Tuxtla Gutiérrez, Chis.- Ubicada al norte del continente africano y con una superficie estimada en 266 mil kilómetros cuadrados, en la República Árabe Saharaui Democrática, a diferencia de otras naciones árabes, una gran parte de sus habitantes habla español como resultado de su pertenencia a España de 1885 a 1976.
Durante los últimos 35 años lo han soportado casi todo desde que Marruecos invadió gran parte de su territorio, por eso luchan para que al igual que 80 naciones más, entre ellas México, reconozca su derecho a la libre autodeterminación.
No ha sido fácil como lo reconoce su actual Ministro Consejero Ahmed Mulay Ali Hamadi quien bromea, “nos atacaron con tanques cuando nosotros sólo teníamos camellos, pero si bien es fácil que alguien entre a tu casa y te robe, es difícil que entre a buscarte porque tú sabes bien dónde esconderte”.
Y así lo hicieron, generando una resistencia amparada en el ardiente calor de las dunas del Sahara que avanza implacable por todo el norte del continente africano “cuando las temperaturas alcanzaban los 50 grados centígrados, nuestros hombres aprovechaban y atacaban porque los invasores sólo podían pensar en sombra y un poco de agua”.
La resistencia del pueblo saharaui está significando una piedra en el zapato marroquí, pues el actual monarca Mohamed VI se niega a reconocer los espacios cedidos por su padre Hassan II, fallecido en 1999.
Hassan II auguró en 1979 que sería fácil romper la moral de este pueblo al que se refería como poco menos que pastores con camellos y, que tan pronto sus tropas ingresan en el territorio, él y sus generales beberían té en la capital El Aaiún para celebrar la victoria. La moneda parece estar del lado de los humildes pastores del desierto.
El siglo XXI ha refrescado las esperanzas de este pueblo cuyas costas se ubican frente a las Islas Canarias en el atlántico. Con las revueltas en Túnez, Egipto y Libia, la población marroquí no tardó mucho en sumarse a la llamada Revolución del Jazmín y cuestionar la permanencia de la monarquía.
Los vientos de cambio resoplan fuertes por estos días, la reciente caída de Muamar el Gadafi y su ajusticiamiento, son una muestra del hartazgo de poblaciones enteras que han vivido durante décadas en sistemas opresores ricos que se alzan sobre pueblos sumamente pobres.
“Y Occidente tiene mucha culpa en ello” afirma Ahmed Mulay Ali Hamadi: “a Mohamed VI casi le besan la mano Sarkozy (Francia) y Zapatero (España), mientras que a Gadafi los Estados Unidos fueron quienes le permitieron tanto poder”.
-Occidente siempre ha defendido su manera de hacer política, en el caso de Estados Unidos su democracia, pero usted afirma que ellos están detrás de estos gobiernos tan cuestionables…
-¡Claro! Es decir, ahora que las tiranías caen se dan cuenta que habían trazado un mal camino y empiezan a buscar la manera de introducir la democracia.
-Habla usted con mucho entusiasmo de este despertar en Marruecos y otras naciones árabes ¿Diría que también los saharauis se han contagiado de estos aires de libertad?
-Estamos optimistas porque el pueblo marroquí está en las calles exigiendo democracia, derechos humanos y cuanta más presión ejerzan sobre Mohamed VI que dicen que reina, pero no gobierna, estamos seguros que está cerca nuestra hora, de que se reconozca nuestra independencia por parte de ellos y finalmente se aplique el plan de paz de Naciones Unidas.
Con una población próxima al millón de habitantes, en la República Árabe Saharaui Democrática existen riquezas minerales como metales diversos y petróleo que se encuentra en grandes bolsas descubiertas y explotadas en su totalidad por empresas extranjeras en el área ocupada ilegalmente por Marruecos.
Por eso ellos también han visto en las redes sociales como Facebook y Twitter una forma de lanzar su grito de ayuda y subirse al tren de libertad que por estos días nadie sabe hasta cuándo y dónde se detendrá
-Las redes sociales lograron lo que durante años no se pudo, en su país ¿Están jugando el mismo papel?
-Sí gracias al movimiento de estos pueblos que ya no confían en sus partidos porque se dieron cuenta de que eran controlados, tampoco en los periódicos porque los buenos estaban cerrados, entonces comenzaron a buscar la forma de hacerse escuchar porque al ser humano no se le puede meter en una caja ya que tarde o temprano buscará la forma de salir
Surgió el móvil (celular), el Facebook, el Twitter, los blogs… Internet le dio movimiento a pueblos que estaban cerrados, que no podían moverse y empezaron a salir.
-Han caído tres dictadores, ¿Qué pasará ahora que pueden elegir a nuevos gobiernos, existe acaso el riesgo de volver a repetir el error?
-No si sigue la libertad que han conseguido acaparar, este sistema de comunicación global que permite que toda la información salga y que no se le puede censurar, aunque hay gobiernos que ya tratan de hacer eso.
Nosotros vemos que la democracia se está regenerando, vemos que las sociedades europeas están saliendo a las calles (los indignados) y lo nunca pensado, también en los Estados Unidos (ocupa Wall Street).
Salen porque se han dado cuenta que son los poderes económicos los que están gobernando sobre los políticos, las grandes empresas gobiernan al mundo y ven por sus intereses no por los intereses de todos.
-A medida que se logran estas conquistas sociales, ¿Crece el riesgo de que en naciones libres los gobiernos quieran aplicar la censura?
-Usted sabe que es el método favorito de los gobiernos acaparadores porque tratan que la sociedad civil no tenga espacios, de que los periodistas no digan lo crean que debe decirse, que no se sepa cómo actúa la policía o el ejército contra los derechos humanos y eso es algo que vivimos actualmente los saharauis con la intervención de Marruecos.
En el futuro inmediato Ali Hamadi vislumbra un cambio creciente en el contexto de las relaciones internacionales “porque la sociedad se pregunta ahora por qué los Estados no funcionan para el bien común, hoy en día los gobiernos están cada vez más lejos de la sociedad y ésta se enfrenta a los poderes políticos y económicos”.
La comunicación y el uso responsable de los medios electrónicos, consideró, jugarán un papel importante en este cambio de rumbo que muchos plantean como urgente.
“El mundo está despertando y buscando un nuevo pacto. Yo creo que políticos, intelectuales y universitarios tenemos que sentarnos y pensar cómo debe ser el pacto que debemos vivir pronto entre el Estado y la sociedad. Definir qué es y qué debe hacer un funcionario público y hasta dónde terminan los derechos de los banqueros.”
Mientras la revolución avanza a la velocidad de un clic, con el poder de una tecla y una idea que se transmite entre los ordenadores, Ali Hamadi sonríe ante los jóvenes universitarios con quienes ha sostenido su charla y les pide: “ayúdennos también en Facebook o con sus twitters para que también nosotros alcancemos nuestra libertad”.
MARCO ANTONIO ALVARADO/NOTICIAS
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