martes, 8 de noviembre de 2011

Bujari Ahmed: "Marruecos practica una política de caza del saharaui con ayuda de los colonos"


El delegado del Frente Polisario en Naciones Unidas, Ahmed Bujari, ha participado este fin de semana en el foro 'Derechos Humanos en el Sahara Occidental', organizado por Cantabria por el Sahara y Mundubat en Santander. Su próxima parada será Euskadi

DEIA Marta Martínez - Lunes, 7 de Noviembre de 2011Santander. Ahmed Bujari insiste en que la única solución posible al conflicto del Sahara Occidental es volver a la idea original: la celebración de un referéndum de autodeterminación que incluya la opción de la independencia. Sin embargo, Marruecos sigue bloqueando esta salida, por lo que las negociaciones en Naciones Unidas están estancadas, "aunque aún no han colapsado".

El enviado de la ONU Christopher Ross estuvo el viernes en Madrid. ¿Cómo avanza su mediación?

El proceso de negociación está estancado como fruto de una realidad que Marruecos no quiere asumir, que es el hecho de que la negociación no puede conducir a lo que quiere, que es la legitimación de su propuesta de autonomía. Marruecos había puesto toda la esperanza en la circunstancias de 2007-2008, cuando creyó que algunas potencias, especialmente el Estados Unidos y Francia, le iban a ayudar en el Consejo de Seguridad. Creo que Marruecos ha llegado a la conclusión de que eso no puede cuajar. Es por ello que la próxima ronda de negociaciones ha sido retrasada por Marruecos hasta el próximo año. En estas circunstancias, Ross decidió ir a la región, nosotros lo aceptamos, pero Marruecos se opuso bajo el pretexto de que iban a tener elecciones. Ante esta situación decidió ir a las capitales del grupo de países amigos: Madrid, París, Moscú, Londres y Washington.

¿Cuál es el papel que debe jugar el Estado español?

España tiene un papel importante que jugar. Hasta ahora, la imagen que ha presentado Marruecos es que hay una especie de entente franco-español para apoyar la visión marroquí. Y de ahí, hay una tarea conjunta de los saharauis y los españoles, de la sociedad y de las fuerzas políticas, de intentar romper la alianza que ata a la diplomacia española con la francesa respecto al Sahara Occidental. Nosotros fuimos colonia española y no hay nada más lógico que sigamos manteniendo una relación con la metrópoli, una metrópoli que sea capaz de asumir sus obligaciones, como hizo Portugal con Timor, colonia que abandonó precipitadamente y en la que después, por la presión pública portuguesa, asumió lo que no había asumido en 1975.


¿Han barajado otras formas de presión diplomática como está haciendo Palestina, por ejemplo?

La idea de los palestinos la habíamos pensado nosotros hace diez años. Y entendemos la motivación de este movimiento diplomático palestino ante el estancamiento de las negociaciones. Pero nosotros no hemos llegado todavía a un colapso definitivo del proceso.

Es lo que parece.

El colapso no es definitivo todavía, el día que eso ocurra tendremos que replantear nuestra estrategia. O bien regresar a la presión militar, que es algo que no nos gustaría, o bien plantear el tema diplomático a través de la idea palestina, pedir nuestro ingreso en la ONU.

¿Qué esperanzas hay, entonces, de que el diálogo avance?

Hay un retraso, pero el resultado de la negociación, de momento, es positivo para el Polisario porque demostró que Marruecos no puede lograr lo que quiere. De ahí, la lógica es que Marruecos empiece a mostrar un desinterés, que es lo que está haciendo ahora. Ahora bien, es muy difícil desengancharse unilateralmente del proceso. La parte que lo haga tiene que pagar un precio, y esto es lo que ha pasado en Palestina. Fue Israel quien puso todos los obstáculos al proceso. Eso le dio un argumento a Palestina para decir "hemos intentado todo, no somos responsable del estancamiento, ya es hora de que hagan justicia". Lo que pretende Marruecos en el Sahara Occidental no es posible de lograr, se niega a aceptar que no hay otra salida que volver a la idea original: organizar un referéndum. Y a falta de una presión militar o diplomática o de una presión interna del pueblo marroquí, la resultante puede ser la prolongación del status quo. El Consejo de Seguridad ha dicho que eso es inaceptable, por lo que debe ser coherente y empujar el proceso hacia la dirección correcta.

