que un día les abandonó a su suerte. Paradojas de la Historia. Y mañana, a buen seguro, brindaremos con el vino más rojo frente a un Atlántico que ya será nuevamente saharaui, Inchalá.

Fran O. Campillo (Caminando en el desierto)

Publicado por DIARIO DE BURGOS el 22 de julio de 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario