Los brutales acontecimientos ocurridos en Dajla y El Aaiun (Sahara Occidental ocupado), con decenas de ciudadanos saharauis heridos y cruelmente apaleados durante varias concentraciones pacíficas, han encontrado contundente y rápida reacción a nivel político en varios países Latinoamericanos. Es el caso del Congreso Chileno y el Congreso de Perú y a nivel de organizaciones el FRENADESO y la Coordinadora Popular de Derechos Humanos en Panamá o la Liga Argentina por los derechos del hombre o las Madres de la Plaza de Mayo, entre otros.
En España y Europa los políticos estaban más pendientes de hacer la pelota a Marruecos y celebrar el “éxito” de la Cumbre UE-Marruecos, celebrada en Granada el 6 y 7 de marzo, que de exigir con medidas reales a este país que no viole los derechos humanos en el Sahara y en Marruecos y que respete los tratados internacionales que firma.
Antológico fue el ridículo de Moratinos en la mañana del martes 9 de marzo cuando se congratulaba por la “normalidad” con que habían regresado a El Aaiun los once defensores de derechos humanos que visitaron los campamentos de refugiados saharauis y las zonas liberadas del Sahara. Sólo unas horas después de estas declaraciones en el Congreso, las autoridades marroquíes se encargaban de ponerle en evidencia. Una brutal carga policial dejaba decenas de heridos: literalmente espaldas magulladas, bocas rotas, caras reventadas y cabezas abiertas, tanto de los 11 defensores de derechos humanos como de ciudadanos que les recibían a su llegada. Eso sí tanto Moratinos como los diputados Xuclá de CiU y Arístegui del PP (el condecorado con la Orden del Wisam Alauí), se habían apresurado a pedir que se vigilen los derechos humanos en los campamentos de refugiados saharauis, donde sí viajan políticos, periodistas, y organizaciones de derechos humanos para contar libremente lo que ven, y donde están establecidas sobre el terreno diferentes organizaciones internacionales.
Precisamente ayer 11 de marzo, mientras conocíamos la noticia de nuevas detenciones en El Aaiun incluida la de un niño de ocho años, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Angel Lossada comparecía ante la Comisión de Exteriores del Senado, y no hacía ninguna alusión a los graves acontecimientos de Dajla y El Aaiun. Eso sí, confiaba en los avances de Marruecos en materia de derechos humanos, opinión no compartida por la Senadora del PP Luz Elena Sanín su "escepticismo" respecto a la voluntad de Marruecos de respetar los derechos fundamentales. "No nos equivoquemos, Marruecos va a avanzar en Derechos Humanos (...) si es un proceso endógeno, interno, porque a ellos les interesa, porque son conscientes de que no es posible un desarrollo armónico y una convergencia real con la UE sin desarrollo y mejoría de los Derechos Humanos", afirmaba con optimismo infundado el secretario de Estado.
Como colofón, mientras contemplamos horrorizados las últimas fotos de la brutal represión contra mujeres, hombres e incluso niños saharauis, estas palabras de políticos y empresarios nos llevan a redoblar las fuerzas para luchar porque otro mundo, de verdad, en el Sahara Occidental sea posible.
[*Fuente: David Bollero]
José Luis Rodríguez Zapatero: "La apuesta de las autoridades marroquíes por la modernización de su economía y por su apertura al exterior es de elogiar. La confianza entre España y Marruecos l
nos permite superar de vez en cuando algunos temas nada fáciles".
Herman Van Rompuy, presidente de la UE: "Los Veintisiete apoyan los esfuerzos de la ONU para lograr una solución política justa, duradera y aceptable para todas las partes; seguiré trabajando en los aspectos humanitarios del conflicto".
José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea: "Esta cita supone la señal de la ambición de ambas partes por progresar y profundizar en las relaciones bilaterales, principalmente en el ámbito económico".
Mohamed VI: “Apoyamos la construcción del Magreb siempre que respete la integridad territorial de los Estados y las reglas de buena vecindad".
Abbas el Fassi, primer ministro marroquí: "El 85 por ciento de la población (del Sáhara) se considera marroquí; si no hubiera alambres en los campos de Tinduf los secuestrados volverían al Sáhara Occidental. En Marruecos, cuando se producen violaciones de Derechos Humanos, el peso de la ley cae sobre los responsables como ocurre en Occidente".
Confederación de Empresarios de Aragón (CREA): "El transporte, la logística y las infraestructuras son los ejes prioritarios de la cooperación a nivel oficial y empresarial entre la Unión Europea y Marruecos, con el objetivo de "extender el mercado interior europeo a sectores con gran potencial de crecimiento".
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