*Fuente: Manuel Domínguez
Del 23 al 25 de Noviembre se
ha celebrado en el desierto de Lompoul la tercera edición del Festival du
Sahel, con la participación, como cabeza de cartel, de Mariem Hassan e Ismael
Lo.
En el camino hacia Saint Louis,
a cuatro horas en coche de Dakar, hacia el norte, en un mar de dunas,
contenidas por un bosque de eucaliptus, ha tenido lugar este singular evento.
Allí, griots, cuentacuentos, artesanos, malabaristas y músicos de los países
del África Occidental y áreas limítrofes, han intercambiado experiencias entre
sí y con turistas, aventureros, estudiosos, aficionados, curiosos y
periodistas, venidos desde los rincones más insospechados. Todos, bajo la
atenta y cómplice mirada de una población local, maravillada con la fiesta que
cada año le ofrecen estas fechas otoñales. No faltaron las autoridades locales,
provinciales y hasta nacionales. Los ministros de Cultura y de Información allí
estuvieron y no se quisieron perder nada.
La aportación de Mariem al
festival fué también muy variada, tratando de dar a conocer los distintos
aspectos de la cultura saharaui así como la difícil situación que su pueblo
arrastra desde hace 37 años, en que España lo abandonó dejándolo a la merced de
Marruecos.
Impartió un precioso taller
sobre la música saharaui, basado en canciones tradicionales y del Medej, como
complemento al repertorio de los cantos de “denuncia y lucha” de su concierto.
Se proyectó el documental “Mariem Hassan, la voz del Sáhara” con una excelente
respuesta de público, muy interesado por Mariem y la cuestión saharaui.
Concedió extensas entrevistas tanto a televisiones nacionales y locales, como a
la prensa escrita.
Fuera de programa, uno de sus
músicos, el mexicano Gabriel Flores, terminó desarrollando un taller de henna,
decorando las manos de las bellas senegalesas, entusiasmadas por la imprevista
ocasión.
Tres días intensos en el
desierto de Lompoul, convertido en una encrucijada en la que confluyeron los
caminos de los personajes más inesperados. En definitiva, un encuentro
fructífero en el que se intercambiaron cientos de canciones, melodías y ritmos,
proverbios, historias increíbles, consejos y, cómo no, comidas y bebidas de
exóticos sabores, bajo un remanso de paz y ejemplar convivencia.
Hay que señalar que Mariem
sorprendió al público al finalizar su concierto, en la noche estrellada y luna
creciente, llamando al escenario al grupo Ngueweul Rythme que con sus
formidables tambores compartieron “Aulad Sáhara” (Hijos del Sáhara). El ritmo
de serbat sirvió para unir a todos, músicos y público, en homenaje al gran
desierto. El Sr. Ministro de Cultura de Senegal, quedó impresionado por el
espectáculo ofrecido, con Mariem tocando los monumentales tambores en una
explosión de júbilo sin precedentes.
Y todo esto gracias a un
español enamorado del Senegal, que un día partió a estudiar árabe a Túnez y
terminó descubriendo una tierra que cambió su vida. Y por amor a ella, Rafael
Rodriguez, entre otras muchas cosas, organiza este festival ejemplar.