Es el momento de que Suecia actúe antes de que irrumpa la violencia, afirma Brahim Dahan, activista de derechos humanos de los territorios ocupados del Sáhara Occidental que está de visita en Suecia.
SVENSKA DAGBLADET 07 denoviembre 2011 ENFOQUE | POLÍTICA EXTERIOR (*Traducción: Poemario por un Sahara Libre)
Varios de nuestros países árabes vecinos ya han alcanzado la libertad, pero en el Sáhara Occidental, vivimos todavía en una represión cada vez más feroz. Suecia puede jugar un papel crucial, reconociendo el estado saharaui, escribe el activista saharaui de derechos humanos Brahim Dahan.
Mañana, 8 de noviembre, se cumple exactamente un año en el que uno de los primeros signos de la primavera árabe, fue brutalmente reprimido, y sucedió en mi país, el Sáhara Occidental. Lo protagonizaron más de 20.000 durante un mes de protestas contra la discriminación social y la falta democracia y libertad de expresión. El ejército les atacó al amanecer con helicópteros, gases lacrimógenos, porras y cañones de agua.
Varios de nuestros compatriotas ya han sido puestos en libertad, pero aún estamos viviendo en una represión cada vez más feroz, mientras que la fuerza ocupante, Marruecos, ha sido elogiado en el exterior por su estabilidad y sus llamadas reformas. Suecia puede contribuir a la libertad de mi país, pero esto requiere un compromiso por parte del gobierno y el ministro de Relaciones Exteriores, Carl Bildt.
Marruecos ocupa mi país, el Sáhara Occidental, desde 1975. Ningún país del mundo reconoce el derecho de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. La ONU pide para el Sáhara Occidental la descolonización. La Corte Internacional de Justicia rechaza las reivindicaciones de Marruecos sobre mi país. A pesar de esto continúa la ocupación, año tras año, década tras década. ¿Por qué la comunidad internacional no pone a Marruecos contra la pared?
Marruecos es esencialmente una dictadura. El rey es el más alto dirigente político, religioso y militar. Está prohibido por ley cuestionar el rey, el Islam y la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental. Hay por lo menos cuatro organismos distintos de policía que vigilan todo lo dicho y escrito. No hay libertad de prensa y las organizaciones de derechos humanos son pocas y pequeñas. Las cárceles secretas, las detenciones arbitrarias, las desapariciones y la tortura son habituales.
Si bien la UE sigue favoreciendo acuerdos comerciales y de cooperación con Marruecos, a pesar de que violan el derecho internacional, y también se comercia con nuestros recursos naturales sin habernos preguntado, y sin que los saharauis obtengamos ningún beneficio. Marruecos fue elegido incluso a formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU en fecha reciente, a pesar de que más 100 resoluciones de la ONU denuncian las acciones de Marruecos en el Sáhara Occidental. Es una hipocresía sin igual.
Gdeim Izik en el Sáhara Occidental es el equivalente a la plaza Tahrir en Egipto. Gdeim Izik fue el enorme campamento que habitaron muchos miles de personas de todas las edades, construido a las afueras de nuestra capital de El Aaiún hace más de un año atrás.
En el campamento se unió toda nuestra gente con una gran alegría y alivio en el lugar que conquistaron juntos. En el campamento Gdeim Izik se podían relajar, no estaban controlados, podían decir lo que querían. Nos gustaría vivir nuestras vidas en libertad como se vive en Suecia.
Me dirijo ahora a Carl Bildt, Ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de Suecia. Nuestros jóvenes se están desesperando, después de décadas de represión, el Sáhara Occidental es un polvorín. La generación joven no puede hacer frente a la ignorancia del mundo exterior durante mucho tiempo. Una guerra de liberación acaba de finalizar en Libia, pero a un precio muy alto con muchos heridos y muertos, y arden Siria, Yemen y Bahrein. Otra guerra en esa parte del mundo sería devastadora.
Hasta hoy en día el Frente Polisario respeta el alto el fuego que la ONU negoció en 1991. Sin embargo, el referéndum sobre el futuro del pueblo saharaui que se prometió a cambio del alto el fuego sigue sin aplicarse 20 años después. En este mes diciembre, los jóvenes requieren una gran cantidad de espacio en el próximo Congreso del Polisario y quieren resultados. Temo la guerra, pero temo aún más a la ocupación perpetua.
Es el momento deque Suecia actúe antes de que irrumpa la violencia. Por eso pido a Carl Bildt que aproveche la ocasión. Pedimos que Suecia alce la voz con fuerza para la paz y la democracia en la ONU y la UE. Pero donde realmente Suecia puede desempeñar un papel crucial es con el reconocimiento al Estado Saharaui.
Carl Bildt, fue el enviado especial de la ONU durante la guerra de Yugoslavia y es muy consciente de la importancia del reconocimiento de un estado para salvar a su pueblo del caos.
84 países ya han reconocido el Sahara Occidental, pero hasta ahora ningún país europeo.
Si Suecia, con su fuerte posición internacional, reconoce el Sáhara Occidental sería un gran avance para nosotros en nuestro largo camino hacia la libertad. Necesitamos su apoyo ahora, antes de que el desastre se cierna sobre nosotros.
Brahim Dahan, activista de derechos humanos de los territorios ocupados del Sáhara Occidental, Premio Per Anger 2009
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