martes, 15 de noviembre de 2011

Senado mexicano. 36 Aniversario de los Acuerdos Tripartitos de Madrid y de la Marcha Verde, como el inicio del contencioso por el Sáhara Occidental

Martes, 15 de Noviembre de 2011
Primer Periodo Ordinario
No. Gaceta: 309 DESCARGAR AQUI
!!!!Muy buenos días compañeras y compañeros Senadores¡¡¡¡¡
Un día como ayer, 14 de noviembre pero de 1975, se suscribieron en la capital española, los no muy bien prestigiados e ilegales Acuerdos de Madrid, o Acuerdo Tripartitos de Madrid, los cuales, junto con la infausta e ilegal Marcha Verde, llevada a cabo el 6 de noviembre del mismo año, fueron el lamentable inicio de una muy desaseada descolonización del territorio del Sáhara Occidental, misma que hasta la fecha se encuentra inconclusa. Por ello, y con la finalidad de que tengamos presente algunas consideraciones vinculadas con estos lamentables hechos, es importante que los recordemos en este 36 aniversario.
Pero hagamos un poco de historia, para comprender lo aquí planteado.
A partir del siglo XV Europa empieza la era colonial en África. El objetivo de estas expediciones era hacerse con el control del comercio del oro y de la sal. La intención de las expediciones españolas era asegurar la costa saharaui situada frente a las Islas Canarias, ya que representaba un enclave en la seguridad del Estrecho de Gibraltar.
Tras la Conferencia de Berlín, el Sáhara Occidental quedó como una colonia española; después de la entrada de España en la Organización de Naciones Unidas (ONU), en lugar de permitir la independencia del Sáhara Occidental, como estaba pasando con los países vecinos (Marruecos, Argelia, Mauritania, etc.) España optó por hacer al Sáhara Occidental su provincia número 53.
Desde finales de los años sesentas, España se comprometió a descolonizar al territorio del Sáhara Occidental, a través de los mecanismos legales que la propia ONU aceptaba, como lo era la realización de un referéndum, para lo cual debía existir previamente un censo, mismo que el gobierno español instruyó se levantase y es el censo que conocemos de 1974.
Recordemos que casi 15 años antes, específicamente el 14 de diciembre de 1960 la Asamblea General de Naciones Unidas emitió la Resolución 1514 sobre la concesión de la Independencia a los países y pueblos coloniales con el afán de crear condiciones de estabilidad, bienestar y relaciones pacíficas y amistosas bajo los principios de igualdad de derechos y de libre determinación de todos los pueblos. De tal forma que dicha resolución en el segundo punto de su declaración afirma que: “Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural” por tanto, el contenido de la resolución 1514 es parte del fundamento legal por el que el pueblo saharaui es su único y legítimo representante.
Por otro lado, a partir de que estuvo concluido dicho censo, el Reino de Marruecos, empezó a “reclamar” al territorio del Sáhara Occidental como suyo, motivo por el cual interpuso la solicitud ante el Tribunal de Justicia de La Haya, Holanda de una Opinión Consultiva, en el que alegaba que dicho territorio le había pertenecido siglos anteriores. Alegato totalmente carente de validez, en virtud de que en diferentes sesiones de la Organización de Naciones Unidas, Marruecos había votado a favor del derecho del pueblo saharaui a autodeterminarse, en ese caso, de España.
Fue el 16 de octubre de 1975, cuando el Rey Hassan II, anunció el inicio de la Marcha Verde, mismo día en que el Tribunal Internacional de Justicia rechazó las pretensiones de Marruecos de que el Sáhara le debía ser "devuelto" porque antes de la ocupación española lo había poseído.
Es importante resaltar que el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, tras considerar todos los documentos históricos presentados por España, Marruecos y Mauritania, resolvió que Marruecos nunca ejerció "ni soberanía, ni cosoberanía, ni ningún otro derecho de tipo territorial" sobre el Sáhara Occidental.
Por lo que la consecuencia de este dictamen es que quedaba libre el camino para celebrar entonces el referéndum de autodeterminación, motivo por el cual Marruecos no podía quedarse con los brazos cruzados, en virtud de que ya para ese momento se tenían noticias de que el territorio saharaui era rico en fosfatos, bancos de peces, y petróleo.
Así, fue a partir de mediados del mes de octubre de 1975, que por el entonces aún territorio español, empezaron a entrar violentamente más de 250 mil soldados marroquíes y alrededor de 350 mil de sus ciudadanos, con el objetivo de legitimar la anexión del Sáhara Español al territorio del Reino de Marruecos. Debemos tener en cuenta que todo esto ocurre, en medio de la crisis del franquismo.
