Comprar robado, es robar. No al expolio de los Recursos Naturales.
Por Javier Perote, 17-12-2011
“Ni una palabra de censura a los casi treinta años de robo continuado a los recursos de los saharauis.”
“Para la Unión Europea [los acuerdos de pesca con Marruecos] eran ruinosos, para la ecología eran esquilmadores y para los armadores y los grandes tiburones que se mueven en la sombra eran sustanciosos negocios. Encima eran ilegales.”
Estos días he recordado un hecho que me ocurrió en la calle Preciados de Madrid hace algún tiempo, no mucho. -Unos trileros esquilmaban a una pobre mujer muy entrada en años. Se veía claramente que estaba indefensa en manos de aquellos granujas. La mujer quería dejar aquel juego en que ya había perdido una importante cantidad de dinero. Pero a cada intento que hacía por retirarse, alguno del grupo le bloqueaba el paso con el brazo impidiéndola salir, y sonriente como el lobo de Caperucita la invitaba a seguir probando suerte con la seguridad de que en alguna mano recuperaría lo perdido. Me dio pena su indefensión.
Era extranjera, por lo que en mi pobre inglés me aventuré a decirle: come with me they are tricking you. Se agarró a mi brazo y la rescaté de aquellos pillos. Pero uno de ellos durante un rato me persiguió por toda la calle llenándome de insultos y acusándome a grandes gritos de que yo le había quitado el pan de sus hijos.
Algo parecido está ocurriendo ahora. Durante veinticinco años La Unión Europea ha estado aprovechándose de la indefensión del pueblo saharaui para esquilmar sus recursos naturales. Pero lo único que se oye es que el rechazo del acuerdo de pesca va a dejar a muchas familias en el paro. Otros han preferido complacerse en anunciar la tronada de desgracias y males que se nos avecinan por haber incomodado a nuestro vecino con el que una vez mas nos recuerdan aquello tan original de que estamos condenados a entendernos. Ni una palabra de censura a los casi treinta años de robo continuado a los recursos de los saharauis.
Creo que España debe hacérselo mirar; es alarmante el grado de acojone que nos entra a nadita que Marruecos nos levanta la barbilla. Somos nosotros mismos los que enseguida nos arrugamos con la amenaza de las pateras o que nos quitan Ceuta y Melilla o que vuelven por lo de Perejil o, lo que es peor, nos vuelven a poner bombas en los trenes. Durante los años de Zapatero y el irrepetible Moratinos ¡vaya pareja! no hemos hecho mas que humillarnos y bailarles el agua. Unas veces regalándoles los M-60 o los lanzatorpedos (si llega el caso los utilizarán contra nosotros) o plegándose a sus caprichos como cuando nos obligó a hacer tan memorable papelón con la expulsión de Aminetu Haidar o rogándoles que vuelva el Señor embajador al que cada dos por tres llaman a consultas por cualquier berrinche, como aquel que se cogió Mohmed VI cuando un helicóptero le fotografió en alta mar tomando el sol en pelotas en la cubierta del real yate. Y así mil gestos mas entre los que sobresalen aquellas declaraciones en que Moratinos vino a reconocer que su política con Marruecos obedecía a asegurarse de que no hubiera mas bombas como las de el 11-M ¿sic? He aquí el meollo de la cuestión: dar carnaza al monstruo. En el fondo los acuerdos de pesca no eran más que una forma de dar dinero para no tener problemas; en otras palabras: pagar la protección.
