domingo, 25 de septiembre de 2011

Marruecos pierde terreno


El presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT) de Libia, Mustafá Abdeljalil, negó la detención de 500 combatientes del Frente Polisario que habrían formado parte de un supuesto contingente para apoyar al derrocado Muammar Gadafi. ‘No tenemos prueba de ninguna participación de miembros del Frente Polisario o su apoyo a Gadafi’, dijo Abdeljalil, con lo que trató de acabar el debate sobre al respaldo al derrocado gobierno de Libia a través de Argelia.

Versiones de medios de prensa de Marruecos reprodujeron informes acerca de que un contingente de más de 500 ‘mercenarios’ del Frente Polisario fueron enviados desde territorio argelino para reforzar las tropas de Gadafi y que habían sido detenidos por soldados del CNT. La negación de esas versiones por parte del nuevo gobierno de Libia es un nuevo desarrollo en el conflicto regional y en el diferendo entre Marruecos y el Polisario que se ha proyectado a América Latina donde las dos partes se disputan espacios políticos y diplomáticos.

Una disputa de casi 40 años por el territorio del Sahara Occidental, constituido por 280,000 kms. de suelos ricos en minerales y los recursos marinos de sus costas, mantiene confrontados a Marruecos y a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), creada por el Frente Polisario con el respaldo logístico y financiero de Argelia, quienes libraron una guerra que ahora está en un cese al fuego pactado por 1990.

Una confrontación que con todos los esfuerzos negociadores de la ONU, no parece tener solución por las actitudes intransigentes de ambas partes y la falta de decisión política de las superpotencias con intereses en la región, situación que se ha proyectado al ámbito diplomático, como una prolongación del escenario de dicha disputa.

De acuerdos a expertos latinoamericanos, la presencia de representantes del Polisario en Sudamérica, el Caribe y Centroamérica está complicando las actividades políticas y diplomáticas de Marruecos en la zona.

Recientemente el presidente Fernando Lugo, de Paraguay, estrechó las relaciones bilaterales con la RASD y reiteró en un comunicado conjunto su respaldo a una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable dentro de los principios y proyectos de la ONU. En febrero pasado, el presidente José Mujica, del Uruguay, estableció relaciones con la RASD y aceptó la apertura de una sede diplomática, y también apoyó la libre autodeterminación e independencia de los saharauis.

Enviados del Polisario se han reunido con representantes de gobiernos del Caribe, que respaldan las aspiraciones saharauis. También han visitado las capitales de Centroamérica, incluyendo Panamá, para promover su causa y estrechar lazos con los dirigentes regionales. La apertura de una embajada clave para la RASD en Nicaragua, ha significado una importante iniciativa dada la influencia de esa nación en la zona.

Por otra parte, en África, donde Marruecos está fuera de la Unidad Africana, hace ya varios años, la RASD fortalece su posición como miembro fundador de la organización regional. Recientemente, ha establecido relaciones diplomáticas con varios países y ha fortalecido sus relaciones con otros, abriendo nuevas embajadas en Ghana, Sudán del Sur y en Zimbabwe.

En el futuro cercano la RASD podría sumar el reconocimiento de otros gobiernos latinoamericanos, lo que complicaría a la diplomacia marroquí en la región.

En este escenario los próximos meses serán decisivos y en mucho dependerá si desde el palacio real en Rabat se logra articular una diplomacia más ágil que permita recuperar el terreno que Marruecos está perdiendo en América Latina, o se avance finalmente en un acuerdo entre las partes.

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