*Fuente: Gomera Verde
"El Derecho Internacional
y la cuestión del Sahara Occidental", coordinado por el jurista portugués
Pedro Pinto Leite y en el que participa el historiador José Ignacio Algueró
Cuervo, es un libro que ha tenido que ser editado en Portugal ante la negativa
de las editoriales españolas.
Su presentación se ha
realizado en Canarias de la mano de la Fundación Canaria de Estudios Agustín
Millares Sall de las Comisiones Obreras Canarias. El acto de presentación fue
introducido por Antonio Pérez, responsable de CCOO en Gran Canaria y el
periodista Cirilo Leal quien resaltó la histórica relación de Comisiones
Obreras Canarias con el pueblo saharaui, y se felicitó de que iniciativas de
este tipo tengan cabida en un espacio identificado con la lucha por los
derechos como es la sede de las organizaciones sindicales en Primero de Mayo
(Las Palmas de Gran Canaria) y Méndez Núñez (Santa Cruz de Tenerife).
Pedro Pinto Leite, prestigioso
jurista portugués, especialista en Derecho Internacional, secretario de la
Plataforma Internacional de Juristas por Timor Oriental, y editor del libro,
dividió su intervención en dos partes. En la primera, resumió la trayectoria de
la Plataforma, y explicó cómo se había gestado el libro. Éste recoge
veintitrés conferencias pronunciadas en octubre de 2006 en La Haya
(Países Bajos) por especialistas en Derecho Internacional y en la cuestión del
Sahara. En la segunda parte, el interviniente
fue desgranando las similitudes y diferencias entre los casos de Timor Oriental
y del Sahara Occidental. Así, ambos fueron en su día colonizados por dos países
ibéricos con régimen dictatorial
(Portugal y España), y ocupados militarmente en 1975 en contra de la voluntad
de sus habitantes, lo que desencadenó sendos conflictos, con un importante
número de bajas entre muertos, heridos y desaparecidos. En cuanto a las
principales diferencias, señaló que en el caso de Timor la antigua metrópoli
(Portugal) había apoyado claramente la celebración de un referéndum -que
acabaría dando la independencia a los timorenses en 1999-, cosa que no ha
ocurrido con los gobiernos españoles en relación al Sahara Occidental.
Pedro Pinto aprovechó la
ocasión para poner ejemplos de países más pequeños y con menor población que
los dos citados y que han accedido a la independencia, lo que deja sin
argumentos a potencias que, como Francia, se han venido oponiendo a la
independencia del Sahara.
Al final de su intervención, y
tras referirse a algunos avances que se vienen produciendo en los últimos
meses, tales como el mantenimiento de Christopher Ross como enviado personal
del secretario general de la ONU para el
conflicto -en contra del deseo de Marruecos-, se mostró convencido de que, más
pronto que tarde, los saharauis accederán a la independencia, aunque no sea,
necesariamente, después de la celebración de un referéndum.
Por su parte, José Ignacio
Algueró comenzó señalando que su participación en el libro se concretaba en un
capítulo que debía servir de introducción histórica, y en el que abordaba los
hechos y circunstancias más relevantes de la colonización española, desde el
siglo XV hasta el 26 de febrero de 1976, fecha de la salida del último soldado
español del territorio. Dicha introducción suponía para el autor un capítulo
más en su búsqueda de la verdad sobre la colonización y la frustrada
descolonización del Sahara, búsqueda que le había llevado en su día a la
elaboración de una tesis doctoral, presentada como libro en 2006 por Ediciones
Idea con el título El Sahara y España. Claves de una descolonización pendiente.
Indicó Algueró algunas de las aportaciones incluidas en su obra, tales como el
papel jugado por Estados Unidos, Francia, Argelia o el entonces príncipe Juan
Carlos, las poco conocidas consecuencias que tuvo para España la entrega del
Sahara, o el poder de Marruecos sobre determinados políticos españoles en
general y canarios en particular.
Centrándose ya en el libro
objeto de presentación, señaló entre sus méritos los siguientes: el estar
escrito por prestigiosos especialistas en la materia; el ser comprensible
incluso para público no especializado; el abrirnos los ojos con la experiencia
de países como Timor o Namibia, que sí alcanzaron la independencia; y el
señalar que todos los países miembros de la ONU son cómplices de Marruecos cuando,
con su silencio, o comerciando con riquezas saharauis en beneficio de Rabat,
avalan la ocupación del Sahara.