Para el expresidente del gobierno español
José Luis Rodríguez Zapatero “todos los hombres y las mujeres quieren ser
libres, sean blancos o negros, crean o no en Dios”, “las ideas no se imponen
por la fuerza y la violencia" y “los derechos humanos son la expresión de
la dignidad y la libertad de los hombres". En definitiva: “no hay un
concepto más importante en la historia que los derechos humanos”.
Así lo dijo el expresidente socialista el
II Foro Mundial de Derechos Humanos celebrado a finales de noviembre en
Marrakech, que los marroquíes querían inaugurase el Secretario General de la
ONU, Ban Ki-moon.
Pero Banki-moon no llegó a viajar a
Marrakech, como tampoco lo hicieron otras relevantes personalidades invitadas.
Sí lo hizo Rodríguez Zapatero, aunque no figuraba inicialmente en el capítulo
de “DISTINGUIDAS PERSONALIDADES” del
programa del Foro: ni entre las 84 del “Panel de personas eminentes”, ni las 37
del Comité Científico.
Además de hacer esa referencia al deseo de
libertad de las personas y de los derechos humanos, Zapatero tuvo un recuerdo
para” los estudiantes desaparecidos en México,
las mujeres secuestradas en Nigeria y en Irak y a todas las excluidas y
dominadas, a los discriminados por su orientación sexual y a los periodistas
asesinados por los fundamentalistas".
Pero José Luis Rodríguez Zapatero no
hizo alusión alguna a los cerca de
ochenta presos políticos saharauis que se encuentran en cárceles marroquíes,
víctimas de detenciones arbitrarias, juicios sin garantías y confesiones bajo
tortura, como han denunciado organizaciones internacionales de DDHH, por
reclamar el derecho a decidir el libre destino
de un pueblo al que España abandonó sin proceder a la descolonización haciendo
dejación de sus obligaciones históricas.
En medios saharauis de defensa de los
Derechos Humanos, a cuyas organizaciones no se ha permitido asistir al Foro de
Marrakech, se recuerda la falta de reacción del gobierno de Zapatero cuando fue
desmantelado el campamento de Gdeim Izik, en El Aaiún, en noviembre de 2010, y
por el que después hubo condenas de hasta cadena perpetua. En aquella ocasión
el presidente dijo que “los intereses de
España son los que el Gobierno tiene que poner por delante”, a la vez que pidió
disciplina al PSOE sobre esta cuestión.
Además de las organizaciones tanto del
propio Marruecos como de otros países, especialmente de Sudamérica, que han
boicoteado el Foro por ser un elemento de propaganda y lavado de cara de un
régimen que viola los DDHH, miembros de organizaciones saharauis señalan a
Zapatero la coherente postura mantenida por una de las “distinguidas
personalidades” que sí figuraba en el panel
y que declinó la invitación: Noam Chomsky.
Precisamente una semana y media antes del
Foro el lingüista y filósofo norteamericano remitió un video a la 39
Conferencia Mundial de Apoyo al Pueblo Saharaui, celebrada en Madrid,
expresando su compromiso con el pueblo saharaui y denunciando que Marruecos
seguía sin responder por sus crímenes:
“La agresión de Marruecos y los abusos a los derechos humanos más básicos por
parte de las fuerzas de ocupación no ha obtenido respuesta y sigue recibiendo
el apoyo directo de los poderes de Occidente, primordialmente de Francia,
aunque también sus aliados han cooperado para su vergüenza”. “La última colonia de África todavía espera
su libertad y la celebración de un referéndum justo bajo los auspicios de las
Naciones Unidas, que tiene la responsabilidad de acabar con esta horrible era
colonial”.
Y como una muestra más de esos derechos
humanos que no existen para Zapatero fue la detención de Joëlle Toutain,
representante de la Asociación de amigos de la RASD (AARASD) en Francia, en el
aeropuerto de Marrakech cuando se dirigía al Foro Mundial y a la que le fueron requisados 81 documentos sobre la
situación de los Derechos Humanos en el
Sáhara Occidental.
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