Ali Mojtar en la Acampada de 35 días; marzo 2010 |
Al sur de Marruecos existe el Sahara
Occidental, un territorio que ha sido ocupado mayoritariamente por su vecino
del norte desde que se fueron los españoles, hace 40 años. Sus habitantes, los
Saharaui, un pueblo árabe-musulmán, pero también africano y de idioma español,
luchan por su independencia y su derecho a la autodeterminación.
La República Saharaui está reconocida por
84 estados por el mundo, y casi todos los estados latinoamericanos, con la
excepción de Brasil, Argentina y Chile. El representante saharaui Ali Mojtar
ahora está en visita por el país. Su misión es difundir, hablar y divulgar la
lucha del pueblo Saharaui que llega ya a los 40 años, luchando por su derecho a
la autodeterminación y la independencia y crear vínculos diplomáticos con otros
países.
Sobre estos temas, así como de la situación
en la que el pueblo saharui se encuentra en el contexto del mundo árabe,
conversó con Radio Universidad el delegado de esta nación que se encuentra de
visita en Chile, Alí Mojtar.
¿Cuál es el vínculo entre el pueblo Saharaui
y América Latina?
El saharaui fue una colonia española
durante más de 100 años. Y la herencia de ese pasado colonial nos vincula con
América Latina, en muchos aspectos, tanto al nivel cultural como al nivel
histórico.Los Saharaui son un pueblo árabe, pero al mismo tiempo latino, por el
hecho de vivir bajo la ocupación española durante más de 100 años. Ahí se
releva de una cultura, tanto es así que hoy día los Saharaui somos el único
país árabe de habla hispana. Entonces esto es muy importante para América
Latina. 16:40 Porque somos el vínculo, el puente, somos la puerta por la que
entra la cultura española hacia el mundo árabe y también hacia el África.
Entonces tenemos esa particularidad que nos diferencia de los países del
entorno como es el caso de Marruecos, Argelia y Mauritania que son nuestros
vecinos, pero que hablan francés porque fueron colonias francesas. Nosotros
estamos justo incrustados en el medio de esa geografía del norte de África que
hablamos un idioma diferente al resto. Por eso, nosotros desde el comienzo hemos
venido a América Latina y afortunadamente el recibimiento siempre ha sido
abierto, apoyando a nuestra causa. Tanto es así que hoy día no solamente en
América Latina se apoya del pueblo saharaui sino que muchos países. Mucho más
allá reconociendo al Estado saharaui y estableciendo relaciones diplomáticas al
nivel de embajada. Esto es el caso de México, de Panamá, de Venezuela, de Costa
Rica, de Ecuador, del Uruguay. Prácticamente la mayoría de los países en
América Latina, falta Chile Argentina y Brasil.
¿Y por qué no reconocen al Estado
saharaui esos tres países?
Eso es lo que estamos intentando averiguar,
porque no se entiende cómo es posible que México que Ecuador, Uruguay,
Venezuela, todos los países de distintos planteamientos ideológicos hayan reconocido
el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, incluso al Estado
saharaui. El caso de Venezuela por ejemplo fue la Democracia Cristiana que
reconoció a la República Saharaui en la época de Lusinchi (Jaime, ex presidente
de Venezuela). Hay muchas similitudes, es fácil que entiendan aquí en América
Latina la lucha de un pueblo por su emancipación y más cuando se trata de un
país colonizador como es España. Creo que con el tiempo, más pronto que tarde
Chile, Argentina y Brasil se van a sumar al resto de los países. Yo creo que es
cuestión de tiempo y estoy convencido de que Chile lo hará pronto porque al
nivel de los partidos políticos hay un consenso. El Congreso chileno ya se ha
pronunciado a favor del Estado saharaui y está sobre la mesa de la Presidenta
este apoyo unánime de las fuerzas políticas chilenas para que se dé el paso.
¿Cómo han afectado el desarrollo de esas
relaciones los diferentes partidos y gobiernos sucesivos?
El reconocimiento tiene venir del gobierno.
