REUTERS 16 de noviembre de 2010, 22.07
El Gobierno marroquí ha dado explicaciones que "refutan las acusaciones graves" sobre la actuación de sus fuerzas de seguridad durante los disturbios ocurridos en el Sáhara Occidental tras el desmantelamiento de un campamento de protesta en el territorio en disputa, dijo el martes el vicepresidente del Gobierno español y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras reunirse con su homólogo marroquí. Seguir leyendo el arículo
Las versiones de lo ocurrido el lunes pasado en el campamento situado en las afueras de El Aaiún - levantado desde hacía semanas en demanda de mejoras laborales y sociales - y los posteriores incidentes que se trasladaron a la capital de la antigua colonia española divergen según las partes, con los marroquíes defendiendo su intervención ante unos "extremistas", y los saharauis denunciando la violencia indiscriminada de sus fuerzas de seguridad.
El Gobierno español ha afrontado estos días las críticas de la oposición y de los medios de comunicación, al considerar tibia su postura hacia Marruecos y no realizar una condena de los hechos. El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ha tratado de responder recordando los importantes intereses que unen a los dos países y la necesidad de que el conflicto se resuelva en la comunidad internacional.
Rubalcaba dijo que en la reunión con el ministro marroquí, Taieb Cherkaui, "le he explicado con toda claridad la gran preocupación que existe en grandes sectores de la población española en relación con esos hechos y las acusaciones muy graves que se han publicado, una preocupación que comparten las fuerzas políticas españolas y también el Gobierno".
"El ministro me ha dado una explicación pormenorizada y minuciosa de todos los acontecimientos, es una explicación que refuta las acusaciones graves a las que me venía refiriendo", agregó, en una rueda de prensa en la sede del ministerio en Madrid después del encuentro entre ambos.
Marruecos ha dicho que hubo 12 víctimas mortales - diez integrantes de las fuerzas de seguridad y dos civiles saharauis -, mientras que el movimiento independentista del Sáhara Occidental, el Frente Polisario, afirma que más de 36 saharauis murieron y 163 fueron detenidos.
Cherkaui se comprometió a "que si hay algún hecho, algún suceso, algún nombre, algún dato, algo, que el Gobierno español crea que debe ser investigado, lo será y pondrá a nuestra disposición las informaciones de las que puedan disponer y los resultados de esas investigaciones", dijo Rubalcaba.
Entre estos hechos se encuentra el fallecimiento del ciudadano saharaui de origen español Baby Hamadi Buyema, muerto al parecer en El Aaiún. En la fiscalía de El Aaiún hay abierta una investigación sobre su muerte, que según Cherkaui se debió a que fue atropellado por un coche.
"Vamos a esperar a que termine la investigación, para ver los resultados de la misma y la vamos a publicar", afirmó el ministro marroquí, que habló en la embajada de su país en la capital de España.
CRÍTICAS A LOS MEDIOS ESPAÑOLES
Mientras los medios españoles han dicho que no se les permite acceder libremente al Sáhara y tres periodistas fueron expulsados la semana pasada, Marruecos ha respondido con duras críticas a los medios, a los que acusa de tergiversar las noticias sobre lo ocurrido en lo que Rabat considera parte de su país.
Cherkaui habló de "ofensiva mediática" y de "encubrimiento parcial de los acontecimientos", además de contar los casos de dos fotografías publicadas por periódicos españoles con supuestas víctimas saharauis que resultaron ser de niños palestinos tras un ataque israelí en Gaza y de un crimen en Casablanca.
Rubalcaba dijo que el Gobierno español ha hecho una "propuesta concreta" al Gobierno marroquí en relación con los medios españoles, para la que "esperamos una respuesta favorable en los próximos días".
Tras mostrar un vídeo para apoyar su tesis, el ministro Cherkaui dijo que la intervención fue completamente pacifica, bajo la supervisión de la justicia, para "salvar a varios ciudadanos retenidos por milicias criminales" con "entrenamiento especializado" que atacaron a las fuerzas de seguridad con armas blancas, cócteles molotov y bombonas de gas.
"¿Cual fue el resultado? La manipulación de la opinión pública en una campaña contra Marruecos, (los medios) abren paso al odio y al racismo, rinden un flaco favor a nuestros dos países, nuestro destino es llevarnos bien y enfrentarnos juntos a los problemas que tenemos", afirmó.
En la reunión, con la que Cherkaui devolvió la visita de Rubalcaba a Marruecos en agosto, se firmó además un protocolo para establecer dos comisarías conjuntas, en Algeciras y Tánger, así como dos acuerdos en la lucha contra el tráfico de drogas por vía aérea y para destinar dos oficiales de enlace, uno en Casablanca y otro en Barajas, que agilicen los trabajos para luchar contra la inmigración ilegal.
El Sáhara Occidental, un territorio rico en fosfatos y bancos de pesca, fue invadido por Marruecos en noviembre de 1975, desatando una guerra de baja intensidad con el Polisario que terminó con un alto el fuego auspiciado por la ONU en 1991. Entonces se acordó celebrar un referéndum, pero ahora Marruecos solo acepta una autonomía, mientras que el Polisario pide que se lleve a cabo la consulta, con la independencia como una opción.
El conflicto es el más antiguo de África y se encuentra estancado ante la falta de progresos en las negociaciones. Ambas partes se reunieron en Nueva York el mismo día del desmantelamiento del campamento y acordaron volver a verse en diciembre.
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