miércoles, 28 de febrero de 2018

Celebración en Cantabria del 42 aniversario de la proclamación de la República Saharaui

*Fuente: Cantabria por el Sahara, 27 de febrero de 2018
Casi un centenar de personas se dieron cita en la tarde de ayer frente a la Delegación del Gobierno en Santander, desafiando el intenso frío, para conmemorar el 42 aniversario de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática, en respuesta a la convocatoria realizada por Cantabria por el Sáhara y Alouda Cantabria, que contaba con el apoyo de la Delegación Saharaui en Cantabria.
El acto comenzó con la lectura de un texto en recuerdo de Mohamed El Ayoubi, preso político del grupo Gdeim Izik, recientemente fallecido en la ciudad ocupada de El Aaiún. Condenado a 30 años, El Ayoubi se encontraba en libertad condicional debido a su delicado estado de salud, agravado por las torturas y malos tratos recibidos en la cárcel. Seguidamente se dio lectura al comunicado emitido por Naama Asfari anunciando el comienzo de una huelga de hambre ilimitada desde la cárcel de El Aarjat, cerca de Rabat en protesta por la dispersión y alejamiento de los presos del grupo. También hubo un recuerdo para Mohamed Burial, preso igualmente del grupo Gdeim Izik, acompañado por Cantabria por el Sáhara.
El comunicado de las organizaciones convocantes hizo hincapié en los recientes e importantes hitos de la lucha saharaui, como el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, según el cual, el acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos no es válido por aplicarse al Sáhara Occidental y a las aguas adyacentes y no respetar el derecho del pueblo del Sáhara Occidental a la libre determinación; o el del Tribunal Supremo de Sudáfrica declarando a la RASD como propietaria de la carga de las 55.000 Tm de fosfato del barco NM Cherry Blossom, retenido en el puerto sudáfricano de Port Elisabeth, que Marruecos pretendía exportar a Nueva Zelanda. O el firme posicionamiento de la Unión Africana frente a los espurios intentos de Marruecos de rebajar la condición de la RASD como estado fundador y miembro de pleno derecho de esta institución y su decidida apuesta por la autodeterminación del pueblo saharaui.
A nivel local, el comunicado resaltaba la moción aprobada por trece ayuntamientos de Cantabria solicitando la nulidad del juicio de Gdeim Izik y la libertad de todos los presos políticos saharauis. O la Declaración Institucional aprobada ayer mismo por el Parlamento de Cantabria instando al Gobierno de España, entre otras cuestiones de gran calado, al reconocimiento de la RASD  y al reconocimiento efectivo del Frente Polisario como representante legítimo del Pueblo Saharaui, otorgando a sus representantes estatus diplomático.
El comunicado finalizaba con el compromiso de Cantabria por el Sáhara  de seguir acompañando al Pueblo Saharaui en su lucha por conocer el paradero de los cientos de personas desaparecidas, por la libertad de los presos políticos y por la celebración de un Referéndum de Autodeterminación en el que pueda decidir libremente su futuro.
Cerró el acto la Delegada Saharaui en Cantabria, agradeciendo la asistencia  en una tarde tan complicada en lo climatológico y solidaridad de la sociedad cántabra y especialmente la de las organizaciones convocantes.


