Tras una gestión “agridulce”,
porque no logró que el Estado chileno reconociera a su país, el diplomático de
la RASD deja Santiago para instalarse en Brasil, donde seguirá mostrando los
argumentos en el conflicto con Marruecos. Aquí su balance.
Por Francisco Martorell
Cammarella
Por más de dos años Santiago
fue su casa y el Punto C de calle Moneda, a media cuadra del palacio de
Gobierno, prácticamente su oficina.
Allí, entre café y café,
planificaba sus encuentros con líderes locales, del gobierno, partidos o
Congreso, con el objeto de mostrarles y sensibilizarlos sobre la situación del
pueblo saharaui, tanto en los campamentos de refugiados de Argelia como en los
territorios ocupados por Marruecos.
Como embajador en misión de la
República Árabe Saharaui Democrática (RASD) tenía la esperanza de que Chile
reconociera a su estado, como ya lo hicieron Uruguay, Venezuela, Bolivia,
México y Ecuador, entre otros.
Mohamed Laarosi, ahora tendrá
la misma tarea, pero en Brasilia. Antes de que partiera, sin embargo, quisimos
hablar con él para que hiciera un repaso de lo logrado y lo que está pendiente.
Dice que, en general, está
contento porque tanto los países unidos en torno a la Unión de Naciones
Sudamericanas (Unasur) y los de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del
Caribe (CELAC), “han mantenido una posición de principio en la ONU de apoyo al
proceso de descolonización del Sahara Occidental” y han reafirmado “el derecho
del pueblo saharaui a la autodeterminación”. “Esa es la posición oficial de los
países de la región, incluyendo Chile. Nosotros valoramos esta situación…”,
sintetiza
Pero Chile no avanzó más allá
de eso…