martes, 7 de octubre de 2014

Los principales partidos políticos ignoran la muerte del preso Hassana Luali

Por Alfonso Lafarga
La muerte del preso político saharaui Hassana Luali en el hospital militar de Dajla, en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, sin atención médica y tras continuas  denuncias sobre el   deterioro de su salud, no ha merecido la más mínima atención del Gobierno de España, ni de los dos principales partidos políticos españoles.
Ni para el Partido Popular (PP) ni para el Partido Socialista (PSOE), que en su día alardearon de estar junto al pueblo saharaui, la muerte de este activista de Derechos Humanos  ha sido motivo para expresar una muestra de condena o, al menos, pedir una investigación para esclarecer las circunstancias en las que se produjo.
Las repulsas por la muerte de Hassana Luali, que cumplía una condenado de tres años de cárcel por manifestarse, han llegado desde partidos como Izquierda Unida, UPyD, EH Bildu, Unión do Povo Galego, Bloque Nacionalista Galego o Nueva Canarias
La eurodiputada de la Izquierda Plural Paloma López registró una interpelación  denunciando la situación de los presos políticos saharauis en Marruecos y pidió a la UE que ponga fin al Estatuto Avanzado con el país magrebí, que facilita el comercio con un régimen que reprime y maltrata a los activistas democráticos por la autodeterminación del Sáhara Occidental. El eurodiputado de UPyD Fernando Maura, por su parte,  pidió que se llame a consultas al embajador marroquí ante las Instituciones Europeas para exigirle una investigación independiente.
Tampoco desde los órganos directivos de los principales sindicatos españoles han llegado muestras de repulsa por lo que pasa en las cárceles marroquíes con los presos políticos saharauis. Únicamente CCOO de Murcia condenó la muerte del activista saharaui, mientras que la  Confederación Intersindical de España pidió que la autopsia sea realizada por médicos independientes,  como han  reclamado los familiares de Hassana Luali y el Frente POLISARIO.
Y mientras continúa el acoso a los independentistas saharauis y la expulsión de observadores internacionales del Sáhara Occidental, los millones de minas esparcidas a lo largo de la excolonia española, especialmente en las cercanías del Muro Militar marroquí, siguen causando víctimas mortales. El 14 de septiembre tres trabajadores marroquíes perdieron la vida al este de la ciudad ocupada de Smara al estallar una mina antitanque al paso del vehículo en el que viajaban y el 19 fallecieron dos soldados saharauis cuando patrullaban la zona fronteriza del norte de los territorios liberados por el F. Polisario. En los territorios bajo control saharaui trabajan organizaciones internacionales de desminado, pero no pueden actuar en la  parte de la excolonia española bajo ocupación marroquí al no haber firmado Marruecos ni el Tratado Internacional de Prohibición de Minas y ni la Convención de Municiones en Racimo.

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