La Marcha Verde es conocida como una estrategia militar impulsada por el Rey Hassan II, para ocupar de manera ilegal el territorio del Sáhara Español, Sáhara Occidental; esto último fue reconocido en su momento por Naciones Unidas.
Fue así que ante la posibilidad de que el pueblo saharaui eligiera su posterior independencia de España, Marruecos puso en marcha un plan tan ilegal como efectivo con el propósito de anexionarse el territorio saharaui al propio; logrando que se aprobara una resolución en Naciones Unidas, que detuviese los planes de España. Entre los puntos más relevantes de la referida resolución destacó la petición de un dictamen a la Corte Internacional de Justicia de La Haya a fin de determinar los vínculos existentes, hasta antes de la llegada de España al territorio saharaui, con Marruecos y Mauritania.
A pesar de haberse maquillado, la Marcha Verde lejos de ser un acto de unidad entre Marruecos y el pueblo saharaui, fue una invasión realizada con lujo de violencia, que dejó muertos, heridos y desplazados. Una población al borde del genocidio, aquel pueblo tradicionalmente nómada y pacífico se vio en el inicio de un largo conflicto bélico (1975-1991) y además, dividido.
Una parte de la población con “suerte” logro cruzar a territorio argelino, donde fueron acogidos y donde desde aquel momento permanecen en calidad de refugiados en una de las zonas más inhóspitas del Desierto del Sáhara, dependientes de la ayuda internacional y la otra parte sobreviviente, se convirtió en rehén en su propia tierra. Ésta fue la penúltima invasión que Marruecos ha hecho a España.
Recordemos que cuando el 6 de noviembre la Marcha Verde invade el territorio aún español del Sáhara, el entonces representante español ante las Naciones Unidas, Fernando Arias-Salgado -suplía al embajador Jaime de Piniés, que se hallaba enfermo-, solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad y consiguió que se aprobara la resolución 380, que condenaba la invasión y pedía la retirada de la marcha fuera de la frontera internacionalmente reconocida entre Marruecos y el Sáhara Occidental.
Las consecuencias que se extraen de esta resolución son de una importancia extraordinaria, ya que la presencia marroquí en el Sáhara nunca fue justificada por la Organización de las Naciones Unidas. Los Acuerdos de Madrid, de 14 de noviembre de 1975, contradicen la legalidad internacional; de hecho, la ONU consideró, después de esa fecha, que España seguía siendo la "potencia administradora" del territorio y que la presencia marroquí es una "ocupación".
El segundo acontecimiento que hoy se recuerda con la finalidad de exhortar a los Estados a cumplir sus compromisos, responsabilidades y sus promesas es el vinculado a la firmar los Acuerdos Tripartitos de Madrid, el 14 de noviembre de 1975 con Mauritania y Marruecos en los que les hacía entrega del territorio saharaui. Ello a pesar de que el Consejo de Seguridad de la ONU emitió la Resolución 377 en la que rechazaba la Marcha Verde y exigía la salida de Marruecos del territorio saharaui.
Cabe mencionar que dichos acuerdos son nulos e ilegales tanto a nivel internacional, como a nivel interno, ya que nunca fueron publicados en el B.O.F. (periódico oficial) de España¸ hecho que los invalida en los dos ámbitos antes referidos.
Hasta la fecha España sigue siendo la potencia administradora del territorio aunque el gobierno no se canse de afirmar que Marruecos es el que juega este papel. Legalmente, Marruecos es la potencia militar ocupante, sin más. Y este hecho no lo exime de la obligación de respetar los derechos humanos en el territorio ocupado y por tanto, debe aplicar lo Convenios de Ginebra, lo cual nunca ha hecho.
Ante estos turbios hechos, Marruecos y Mauritania acordaron la división del territorio invadido, hasta 1979, año en el que Mauritania decidió retirarse del conflicto y reconocer la recientemente proclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Hecho que provocó que Marruecos, ahora peleara la totalidad del territorio.
Al final del periodo de Guerra Fría, Marruecos decidió llegar a un acuerdo con el Frente POLISARIO y frenar la derrama económica que esa guerra le significaba. Por su parte, el movimiento de liberación nacional saharaui, al ver que Namibia obtuvo su independencia y que las negociaciones sobre el territorio palestino se retomaban, decidió aceptar el alto a fuego y confiar en que la ONU realizaría el proceso de descolonización, mediante el Plan de arreglo, firmado en 1988, hasta la organización de la anhelada consulta, mediante la creación de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) en el año 1991.
El proceso de descolonización se ha realizado bajo el Capítulo VI de la Carta de las Naciones Unidas, que hace referencia al arreglo pacífico de las controversias es decir, con el acuerdo de las dos partes en conflicto.
