Unas mil personas, convocadas
por las asociaciones solidarias con el Sáhara, marcharon hoy por el centro de
Madrid en una manifestación protagonizada por los cooperantes Enric Gonyalons y
Ainhoa Fernández, liberados en julio tras 271 días de secuestro, y en la que se
pidió al Gobierno un papel más activo en el conflicto.
Una marcha en Madrid exige el
fin de de las constantes trabas que pone Exteriores para viajar a los
campamentos de refugiados. "Que deje de crear alarmismo", dicen al
ministro
PUBLICO PATRICIA CAMPELO Madrid 10/11/2012
Con el impulso que ha dado la
visita del representante personal del secretario general de la ONU para el
Sáhara, Christopher Ross, a las ciudades ocupadas y a los campamentos de refugiados,
miles de personas se han manifestado hoy en Madrid en solidaridad con el pueblo
saharaui.
Después de 38 años de
conflicto, el encuentro de Ross con saharauis que viven a ambos lados del muro
minado levantado por Marruecos para separar el Sáhara ha supuesto un paso
esperanzador. "Es la primera visita que hace el delegado de la ONU a los
territorios ocupados después de que Marruecos le retirara su confianza",
explica a pie de manifestación Brahim Gali, representante de los jóvenes saharauis
(UJSARIO) en Europa.
Este factor, junto con el
descontento provocado por los últimos acontecimientos -como la expulsión de 18
activistas españoles que trataron de llegar a El Aaiún esta semana- , ha sido
clave para explicar la masiva participación. Así opina también José Taboada,
presidente de la Coordinadora Estatal de Asociaciones de solidaridad con el
Sáhara (CEAS). "La solidaridad va en aumento, al igual que la impaciencia;
la visita de Ross es un paso esperanzador y demuestra que la ONU se impone y
Marruecos lo ha podido vetar". Y, ¿cuál es el mensaje que le llevan al
ministro Margallo?: "Vamos a decirle que no vamos a abandonar a los
saharauis, que no sean utilizados como moneda de cambio y se reconozca que son
parte de nuestra historia". "También, que no puede crear alarma
social", añade Taboada en referencia a la alerta del ministerio de
Exteriores que puso en duda la seguridad en los campamentos de refugiados el
pasado verano.
El mismo mensaje trae desde
Valdepeñas Carmen Arraque, miembro de la asociación local Hausa, y madre de
acogida de tres jóvenes saharauis. Carmen lleva más de 15 años viniendo a la
manifestación que recuerda el traspaso de soberanía que hizo España del Sáhara
a Marruecos y Mauritania, el 14 de noviembre de 1975, en virtud de unos acuerdos
ilegales a efectos de la comunidad internacional. "He ido varias veces a
los campamentos de refugiados y no tengo ningún miedo, me siento muy segura
allí", confiesa. Con los jóvenes saharauis que pasaron los veranos en su
casa de niños mantiene una relación constante, sigue apoyándoles y asegura que
siempre les ha animado a que estudien "sin abandonar su causa".
Y que es muchos ven en los
jóvenes saharauis la resolución de un conflicto enquistado desde hace casi
cuatro décadas. "Sin el fervor revolucionario de la juventud, no hay
esperanza", entona Brahim Gali a mitad del recorrido de la manifestación
que termina frente al ministerio de Exteriores. "Como joven, sé que el
futuro está en nuestras manos, y tenemos que seguir reivindicando lo que nos
arrebataron hace 38 años". "Hace cinco días terminó una ronda de
negociación, y se están dando pasos hacia adelante", asegura.
Los logros que identifica Gali
tienen que ver con la educación, la cultura y el aspecto político y económico.
Un ejemplo es el veto de la Unión Europea a renovar el acuerdo de pesca con
Marruecos e impedir así que los barcos faenen en aguas del Sáhara, cuyo pueblo
que no se beneficia de esa pesca.
Morir por falta de medicinas
Gali es médico y trabaja en
España, pero utiliza sus vacaciones para ejercer en los centros de atención
sanitaria de los campamentos de refugiados. Además del caso de Ahmed Moulay,
fallecido esta semana de cáncer sin cuidados paliativos, destaca otros casos de
saharauis que están muriendo por falta de recursos farmacéuticos. "El año
pasado falleció una niña de cuatro años porque no había antídoto contra la
picadura que recibió de una serpiente", lamenta. "Faltan muchos
recursos, como insulina para diabéticos o incluso leche para niños intolerantes
a la lactosa".
Los motivos que han llevado al
joven saharaui Jatri, nacido en los campamentos de refugiados, tienen que ver
con la esperanza de alcanzar "un futuro mejor". Jatri hizo un curso
de comunicación y trabajó en la Radio Nacional de la República Árabe Saharaui
Democrática (RASD) en Rabuni, la capital administrativa del Sáhara refugiado.
Lleva dos meses en España y es la primera vez que acude a la manifestación.
Observa atónito el torrente de gente con banderas de su pueblo que sube por la
calle Atocha hasta la sede de Exteriores.
"Esto le viene muy bien a
la causa", augura. Tiene esperanzas incluso en el gobierno del PP.
"Hasta ahora no han hecho nada, pero hay un nuevo equipo; vamos a
ver".