Por ejemplo, en este momento los partidos en coalición que están en el
gobierno, todos están a favor de este establecimiento de las relaciones con la
República Saharaui. Yo pienso que es cuestión de tiempo, estoy convencido de
que Chile como un país que también ha vivido momentos muy parecidos. La lucha
por la independencia, la lucha por la emancipación económica, por los derechos
humanos, yo creo que Chile está en mejor posición para entender la lucha del
pueblo Saharaui que los otros países. Es un proceso que empezó hace muchos
años, y ha tenido sus altos y bajos. Creo que Chile desde prácticamente la
década de los 90 ha estado planteando la idea de reconocer al Estado saharaui.
Pero por una causa u otra ese proceso se ha ido estancando y mi misión, la
misión nuestra en este momento es reactivar ese proceso de acercamiento entre
Chile y la República Árabe Saharaui Democrática.
¿Por qué es importante el reconocimiento
y la creación de vínculos diplomáticos entre la República Saharaui y los otros
países?
Porque cuando hay una presión de la
comunidad internacional, y cuando empiezan a haber reconocimientos al Estado
saharaui en todos los continentes, Marruecos tendrá que ceder y ajustarse a la
demanda de la comunidad internacional. Pienso que de esta manera va a favorecer
que Marruecos finalmente acepte el plan de paz de las Naciones Unidas donde
está contemplada la celebración de un referéndum de autodeterminación para
solucionar este conflicto de una manera pacífica.
¿Cuáles son las razones que Marruecos
esgrime para mantener su presencia en este territorio?
Su argumento único y exclusivo es la
fuerza. La agresión y la ocupación del territorio en detrimento de la voluntad
del pueblo saharaui y contraviniendo también la posición de la comunidad
internacional, no tiene otro argumento. El Tribunal Internacional de Justicia
en el año 1975 ya se pronunció a favor del derecho del pueblo saharaui a la
autodeterminación y en contra de las reivindicaciones expansionistas de
Marruecos. África como continente se ha pronunciado. Hoy día Marruecos es el
único país que se encuentra fuera de esa organización continental. Porque ha
violado unos de los principios fundamentales de su carta magna, que es su
principio de la inviolabilidad de la frontera heredada de la época colonial.
Por eso Marruecos está afuera y la República Saharaui está dentro. Entonces,
Marruecos no tiene argumentos. Su ocupación del territorio con su ejército es
la única base que esgrime a la hora de reivindicar un supuesto derecho que
nadie en el mundo le reconoce.
¿Esta voluntad de ocupación del
territorio viene también del interés de Marruecos en los recursos naturales del
territorio saharaui?
Fundamentalmente. Eso es lo que ha empujado
a Marruecos en esta empresa expansionista y de ocupación. Su afán por acaparar,
explotar y expoliar las riquezas naturales de la República Saharaui son el
móvil que ha provocado esta guerra. No hay otro.
Ban Ki Moon fue al Sahara en marzo y
generó una crisis cuando usó el término “ocupación” para referirse a la
situación. ¿Cómo analiza esta controversia y lo que sucedió?
La palabra ocupación está contemplada en
las resoluciones de las Naciones Unidas. Desde un principio las Naciones Unidas
han catalogado la política expansionista marroquí y su agresión al Sahara como
una ocupación. Lo que pasa es que en este momento, Marruecos la utiliza como un
argumento para rebelarse en contra de Ban Ki-Moon y de las Naciones Unidas para
no cumplir su misión y los acuerdos firmados con el Frente Polisario de
celebrar un referéndum de autodeterminación. Hay una misión de las Naciones
Unidas en este momento en el Sahara, cuyo trabajo es precisamente velar por el
cese del fuego, pero al mismo tiempo crear las condiciones con la intención de
celebrar el referéndum de autodeterminación. Esto lleva 25 años paralizado.
¿Por qué? Porque Marruecos no quiere saber de la autodeterminación del pueblo
Saharaui porque sabe que el pueblo Saharaui va a votar a favor de la
independencia. Entonces desde el comienzo allí han creado obstáculos. Hoy
cuando ya está viendo que se acerca el momento porque las Naciones Unidas se
han implicado con mayor fuerza, el mismo secretario general ha hecho la visita
para empujar hacia la solución del conflicto, Marruecos se rebela. Pero no
tiene justificación, porque es la realidad. Hay una ocupación, con la fuerza en
contra de las resoluciones de las Naciones Unidas y sobre todo en contra de la
voluntad del pueblo saharaui.