¿Puede haber una presión al interior de Marruecos?

No digo que podría llegar al colapso del régimen, pero hay factores, como el gasto en el Sahara Occidental más el aumento de las demandas socioeconómicas del pueblo marroquí, en un contexto en el que los amigos de ayer no pueden dar el dinero que daban, ni en Europa ni en el Golfo Pérsico, y ante el hecho evidente de que Marruecos no ha logrado que un solo país en el mundo reconozca que el Sahara Occidental es suyo. Todos estos factores deben, algún día, convertirse en una presión para Marruecos, para que entre en una negociación seria. Por lo tanto, no creo que estemos en un punto en el que podamos decir que el proceso de negociación ha colapsado y que todas las perspectivas alternativas se hayan cerrado.

¿Qué está pasando en Dajla?

Ha sido escenario en los últimos meses de enfrentamientos. El elemento nuevo en la represión que ejerce Marruecos sobre la población civil saharaui es que ha implicado a los colonos. Esto es un elemento grave, porque la población saharaui y los colonos marroquíes siempre han coexistido, cada uno por su lado, pero sin tocarse. Y Marruecos, para evitar ser visto como un represor, quiere ocultarse detrás del civil marroquí. Son prácticamente fuerzas paramilitares, utilizadas por Marruecos para reprimir. Son parte de patrullas nocturnas conjuntas con la policía marroquí y están dotados de armas blancas, bajo la protección de la policía marroquí, en la ejecución de una política de caza del saharaui.

Tras el secuestro de los cooperantes en los campamentos de refugiados saharauis, sorprendió y preocupó el hecho de que organizaciones terroristas pudieran estar penetrando en Tinduf. ¿Qué información tienen al respecto?

En primer lugar, nos sorprendió porque nunca hubo un caso anterior. Por el modus operandi, entra en el modelo de convertir a cooperantes extranjeros en mercancía, que después es vendida a organizaciones terroristas que piden un rescate a los gobiernos. Por lo tanto, puede ser que esta operación haya sido llevada a cabo por cuatreros, asaltantes de caminos, que quieren obtener dinero vendiendo a los secuestrados a una organización, Al Qaeda o de esa nebulosa. La otra opción es que haya sido directamente una organización terrorista la que llevó a cabo el secuestro. Hasta ahora no hay ninguna reivindicación oficial. Otra opción es que Marruecos esté implicado de alguna forma u otra en esto, para espantar la ayuda humanitaria y para volver a plantear un elemento esencial de su propaganda: que el Polisario está infiltrado por organizaciones terroristas y que el único que puede garantizar la seguridad en la zona es Marruecos.

¿Han tomado medidas para garantizar una mayor seguridad?

Sí, se han tomado medidas draconianas. Será casi imposible que nos vuelvan a sorprender.

En diciembre, el Polisario celebrará su Congreso. ¿Qué temas pondrán sobre la mesa?

Hay un debate legítimo, la influencia de la primavera árabe está ahí, que desemboca en la idea de una alternancia política en el poder. Si bien los tiempos políticos e históricos de los demás no son necesariamente los nuestros, somos sensibles a este debate. El secretario general ha dicho que el Polisario debe pensar en buscar otro secretario general, que sería bueno para el acceso de nuevas generaciones de saharauis a la toma de decisiones. Hay gente que ha aplaudido esto y hay gente que está en contra, porque piensa que la prioridad debe ser, primero, la independencia. Otra cuestión será si poner fin al proceso de negociaciones en la ONU y volver a la presión militar o continuar por la vía diplomática. También cómo responder a las demandas socioeconómicas de la población.

Ahora viaja a Euskadi. ¿Tiene prevista alguna reunión?

Espero reunirme con el lehendakari Ibarretxe.

¿Escuchó su discurso en la ONU?

Su posición sobre el Sahara es conocida. Me gustó su compromiso. Para nosotros, por su presencia y la de Javier Bardem, no fue una IV Comisión como las anteriores.

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