martes, 15 de noviembre de 2016

Otro catorce de noviembre. De Bachir Ahmed Aomar

No es la primera vez, ni será la última si nada cambia, que me repito muy a pesar mío. Vuelvo a hablar de una fecha triste para mí y para todo el pueblo saharaui. No es fácil olvidar que el catorce de noviembre de 1975, el estado español decidió unilateralmente firmar unos acuerdos por los que vendía a miles de personas, como si de corderos se tratase, a un país extranjero.
Nunca conoceremos toda la verdad hasta que aquellos documentos se hagan públicos, pero si podemos contar lo que vimos con nuestros propios ojos. No es temerario decir, aunque a algunos les duela, que España traicionó al pueblo saharaui. La población que vivía en el territorio confiaba en las promesas hechas; en el referéndum de autodeterminación, en la independencia de la colonia. Aún hoy, todavía hay nostálgicos que nos acusan de ser los culpables de la entrega del Sahara a Marruecos. Decían “Fuera España”, nos dicen. Les da vergüenza aceptar que en la colonia los únicos que vivían mal eran los saharauis, que pisoteaban nuestros derechos porque éramos ciudadanos de segundo orden en nuestra tierra. No quieren reconocer que el Sahara era nuestro, que los que vinieron de fuera eran ellos. Más que pedir que se fuera España, deseábamos que se restituyeran nuestros derechos, la dignidad nos lo pedía.
Un momento histórico tan ignominiosos no puede ser ignorado. Estamos obligados a recordarlo cada 14 de noviembre. La firma de ese documento condenó a la muerte a miles de personas. Por supuesto que el culpable es Marruecos, pero sin el acuerdo de España nunca hubiese ocurrido lo que sigue pasando. El reino alauí es culpable, pero el reino de España es responsable, por mucho que intente mirar hacia otro lado.
El pueblo canario es quizá el que más vínculos ha mantenido con los pobladores del territorio desde tiempos ancestrales. Hay pruebas que demuestran los intercambios de diversa índole entre los pescadores isleños y las tribus del desierto. Una historia común que hoy se desconoce. Personalmente me duele, cuando en institutos y universidades observo que los jóvenes desconocen la existencia del Sahara Occidental. A la pregunta obligada de si saben que país es el más cercano a las islas, la respuesta es siempre la misma: Marruecos. Un territorio que se encuentra apenas a cien kilómetros es totalmente desconocido. No creo que sean ellos los culpables de ese desconocimiento, aunque estoy convencido que hay intereses ocultos a los que beneficia que el Sahara no exista en la mente de las nuevas generaciones. Ellos, por supuesto, no pueden saber que antes de 1975 no habían marroquíes en Canarias, tampoco que los únicos que venían de la otra orilla eran los saharauis. Mucho menos que miles de canarios vivían y trabajaban en el Sahara Español.
Los medios de des-información ya se encargan de esa tarea, cuando menos se hable del Sahara, mucho mejor. No digamos nada de las plumas de algunos pseudo periodistas que están al servicio del que entrega el sobre en el consulado. Realmente es patética la simbiosis entre algunos políticos y empresarios que se mueren por poder invertir en el Sahara Ocupado, pasando por alto, que es un territorio donde cualquier explotación de los recursos naturales es expolio. Lo más grave es que intentan convencer de que allí no ocurre nada. Para ellos no existen los presos políticos, ni las torturas, ni las violaciones, ni las desapariciones, ni las fosas comunes, solo un territorio casi virgen, donde intercambiando dádivas con los marroquíes, se pueden hacer ricos.
La relación de Canarias con el Sahara debe ser otra cosa. Somos dos pueblos hermanos que hemos estrechados lazos de amistad en una historia común, no dejemos que la serpiente nos envenene. Luchemos mano con mano para que no haya más catorce de noviembre.
Escribió el poeta Pedro Lezcano:
Mirando al sol poniente
los niños saharianos,
rezan, sueñan y cantan una patria
que jamás han pisado.
Más allá del ocaso, nuestros niños,
en idioma común, oyen sus cantos
desde la misma arena,
el mismo sol y el mar que les robaron…
Bachir Ahmed Aomar, 14-11-2016.

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