Hay otra palabra que se destaca en los
textos sobre este tema, es casi el contrapeso de la palabra ocupación, es la palabra
árabe “sumud”. ¿Podría comentar sobre lo que significa para el pueblo saharaui?
Sumud en español, es resistencia, firmeza
en contra de la ocupación. El pueblo saharaui, durante estos 40 años, lo que ha
hecho, precisamente, es sumud a la agresión. Sumud frente a la violación de los
derechos humanos. Sumud frente a la ocupación y gracias a esa firmeza, gracias
a esa determinación de luchar para conseguir nuestros derechos hoy en día, la
comunidad internacional está a favor de nuestro derecho a vivir libre e
independiente en nuestro territorio nacional.
¿Entonces es una palabra potente de la
cultura de lucha del discurso que se desarrollaron sobre este tema?
Ha hablado de su carácter africano, de su
carácter latino, de excepción cultural en el continente africano, y de su
carácter árabe.
¿Cómo se sienten en cuanto al apoyo de
los países del Golfo Pérsico a Marruecos? ¿Se sienten aislados del resto del
mundo árabe?
Los países del Golfo Pérsico, concretamente
las monarquías apoyan a la monarquía marroquí. Hay una identificación por el
régimen por el sistema de gobierno que hay en estos países, entonces los
aliados naturales de Marruecos son precisamente Arabia Saudita. Nosotros somos
una República. Una República que tiene la particularidad de que ha permitido
que la mujer juegue su papel. Somos un pueblo tolerante, no tenemos
fundamentalismos, ni extremismos religiosos. Entonces, un país como la
República Saharaui no está bien visto, ni tampoco por la monarquía marroquí,
por distintas razones, pero tanto la monarquía saudí como la marroquí son
monarquías feudales, absolutistas, donde no se respeta el derecho de la mujer,
donde se fomenta precisamente el extremismo islámico, y donde no hay
posibilidades de una apertura y una tolerancia porque eso llevaría al hecho de
que la gente quiera romper con la represión y buscar una manera de vivir más
libre, que no se contempla en estos países monárquicos.
¿Y con el resto del mundo árabe, con
quien se mantienen vínculos?
Con nuestros vecinos, Mauritania, Argelia,
Libia (en la época de Kaddhafi), con Túnez, con Siria, con Iraq, con la mayoría
de los países. Es cierto que son países que en esto momento viven situaciones
difíciles de guerra también, pero no dejan de ser países que han luchado por la
independencia y se identifican por esa lucha que ellos han vividos años
antes.La monarquía saudí, junto con Kuwait y Jordania están a favor de
Marruecos, y el resto de los países republicanos, o con un régimen distinto al
monárquico, están a favor de la lucha del pueblo saharaui.
¿Y con esa visita de Ban Ki Moon, ahora
se habla que se podría retomar una guerra real, es un escenario realista?
Sí, efectivamente. Hay una misión de Naciones
Unidas, MINURSO, cascos azules, y un cuerpo civil como parte de una misión cuyo
objetivo es velar por el cese del fuego y la celebración de un referéndum de
autodeterminación. Esta misión está en el territorio desde septiembre de 1991.