Sin embargo, aunque Marruecos aceptó el alto al fuego y permitió la intervención expresa de la ONU, realizó una segunda invasión, esta vez de 100 mil colonos marroquíes, que tenían como misión establecerse en el territorio saharaui a fin de ser contabilizados en el censo poblacional y así, desequilibrar la balanza que claramente se ladeaba hacia la elección de la población saharaui por la independencia y no por la integración a Marruecos. Las técnicas de negociación han sido por demás ambivalentes buscando dejar la situación en un impasse.
Con el paso de los años se evidenció, aún más, las verdaderas intenciones de Marruecos al retirarse del plan de paz, y al desconfiar del voto de los propios colonos marroquíes enviados por el rey, proponiendo finalmente un Plan de Autonomía que evidentemente el Frente Polisario rechazó. Desde entonces, el tema se discute año con año en la Comisión de Descolonización, sin solución. Misma que tampoco llega en las rondas de negociaciones ni en las conversaciones informales entre los representantes de ambas partes y el enviado especial de Naciones Unidas; en las cuales en la búsqueda de un acuerdo sólo se llega a un desacuerdo mayor.
Es menester resaltar que el tema de descolonización del Sáhara Occidental debe ser tratado en la Asamblea General de Naciones Unidas, y no en el Consejo de Seguridad, ya que en el seno de dicho órgano de Naciones Unidas, Marruecos siempre ha contado con votos a favor de su posición, por parte de algunos de los miembros permanentes.
En años recientes, la discusión ha virado hacia el tema de las violaciones sistemáticas de la que son víctimas los saharauis que viven en los territorios ocupados por Marruecos y de las condiciones y dependencia en la que se encuentran los saharauis que habitan en los campamentos de refugiados, ubicados en el Suroeste de Argelia.
Actualmente, también se discute el tema la regionalización que pretende llevar a cabo Marruecos, que planea iniciar precisamente en el Sáhara Occidental, lo que demuestra que sigue sin aceptar el derecho de los saharauis a elegir por sí mismos su futuro.
El rey de Marruecos, Mohamed VI, en el discurso pronunciado en la “celebración” del 36 aniversario de la Marcha Verde (que no sólo agredió al pueblo saharaui y a España, en su momento, si no que se ha convertido en un festejo anual de una grave violación al derecho internacional) el pasado 06 de noviembre, a dos días de cumplirse un año del violento desmantelamiento del campamento de protesta saharaui de Gdeim Izik, establecido a 15 kilómetros de El Aaiún, capital del Sáhara Occidental ocupado con el propósito de exhibir ante la comunidad internacional la carencia que tienen ahí, los saharauis respecto a sus derechos socieconómicos (además de su derecho a la autodeterminación).
Debemos recordar que el campamento de protesta, dejó heridos, muertos y cientos de detenidos, de los cuales 23 de ellos permanecen en la Cárcel de Salé, ubicada cerca de Rabat; esperando que se realice un juicio militar.
El actual contencioso entre Marruecos y el Sáhara Occidental es un conflicto con características peculiares:
1. El Sahara Occidental es en este Siglo XXI la última colonia en proceso de descolonización en África;
2. Es un conflicto que se ha eternizado ante la falta de acuerdos de entre las partes;
3. Durante más de 35 años ha habido un sinnúmero de obstrucciones por parte del estado ocupante, y
4. Es un conflicto por el que se creó una Misión de Naciones Unidas para que organizara y llevara a cabo el referéndum que determinara el status del territorio y que no ha hecho más que convertirse en mero espectador, que no es capaz de proteger los derechos humanos del pueblo originario del Sáhara Occidental, argumentando –particularmente por Francia, miembros permanente del Consejo de Seguridad- que la vigilancia a los Derechos Humanos no es objetivo de su creación.
Sin duda, la única solución al conflicto está la realización del referéndum, con el cual la población saharaui esté ejerciendo su derecho a la libre autodeterminación de los pueblos.
El caso evidencia que los intereses nacionales superan los internacionales. Por su parte, si la Organización de Naciones Unidas, consciente de que el afán expansionista marroquí se ha puesto en riesgo la paz y la seguridad internacionales; una vez dejado atrás el Capítulo VI de la carta que la rige, hubiese aplicado el Capítulo VII, referente a las acciones, que en el marco de la legalidad internacional, pueden tomarse en caso de amenaza o quebrantamiento de la paz y/o actos de agresión a fin de hacer justicia y evitar sea vulnerada la paz mundial.
Pero lo anterior tampoco ha ocurrido y lo peor aún, no se vislumbra una pronta solución, mutuamente aceptable, como dicen los representes de ambas partes.

Atentamente,
SEN. CLAUDIA SOFÍA CORICHI GARCÍA

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