Hace cuatro años en compañía de los
profesores Juan Carlos Gimeno y Juan Ignacio Robles en el marco del trabajo de
investigación que realizamos sobre el proceso socio político cultural e histórico,
“El Sahara Occidental 1884 – 1976 Memorias coloniales, Miradas postcoloniales”,
proyecto de investigación que nos llevó a Ahmed Uld Barikal-la en nuestra
búsqueda a referentes notables saharauis que nos pudieran situar en diferentes
periodos de este marco histórico del
Sahara Occidental. Fue en noviembre de 2010 cuando Ahmed nos recibió en su jaima
en la daira de Agüeinit, wilaya de Auserd, en los campamentos de refugiados
saharauis.
Campechano, espontáneo y divertido, de
especial elegancia, nos dio la bienvenida en una modesta sala donde hacía sus
charlas y recibía a sus más allegados y amigos al son del té saharaui. Vestía,
recuerdo, una darra azul y colgaba sobre su cuello un estrenado turbante
nila de color oscuro. Iban con nosotros dos estudiantes de la Universidad
Autónoma de Madrid, que asesorábamos como tutores en su trabajo de fin de
carrera en antropología, Belen y Elena. «Y vosotras de qué parte de España sois», Ahmed, risueño,
preguntó a las dos chicas que nos acompañaban, y éstas le respondieron con
amabilidad, «somos de Galicia y de Madrid». Ahmed de nuevo preguntó,
dirigiéndose a nosotros, «¿y no hay nadie de Extremadura?». «No, todos somos de
Madrid»,
fue la respuesta que le dirigió Juan Ignacio. Y Ahmed nos comentó, «estuve viviendo en
Extremadura, en Badajoz».
Durante un dilatado té mantuvimos una
extendida charla sobre su vida y los momentos de la Historia saharaui que se
cruzaron en la trayectoria de un hombre que se formó en la metrópoli como
militar e intérprete. Ahmed prestó su servicio en la administración del
Gobierno General del Sahara desde muy joven como intérprete de la Yemaa, que
representaba el territorio en las Cortes españolas de entonces hasta el
precipitado abandono español y la repentina ocupación marroquí mauritana al
territorio, momentos que recordaba con indignación. Las dos horas que estuvimos
con él fluyeron muchas historias con detallados y pormenorizados
acontecimientos que solo sabía Ahmed exponer con su castizo español, desde la Guerra
Civil española en los años treinta, el proceso de descolonización en el
territorio saharaui, los entresijos de las maniobras franco españolas de
entregar el territorio a Marruecos y Mauritania, hasta los muy relevantes
momentos de compromiso que adquirió con la causa nacional saharaui en los años
setenta.
En mis investigaciones sobre partes del
proceso político colonial que se dio en el Sahara, Ahmed formó parte de una
historia saharaui, tal vez desconocida por muchos y que he podido oír y recabar
personalmente de uno de los militantes de la Organización Liberación Sahara,
que vivió de cerca la sublevación de Zemla y conoció las circunstancias de la
desaparición de Basiri. Me confesó que Sidi Brahim Basiri conoció a Ahmed Uld
Barikal-la y le afilió en la organización OLS, y que hubo un momento, cuando la
metrópoli estaba buscando a Basiri para detenerlo, en que Ahmed supo de la
situación y se acercó de forma discreta a la casa donde se encontraba el líder
del nacionalismo saharaui y le dijo, «Por si me necesitas ya sabes dónde estoy, Basiri, no dudes
en buscarme». Más detalles sobre este tema aparecerán próximamente en
mi libro “Tiris, rutas literarias”.
«¿Qué esperanzas tiene
usted en que se soluciona la ocupación?», fue la pregunta que le hice a Ahmed ya en
la parte final de nuestra extensa charla, aquel invierno de 2010. «Hombre, esto
está en poder de Dios, nosotros desde luego no queremos morir aquí, queremos
morir en nuestra tierra donde están enterrados nuestros antepasados». Y más adelante
matizaba con franqueza que «si los marroquíes salieran fuera de nuestro
territorio, estaremos
en buenas, y pacíficas relaciones comerciales y así evitar la guerra. Naciones
Unidas debe acabar con el cuento de Marruecos y los intereses de Francia en ese
lugar. Aquí no hacemos nada en un territorio que no es nuestro, es de Argelia,
y si habrá guerra yo y mis hijos moriremos peleando por nuestra tierra»
Como escritor y traductor, quiero recordar
que Ahmed fue uno de los primeros intérpretes y traductores que se formó en la
metrópoli en aquellos años treinta, otra faceta que pocos conocían de este gran
personaje que desgraciadamente ha
perdido nuestro registro histórico humano. Muy cerca de las costas de La Guera,
su alma en paz descansa y sus sueños de libertad, se reencarnan en sus hijos y
compatriotas y se hacen más rotundos en la consecución de la libertad por la
que Ahmed Uld Barikal-la resistió hasta que el cuerpo y los años lo vencieron.
Como recuerdo al querido Paquito. Un abrazo para sus hijos y nietos.
ResponderEliminarQue dios lo ubique en su paraiso junto a los mios y todos los caidos por esta causa. Ahmed Barikala es una personalidad muy reconocible en la sociedad Saharaui amigo personal de mi difunto padre Sueliki uld Belgasem, amigos inseparables en la epoca coloñial, me acuerdo de el perfectamente yo siendo niño entraban en mi casa y salian con sus ropas tradicionales Darra y turbante é iban a las oficinas donde trabajaban y a sus regreso en la casa los oiamos charlando de la politica y de la situación del Sahara. En los campamentos tambien he vivido algunos de esos encuentros entre ellos y la charla que mantenian, luego yo subia con el en su coche y aprendi muchas cosas buenas de el. Me contaba algunas anecdotas desde aquella epoca en nuestro sahara. Que en paz descansen.
ResponderEliminar