Producto de los obstáculos que ha ido creando Marruecos hasta este momento no
se ha celebrado este referéndum. Hoy, viéndose Marruecos en una situación de
apuro, después de la visita de Ban Ki Moon al territorio, Marruecos decidió
expulsar a parte importante del MINURSO. Eso viola los acuerdos firmados en
Houston entre las dos partes beligerantes, Marruecos y el Frente Polisario, y
viola también las resoluciones del Consejo de Seguridad que ha decidido mandar
una misión para resolver este conflicto. Entonces si este cuerpo civil que
forma parte de Naciones Unidas, y del Sahara no regresa, si Marruecos no
permite el retorno de estas fuerzas, entonces no hay MINURSO. Y si no hay
MINURSO, no hay tampoco posibilidad de velar por el respeto al cese del fuego y
a los otros planteamientos que figuran en el acuerdo de paz, firmado por las
dos partes. No sabemos cuál va a ser el actitud de Marruecos. Tampoco sabemos
hasta dónde el Consejo de Seguridad va a defender su resoluciones y pronto a
partir del 28 de este mes se sabrá realmente el resultado. El 28 de abril, el
Consejo de Seguridad tiene que renovar la presencia de la MINURSO en el
territorio como lo ha hecho a lo largo de estos años. Hay que renovar pero
también hay que enmendar el daño hecho por Marruecos al expulsar parte
importante de esta misión. Entonces tendrá que volver la parte expulsada por
Marruecos y después renovar. Si no hay renovación, si no hay retorno de la
parte expulsado de la misión, entonces aflora la amenaza de une guerra.
Marruecos sería responsable por violar las resoluciones del Consejo de
Seguridad y expulsar a parte importante de las Naciones Unidas en el Sahara
occidental.
¿Significa entonces que el gobierno
saharaui estaría dispuesto a tomar las armas?
Sin duda alguna.
¿Por sí mismo o solo si Marruecos
realiza movimientos de tropas?
La guerra paró porque se firmó un acuerdo
de paz y llegaron las Naciones Unidas a defender o velar el cese del fuego y
empezar un proceso con la intención de celebrar un referéndum. Si esto se
rompe, si ya hay misión, entonces no se justifica el cese del fuego. Se vuelve
otra vez a la guerra. Tenemos un ejército bien armado, tenemos un ejército con
una experiencia además de 16 años de guerra. Tenemos un pueblo decidido a
seguir la lucha para conseguir su independencia. Tenemos un apoyo
internacional. Es Marruecos él que está violando las resoluciones del Consejo
de Seguridad. Y le compete también al Consejo de Seguridad defender sus
resoluciones. Si no hay, si no está en la altura para poder defender su
resoluciones entonces hay una amenaza de la paz internacional, así de sencillo.
Con su posición geográfica, también se
plantea la amenaza terrorista que podría aprovechar de la oportunidad de una
guerra entre ustedes y Marruecos. ¿Cómo se siente con respecto a esas amenazas?
Efectivamente, la región del norte de
África está en una situación muy delicada, de inestabilidad, producto
precisamente de la presencia de estos grupos radicales en Mali, en Libia, e
incluso dentro del mismo Marruecos. Entonces si hay desestabilización, si hay
guerra seguro que estos grupos se sentirán reforzados y habrá una amenaza en
toda la región. Dios quiera que no surja de nuevo este conflicto militar, pero
para que eso no ocurra se tendrá que respetar el derecho internacional, las
resoluciones del Consejo de Seguridad y también se tendrá que respetar la
voluntad del pueblo Saharaui es su derecho a la autodeterminación.
¿Entonces el obstáculo hasta conseguir
la paz y el referéndum de independencia es la voluntad de Marruecos entonces?
Si se reestablece el orden y la parte
expulsada del MINURSO regresa, entonces el Consejo de Seguridad tiene que
seguir hacia adelantey pasar a la siguiente fase que es preparar las
condiciones para que se celebre el referéndum. Hay un cuerpo electoral identificado,
y solamente falta que Marruecos acepte que las ciudades se abran en todo el
territorio nacional y que el pueblo saharaui pueda votar. Así de sencillo. Y la
votación va a ser a favor de la independencia, o a favor de Marruecos. De la
anexión de Marruecos. Nosotros siempre hemos dicho que esta es la manera más
democrática de acabar con el conflicto, pero la pregunta en este momento es
¿por qué Marruecos no quiere ir por esta vía? Porque sabe que lo va a perder.
Marruecos sabe que un pueblo que ha resistido durante 40 años luchando por su
independencia, si se le brinda la posibilidad de ir a las urnas va a manifestar
su voluntad de una manera abierta a favor de la independencia, por eso
Marruecos va a seguir insistentemente en esa vía de cerrar las puertas a
cualquier solución pacífica del conflicto. Pero el problema no solamente lo
tiene con los Saharaui, el problema lo tiene también con el Consejo de
Seguridad.
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