El premio
Rafto de Noruega Sidi Mohamed Dadach, presidente de la organización de derechos
humanos saharaui CODAPSO, denuncia el acoso policial y de gendarmería marroquí
en la ciudad ocupada de Dajla:
“Hicimos un
viaje a Dajla para hacer una visita a los presos políticos saharauis que están
en la Cárcel Civil de Taurta. El objetivo del viaje era para visitarlos y saber
de su situación carcelaria ya que Marruecos alardea de ser un país abierto, democrático,
de derechos humanos, y el país del diálogo, nosotros partiendo de eso fuimos
para realizar esa visita. Pero desde que partimos de aquí nos han sometido a
registro tras registro, insultos y palabras que atentan contra la dignidad
humana, e interrogantes intimidatorios, como adónde vais, qué pretendéis, como
si fuéramos de otro planeta. Cuando llegamos al cruce 40 cerca de Dajla, la
gendarmería nos detuvo durante una hora, con registro a nuestro coche. A la
entrada ya en la ciudad de Dajla otro control y registro de nuevo y nos
retiraron nuestros documentos y llevaron la Carta Gris, Permiso de Circulación,
del coche de Hmad y no supimos que hicieron con él. Intentaron provocarnos con
preguntas intimidatorias y palabras denigrantes. En ese control de policía
estuvimos una hora retenidos sin explicaciones. Cuando salimos hacia el centro
de la ciudad tres coches de los servicios policiales nos han seguido, aparte de
los que nosotros no sabemos, hasta la casa de la familia de Hmad que ha estado
cercada durante toda la noche por agentes, y esto provoco mucho miedo en la
familia que no sabía el porqué de ese cerco policial.
Cuando la
preguntamos del porqué de ese trato nos dicen, vosotros sois infisaliin, “separatistas”
y esto es el trato que merecéis. Al día siguiente fuimos a la Cárcel de Taurta
para visitar a los presos saharauis y cuando llegamos nos impidieron la visita
y tuvimos que volver”.
Video
Daddach
El 19 de
agosto salimos de aquí, “El Aaiun”, con el objetivo de visitar los presos
políticos saharauis en la Cárcel de Dajla ocupada. Desde que salimos de aquí de
El Aaiun a lo largo del recorrido en la carretera hasta Dajla se nos ha
presentado muchos problemas de provocación con los militares marroquíes, y sus
servicios de espionaje y de seguridad que ocupan esta tierra. (…) desde Bojador
y sus controles hasta el cruce que lleva a Dajla todo fueron retenciones,
registros, provocaciones, insultos, intimidaciones. Nos hemos acostumbrado a
estos problemas sobre todo cuando hacíamos ese tipo de visitas a los presos. En
el control del Dajla llegamos a las 22h, y para registrarnos me pidieron que le
abriera el coche, les abrí las puertas y el jefe de la gendarmería me dijo que
le sacara todo lo que tengo dentro, y yo le dije que eso no es mi trabajo, y
que ahí tenéis el coche abierto y registrar como queráis. Tuvimos una discusión
en este sentido y finalmente el agente de la gendarmería se metió, tiró fuera
todo el material que tenía en el coche y registró todo el vehículo (…)
Luego
llamaron a otras unidades de gendarmería, llegaron y empezaron a hablar por
teléfonos y a provocarnos sabiendo que somos defensores de derechos humanos. Yo
tenía sobre el tablero del coche puesto mi permiso de circulación que ya le
había presentado antes. El agente al terminar del coche, nos dijo que fuéramos,
y cuando partimos y en seguida me di
cuenta que el oficial me robó el Permiso de Circulación. Y claro ellos con ese
tipo de trato pretenden intimidarnos para que no hiciéramos ese tipo de
activismo por los derechos humanos, eso era el objetivo por el que nos
insultan, y nos tratan de esa manera provocadora. Por la mañana denuncié en lo
que ellos llaman La Wilaya el “extravío” de mi Permiso de Circulación, y nos
dijeron que no había nadie que nos pudiera atender. Tuve que ir a la Comisaría
de Policía donde hice la denuncia por el robo del Permiso de Circulación, y
todos estos desplazamientos estábamos bajo vigilancia por agentes secretos y en
coches de policía. El segundo día fuimos a la cárcel y nos impidieron
rotundamente la visita, por lo que regresamos a El Aaiun. Todas las ciudades
ocupadas las han convertido en una cárcel, para entrar o salir uno tiene que
sufrir los controles con registros, acoso e intimidación. Nosotros como
activistas de derechos humanos en estos casos en defensa a nuestros derechos y
nuestra dignidad nos enzarzamos en discusiones con ellos. Muchas veces nos
pegan, nos llevan a las comisarías de policías y esta nuestra situación diaria.
Vídeo Hmad
*Fuente:
Radio Maizirat
*Traducción
y redacción: Poemario por un Sahara Libre