Entre los más de 7.000
asistentes, según CEAS y las organizaciones convocantes, también se encontraba
Lafkir Kaziza, el joven saharaui que inició una huelga de hambre el pasado
verano frente a la embajada de Marruecos en Madrid. Kaziza pidió entonces
libertad para los presos políticos saharauis y, aunque la iniciativa no logró
su propósito y su salud quedó resentida, asegura que volvería a hacerlo.
"Fue una denuncia pública por la libertad, y lo repetiré siempre que sea
necesario", sentencia apostado tras una pancarta que sostiene con
dificultad porque aún tiene el brazo afectado por una paliza que recibió de la
policía de Marruecos. Ahora vive en Valladolid: "No podría volver a las
ciudades ocupadas, allí mi vida corre riesgo".
A la histórica protesta que se
realiza cada año en Madrid desde hace dos décadas llegan personas solidarias con
el Sáhara procedentes de numerosas ciudades españolas. El itinerario, como en
anteriores convocatorias, ha terminado frente al ministerio de Exteriores donde
los actores Carlos Bardem y Rosa María Sardá han leído un manifiesto de apoyo
al pueblo saharaui.
El delegado del Frente
Polisario en España, Bucharaya Beyún, ha reclamado al Gobierno español que
asuma su responsabilidad histórica. "España no estaba legitimada para
entregar el Sáhara en 1975, por lo que sigue siendo la potencia administradora",
ha recordado. Asimismo se ha referido a la expulsión de los 18 cooperantes
españoles y ha señalado que "si hubieran sido ciudadanos franceses no
habría pasado lo mismo". "No se puede contentar a Marruecos en
detrimento del pueblo saharaui", ha sentenciado.
Por su parte, Taboada anunció
que no van a cesar los viajes a los campamentos pese a la alerta de seguridad.
"Vamos a seguir yendo a las jaimas con nuestras familias saharauis".
Y le ha recordado al PP que cuando estaba en la oposición hablaba de los
derechos de este pueblo "y al llegar al Gobierno parece que se les
olvida".
Los aplausos más calurosos han
ido para los cooperantes Enric Gonyalos y Ainhoa Fernández, secuestrados en
Rabuni en octubre de 2011 y puestos en libertad tras nueve meses de cautiverio.
"Ratificamos nuestro compromiso con el pueblo saharaui y anunciamos que
muy pronto volveremos a los campamentos", ha señalado Gonyalos. El
cooperante andaluz Pepe Oropesa, el único español que decidió permanecer en los
campamentos este verano tras la repatriación de doce españoles, ha incidido en
la seguridad asegurando que "más de uno hubiera hecho lo que yo".
Por último, la cantante
saharaui Mariem Hassan ha puesto, con su música, las notas finales a la
manifestación que ha reclamado un año más la autodeterminación del Sáhara.
Madrid, 10 de noviembre de
2012 (EFE).- Unas mil personas, convocadas por las asociaciones solidarias con
el Sáhara, marcharon hoy por el centro de Madrid en una manifestación
protagonizada por los cooperantes Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández, liberados
en julio tras 271 días de secuestro, y en la que se pidió al Gobierno un papel
más activo en el conflicto.
Los manifestantes, más de un
millar, según la Policía Nacional, recorrieron el centro de Madrid hasta llegar
a la sede del Ministerio de Exteriores donde entregaron un comunicado en el que
se pide al Gobierno "que no abandone al pueblo saharaui", "ni
esgrima la defensa de los intereses españoles en Marruecos como excusa para
adoptar un silencio cómplice ante las violaciones de derechos humanos".
Durante la marcha, el
cooperante Enric Gonyalons, que ha ido en la cabecera de la manifestación
-seguido de cerca por Ainhoa Fernández- ha querido transmitir su apoyo
inequívoco al pueblo saharaui y al campamento de refugiados de Tinduf (Argelia)
donde, junto a su compañera Ainhoa, fue capturado en octubre de 2011.
Gonyalons ha reclamado al
Gobierno que mantenga la ayuda al Sáhara "por responsabilidad
histórica".
Por su parte, el delegado
saharaui para España y miembro del Secretariado Nacional del Frente Polisario,
Bucharaya Beyun, ha subrayado que el Ejecutivo español "no puede mirar
hacia otro lado" y ha instado al Gobierno de Mariano Rajoy a tener un
papel "más activo y participativo" en el conflicto.
"Nos sentimos abandonados
por el Gobierno español" ha dicho Beyun, quien también ha asegurado que
"ni los gobiernos de izquierdas ni de derechas asumen sus
responsabilidades con el Sáhara".
En la cabecera de la
manifestación por un "Sahara libre" se encontraba el presidente de la
Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS), José
Taboada, que ha valorado el hecho de que 37 años después de la firma de los acuerdos
de Madrid -14 de noviembre de 1975, que supusieron el "abandono" del
Sáhara por parte del Gobierno de España- "la gente se sigue solidarizando
con esta causa".
Taboada ha señalado que los
saharauis llevan "37 años en crisis" y ha apelado al "profundo
sentimiento" de los españoles con la difícil situación en la que viven los
refugiados en los campamentos saharauis.
Finalmente, Taboada ha apelado
al Gobierno a que lidere una "posición pacífica y justa y que defienda un
referéndum que decida la autodeterminación y la descolonización de este
pueblo".
En la marcha también han
participado los actores Pilar y Carlos Bardem y Rosa María Sardá y estos dos
últimos han leído el comunicado final. En la cabecera de la marcha también se
encontraba la diputada de UPyD Irene Lozano. EFE