sábado, 15 de enero de 2011

El Mami Amar Salem: «Marruecos tortura y practica la limpieza étnica en el Sáhara»



El vicepresidente del Colectivo de Defensores de los Derechos Humanos Saharauis se lamenta de que Occidente solo atiende a los pueblos que recurren a la lucha armada

IBIZA | ALBERTO FERRER Mohamed el Mami Amar Salem, vicepresidente del Colectivo de Derechos Humanos Saharauis, pronunció el jueves una conferencia en el Club Diario sobre la situación que se vive en los territorios ocupados desde 1975 por Marruecos, en la que trazó un panorama desolador por el recurso de las fuerzas ocupantes a «la tortura y la violación de derechos del pueblo saharaui» y su negativa a atender «todas las propuestas» que se han hecho para desbloquear la negociación en torno al futuro de la excolonia española.

El Mami insistió en el carácter «pacífico» de la resistencia saharauis y lamentó que la comunidad internacional solo se decida a actuar cuando hay un conflicto armado, «como en Afganistán, donde besan las manos de los talibanes». Por ello llegó a asegurar que los países occidentales «presionan para que los saharauis hagan algo violento».

Loles Planells, representante de la Associació d´Amics del Poble Saharaui en Ibiza, fue la encargada de presentar al conferenciante, del que recordó su carácter de víctima de la tortura en su tierra y el exilio forzoso de tres años al que le sometieron las autoridades marroquíes por su negativa a reconocer «la marroquinidad del Sáhara». También recordó que El Mami ha recibido el premio de la Liga Española de los Derechos Humanos por su defensa pacífica de los derechos de su pueblo.

Sobre el Sáhara, Planells rememoró la «dureza» de la intervención de las fuerzas ocupantes en el desalojo del campamento de Gdeim Izik, en noviembre del año pasado, a 12 kilómetros de la capital del Sáhara ocupado, El Aaiún: «Nos sorprendió la contundencia, que rayaba la ilegalidad», comentó antes de criticar «la oscuridad» que siguió a aquellas primeras noticias, fruto del apagón informativo decretado por el régimen de Mohamed VI.

El Mami recordó que el conflicto de la excolonia se inicia cuando España la «abandona a su suerte» tras el acuerdo tripartito de Madrid. Según aseveró, la antigua potencia colonial cedió el Sáhara a Marruecos y Mauritania a cambio de poder pescar en sus caladeros durante dos décadas y de una participación del 52% en la extracción de fosfatos de sus minas: «Tenemos copia de esos acuerdos», insistió. Por ello, el activista considera que España es «responsable» de la suerte de los saharauis, quienes, insistió, «tienen DNI».

El defensor de los derechos humanos dijo que los desmanes de sus nuevos ocupantes comenzaron desde el momento en que parte de los saharauis se adentraron en el desierto: «Les bombardearon con napalm y fósforo blanco». Los que se quedaron en sus casas practican la «resistencia pacífica», que se reactivó en mayo de 2005. Entonces se inició «una intifada» en el Sáhara Occidental por la dura disolución de una manifestación pacífica por parte de las fuerzas de intervención rápida alauita, «equipados con material de fabricación española», insistió.
Dentro de esta campaña, relató El Mami, se puso en marcha el campamento de Gdeim Izik. «Eran 40 jaimas el primer día y 9.000 cuando fueron desalojados». Según afirmó, los policías y militares realizaron «una masacre» en la que emplearon gases y munición real.

Aseguró que hay cuatro víctimas mortales identificadas y decenas de desaparecidos, a los que el activista da por muertos. Recuerda que muchos heridos se curaron en casa «con hierbas y grasa de animales» por miedo a su arresto en los hospitales. De hecho, a día de hoy aún hay 185 detenidos, entre ellos mujeres, niños y ancianos, aunque sobre todo jóvenes, y una lista de más de 600 saharauis en «búsqueda y captura».

El Mami afirmó que el régimen azuza a los colonos marroquíes contra los saharauis y emplea cárceles secretas para torturar a los que se resisten. Sostuvo que la dictadura alauita es responsable de al menos 650 desapariciones y practica la limpieza étnica. «Últimamente» trata de atraer a los jóvenes saharauis a las ciudades marroquíes «con ofertas de trabajo» y encierra a los que se oponen a la ocupación para «someterlos a tortura».

Siete días herido en tierra de nadie
El activista Mohamed El Mami Amar Salem explicó en su conferencia en el Club Diario su propia experiencia a manos de las fuerzas de seguridad marroquíes: «Fui torturado en cinco ocasiones», relató, «la última en enero de 2006». Entonces fue arrestado durante una manifestación en Dajla, la antigua Villa Cisneros, pero en lugar de llevarle a comisaría, un grupo de 14 policías le golpeó hasta perder el conocimiento.

«Tres semanas más tarde, aún tenía las piernas hinchadas y me dolían», explica, pero decidió viajar a Mauritania. En el puesto fronterizo marroquí le tenían fichado y le quitaron la documentación: «Querían que reconociera la marroquinidad del Sáhara, me negué y me pegaron en las piernas con las culatas de sus armas». Después le echaron a la tierra de nadie, una franja de cinco kilómetros sembrados de minas antipersona en la frontera con Mauritania. Llegó al primer control de este país pero, al carecer de pasaporte, no le dejaron entrar, por lo que vivaqueó durante días entre la chatarra de los restos de «una furgoneta explosionada». «Los guardas me conseguieron un teléfono satélite sin saldo y envié un mensaje a Aminatu Haidar», recuerda. La activista logró que la situación de El Mami tuviera repercusión y así las autoridades marroquíes permitieron que un familiar le llevara el pasaporte para que entrara en Mauritania, donde estuvo tres meses ingresado recuperándose de sus heridas. Logró volver a Dajla tres años más tarde, aunque antes explicó la situación de su pueblo por varios países. «Incluso Marruecos reconoce que ha asesinado a 350 saharauis», una cifra que equivale «a un millón de americanos», asegura, porque el suyo es «un pueblo muy pequeño». Casi tanto como olvidado.

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