LA DEFENSA ALEGA QUE FUE
SECUESTRADO Y TORTURADO DURANTE SEIS MESES
El 28 de enero fue pospuesto
por quinta vez el juicio de apelación de Mohamed Dihani, un joven saharaui al
que la justicia marroquí condenó a diez años de carcel por terrorismo. La
familia y grupos de derechos humanos consideran todo el proceso un montaje destinado
a desacreditar la causa saharaui.
“El Gobierno marroquí pretende
confundir nuestra lucha con el terrorismo islamista”
El 4 de marzo está previsto que
se celebre el juicio de apelación del saharaui Mohamed Dihani, al que la
justicia marroquí condenó en 2011
a 10 años de cárcel por pertenencia a banda terrorista e
intento de atentado contra autoridades religiosas del Vaticano y enclaves del
Reino marroquí en el Sáhara Occidental.
El dossier de acusación del
joven resulta, tanto para la familia como para abogadas, abogados y activistas,
tremendamente inverosímil. A Dihani se le acusa de crear y formar parte de una
banda terrorista islámica, pero también de varios intentos de atentado, entre
ellos, contra la cárcel marroquí conocida como “La Cárcel Negra” en la que se
encuentran muchos de los militantes saharauis detenidos, contra una línea
ferroviaria italiana en la que supuestamente viajaría una personalidad del
Vaticano, contra policías marroquíes en Territorios Ocupados, y contra un hotel
de la capital del Sáhara Occidental. Según la defensa, la justicia de Marruecos
no cuenta con más pruebas que el testimonio de un trabajador marroquí que fue
compañero de Dihani hace unos años.
Según la defensa, la justicia
de Marruecos no cuenta con más pruebas que el testimonio de un trabajador
marroquí que fue compañero de Dihani hace unos años
Mohamed Dihani fue secuestrado
por el Servicio de Seguridad Territorial marroquí (DST) el 28 de abril de 2010
en la casa de un familiar, tal y como relatan algunos testigos que allí se
encontraban. La familia denuncia que el joven estuvo desaparecido durante seis
meses, durante los cuales fue retenido y torturado en la Cárcel de Smara, a
pocos kilómetros de Rabat, una cárcel secreta bien conocida por los activistas
saharauis y opositores al régimen.
Lo exclusivo del caso Dihani
tiene que ver con lo relatado por el joven a su abogado y a su familia, una vez
aparecido en la cárcel de Saléh, en Rabat. Según sus propias declaraciones, fue
sometido a torturas durante día y noche a lo largo de once días; sin embargo, en
la duodécima jornada, el servicio secreto de Marruecos le ofreció una
particular colaboración a cambio del cese de la tortura. La DST ofreció a
Dihani la posibilidad de ser un espía del régimen marroquí, y para ello sólo
tendría que asumir, a través de comunicados en la red que debía colgar él mismo,
la autoría de un atentado contra los trabajadores saharauis `"promarroquíes"
de la cinta transportadora de fosfato FosBucraa, en el norte del Sáhara
Occidental.
El joven denuncia que los
servicios secretos le ofrecieron la posibilidad de ser un espía del régimen Los
servicios secretos marroquíes le pidieron además que reivindicara la creación
de un grupo terrorista islámico sin dejar de afirmar su condición de activista
saharaui, así como atraer la atención de otros jóvenes saharauis que quisieran
formar parte de la operación. Dihani en un primer momento aceptó el trato, pero
días después lo rechazó. Es entonces cuando la DST le advierte de que va a ser
acusado de delitos mucho más graves, que finalmente se verán recogidos en el
dossier de acusación. Dihani es juzgado y condenado a diez años de prisión el 27
de octubre de 2011.
Desde entonces sigue privado
de libertad, y el juicio de apelación interpuesto ha sido pospuesto en cinco
ocasiones, la última de ellas el 28 de enero. Tanto él como la familia han
denunciado a la policía por torturas, acoso y reiteradas violaciones de
derechos humanos que no han sido aceptadas por los tribunales. Los activistas
por los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental, con gran preocupación, han
encontrado en el caso Dihani una nueva fórmula del Reino de Marruecos de
desacreditar la lucha de las y los saharauis en los territorios ocupados, así
como del Frente Polisario, en un intento de vinculación con células terroristas
islámicas.