27 de febrero: el triunfo de la RASD, el triunfo de la humanidad
Hace 42 años. El 27 de febrero de 1976, se proclamaba la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). “La constitución de un Estado libre, independiente y soberano, regido por un sistema nacional democrático, árabe de tendencia unionista, de confesionalidad islámica, progresista, que adquiere como forma de régimen el de la República Árabe Saharaui Democrática”.
Que en aquellos tiempos se proclamara un nuevo proyecto político nacional bajo estas premisas, cuando el mundo se encontraba dividido por un telón de acero en dos bloques antagónicos, y que la RASD no se alineara con ninguno de aquellos bloques y se situara en el llamado Tercer Mundo, aquel que buscaba un punto de encuentro entre los pueblos, basado en la Carta Fundamental de los Derechos Humanos es hoy, 42 años después, un ejemplo a aplaudir. Quizás, viendo el mundo que estamos dejando a las futuras generaciones, los aplausos debieran ser más fuertes todavía.
Tras décadas de funesta historia mundial, conceptos como ‘libertad’, ‘independencia’, ‘soberanía’, ‘progreso’…, siguen siendo el faro que alumbra el único camino que puede dirigir a la humanidad hacia un futuro más fraterno, más justo y, en definitiva, más humano.
Desde que la RASD naciera aquel 27 de febrero, ha forjado un halo de esperanza que nos hace soñar con un mundo mejor. Porque la República Saharaui se ha forjado bajo el yugo insoportable del exilio y de la ocupación, en un territorio surcado por la cicatriz de un muro que separa a las madres de sus hijos, a las hijas de sus padres, bajo el manto tenebroso del olvido de quienes mandan en un mundo sin que nadie les haya otorgado la legitimidad para mandar. Una República forjada por un pueblo víctima de los  más atroces actos que pueda cometer el ser humano: la guerra, el genocidio, las desapariciones forzosas, las torturas más espantosas, la cárcel, los asesinatos, el exilio, el expolio de sus recursos,... Un pueblo que ha luchado y sigue luchando por su soberanía, una  soberanía que, hoy más que nunca, es sinónimo de dignidad. Por eso, el triunfo de la RASD, será el triunfo de la humanidad
Pero en tanto llega ese esperado triunfo, el pueblo saharaui tiene que seguir superando nuevos-viejos retos: erradicar las torturas, las desapariciones forzosas, los asesinatos y cualesquiera otras formas de violación de los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados; detener el expolio de los recursos naturales del Sáhara Occidental o cubrir con suficiencia las necesidades básicas de la población refugiada.  Los nuevos retos globales tampoco le son ajenos al pueblo saharaui: la igualdad real entre el hombre y la mujer; la erradicación del hambre y la pobreza en el mundo; la lucha contra el cambio climático, un cambio cuyas consecuencias ya se manifiestan con especial virulencia en lugares ya de por sí extremos como el desierto en el que resisten; o la respuesta ante un mundo cada vez más globalizado e interconectado que más que en oportunidad para facilitar el diálogo entre los pueblos, se ha convertido en una  grave amenaza para las peculiaridades culturales de los pueblos, especialmente para el saharaui, víctima ya de por sí del genocidio cultural al que le somete el Reino de Marruecos.
Es cierto que queda mucho camino por recorrer hasta la victoria final. Pero no lo es menos que hay hitos que indican que vamos por el camino correcto. Recientemente hemos conocido el informe del Abogado General del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, según el cual, el acuerdo de pesca celebrado entre la UE y Marruecos no es válido por aplicarse al Sáhara Occidental y a las aguas adyacentes y no respetar el derecho del pueblo del Sáhara Occidental a la libre determinación, informe que hoy mismo ha sido ratificado por el Tribunal. O el fallo del Tribunal Supremo de Sudáfrica declarando a la RASD como propietaria de la carga de las 55.000 Tm de fosfato del barco NM Cherry Blossom, retenido en el puerto sudáfricano de Port Elisabeth, que Marruecos pretendía exportar a Nueva Zelanda. Y hemos podido ver como la Unión Africana sigue mostrándose fuerte frente a los espurios intentos de Marruecos de rebajar la condición de la RASD como estado fundador y miembro de pleno derecho de esta institución y sigue apostando irrevocablemente por la autodeterminación del pueblo saharaui.
A nivel local, es importante resaltar la moción aprobada por trece ayuntamientos de Cantabria solicitando la nulidad del juicio de Gdeim Izik y la libertad de todos los presos políticos saharauis. O la Declaración Institucional aprobada ayer mismo por el Parlamento de Cantabria instando al Gobierno de España, entre otras cuestiones de gran calado, al reconocimiento de la RASD  y al reconocimiento efectivo del Frente Polisario como representante legítimo del Pueblo Saharaui, otorgando a sus representantes estatus diplomático.
Este año España entra a formar parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Se le presenta al movimiento solidario español una gran oportunidad de presionar al Gobierno para evitar que siga avergonzándonos con su inacción, cuando no con su complicidad, con las sistemáticas violaciones de los Derechos Humanos cometidas por Marruecos en los TT.OO. del Sáhara Occidental.
Decía Marcos Ana, gran amigo del Pueblo Saharaui y organizador de las primeras Vacaciones en Paz de niños saharauis en España: “Lo único que me podría recompensar un poco la vida es ver triunfantes los ideales por los cuales he luchado, por los cuales ha luchado toda una generación”. Ese pensamiento es el que nos anima a seguir acompañando al Pueblo Saharaui en su lucha por conocer el paradero de los cientos de personas desaparecidas, por la libertad de los presos políticos y por la celebración de un Referéndum de Autodeterminación en el que pueda decidir libremente su futuro.
Paz y libertad para el Pueblo Saharaui
Viva la República Árabe Saharaui Democrática

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