Es esclarecedor oír a la señora Fraga cuando dice que no se va a solucionar el conflicto del Sáhara enviando a la flota pesquera a tierra. Cierto que no se soluciona, pero indudablemente el negarle a Marruecos potestad sobre esas aguas ayuda mucho. Lo que pasa es que a la señora Fraga, y a otros muchos como ella, el problema de la población saharaui les importa un pimiento. Lo mismo que al secretario general del PSOE de Cádiz Francisco González Cabaña, cuyas declaraciones no tienen desperdicio. El compañero González Cabaña ha acusado al eurodiputado gaditano Willy Meyer de haber votado en contra de los intereses de ciudadanos, empresas y localidades de esta provincia ¡ahí es nada! A continuación recomienda a Willy Meyer que lo que debería hacer es ir a Barbate, la población más afectada, dar allí la cara (no otra cosa) y explicar por qué votó que no, a la prórroga del acuerdo pesquero". Al diputado Glez. Cabañas, ¿Glez?, se le podría recomendar que se diese una vuelta por el Sáhara y que explicase a los saharauis por qué su primo Felipe los traicionó ya en el año 82 convirtiendo al Partido Socialista en los patanegra del Sultán.
Pero a pesar de que en algún medio han dado la noticia diciendo que por culpa del lobby pro saharaui mas de tres mil pescadores se van a ir al paro, (el delegado de Cepesca señor Garat), ya no estamos solos y gracias a Western Sahara Resources Watch y otras esforzadas ONGs tenemos informes de lo que de verdad había tras esos acuerdos. Para la UE eran ruinosos, para la ecología eran esquilmadores y para los armadores y los grandes tiburones que se mueven en la sombra eran sustanciosos negocios. Encima eran ilegales.
Nadie en España ignora el problema del Sáhara. Durante años hemos estado enviando escritos de protesta y explicando este problema a armadores, cofradías de pescadores, industrias conserveras etc., los cuales no han hecho el menor caso y han seguido pescando con total impunidad. Pero ni los armadores, ni las conserveras, ni los comisionistas, ni los mismos pescadores, ni la legión de pedigüeños del lobby marroquí, que lamen las babuchas del sultán por cuatro perras, reconocen su culpabilidad. No, los culpables son los saharauis que les quitan el pan a los hijos de los pescadores.
Pero viene bien hacer un poco de memoria de lo que ha sido el problema de la pesca desde el abandono; memoria de la buena, de la histórica. El 28 de febrero de 1976 salía la última representación española y el territorio quedaba bajo las banderas marroquí y mauritana. Mientras tanto la resistencia del pueblo saharaui se había extendido a todo el territorio y con las armas en la mano se aprestaban a una resistencia que duraría hasta el alto el fuego de 1991. Ante la invasión de estos dos ejércitos se produce el éxodo de una población totalmente indefensa que trata de refugiarse en el desierto argelino siendo sistemáticamente bombardeada en las acampadas eventuales que se iban montando sobre la marcha hasta poder llegar a su destino en Tindouf. Quedaron registrados como hazaña de la ignominia los bombardeos de Um Draiga con más de 500 bajas y los de Tifariti y Guelta con varios centenares de mujeres y niños muertos, solo mujeres y niños pues los que podían empuñar un arma estaban frenando el avance enemigo.
Pero España no solo había entregado el territorio sino que además había firmado unos acuerdos (acuerdos de Madrid) en los cuales se reconocía el derecho de pesca en las aguas saharauis a los barcos españoles durante veinte años, es decir: ya desde el año 1976 se está esquilmando con total impunidad las riquezas del Sáhara; en tierra los fosfatos y en el mar la pesca.
Ante estos hechos los saharauis, a pesar de sus escasos medios, también habían emprendido la defensa de sus derechos en el mar. Se denunciaron estos acuerdos de pesca advirtiendo del peligro que podía suponer pescar en aquellas aguas declaradas como zona de guerra y más si enarbolaban bandera marroquí. (En virtud de los acuerdos era obligado llevar esa bandera, en la actualidad también la llevan).
Durante todos esos años las autoridades españolas avisaban a los barcos que no se aproximaran a menos de 12 millas de la costa y que las aguas eran peligrosas pues el Frente Polisario había advertido de que atacaría las embarcaciones que faenaran en sus aguas. No obstante los barcos siguieron pescando y los saharauis acusados de terroristas.
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