Martin
Luther King decía: “"Al final, no recordamos las palabras de nuestros
enemigos sino el silencio de nuestros amigos". Y el sabio aforismo
saharaui que va en la misma dirección reza; “aquel a quien no aprecias te trae malos sueños”.
Evidentemente no es el caso de los pueblos de España con el pueblo saharaui y
su proceso de liberación. Diríamos más bien los intereses ocultos que trazan
las líneas editoriales de los grandes medios de comunicación, amen cuando los gráficos
ascendientes y más descendientes en las economías del mundo se tambalean
inseguros de su futuro económico. Cuando la sinrazón se impone sobre la razón y
el corazón de los hombres indiferentes se hace aun más opaco para no decir nada
más que el silencio mientras las caravanas pasan y los perros ladran.
España
como estado tiene una histórica deuda con el proceso de descolonización
inconcluso en su excolonia, el Sahara Occidental. España según Naciones Unidas
y que nos corrijan los hombres buenos si
nos equivocamos, sigue siendo la potencia administradora del Sahara Occidental,
a pesar de sus pesares. Hace tres días que un evento informativo de trascendental
importancia para los medios y la opinión pública española acontece por segunda
vez en la región del Sahara Occidental, sin que el ente público de RTVE a
través de su corresponsal en Rabat la periodista Gema García, mencione en lo más
mínimo la visita de Christopher Ross desde el lugar donde el Enviado Personal
del Secretario General de la ONU para el Sahara Occidental ha iniciado su
visita a la región del norte de África para buscar una solución que afecta a
todos en ambas riveras de África y Europa.
El
silencio puede ser intencionado, y posiblemente no a voluntad individual de un
corresponsal a quien se le dicta una política editorial a seguir, doctrina por
supuesto antidemocrática y anti derecho de información al oyente español, que
con sus impuestos mantiene el ente y tiene el derecho de ser informado de un
proceso que le afecta directa o indirectamente, qué es lo que pasa en el
conflicto de la excolonia.
Agencias
de Latinoamérica, redes sociales, medios
alternativos y hasta periódicos y sitios web en el propio Marruecos, donde la
censura y la falta de libertad de información y expresión es el pan de cada día
para muchos informadores, tienen sus páginas cargadas de información sobre esa
gira de Ross en la región. Al menos al ciudadano español le debe el ente público
RVTE este derecho de ser informado, cuando sus medios siguen desplegados en la
capital marroquí, Rabat, y tal vez puedan, si lo intentan, acceder a los
territorios ocupados del Sahara Occidental, en El Aaiun y en Dajla. Sería una
ocasión de hacer un buen trabajo profesional y recabar muchas historias, en un escenario en
que Ross estará, por primera vez en Dajla, dos días en contacto con la
población y la sociedad civil saharaui que vive bajo ocupación y un sin precedente
bloqueo informativo. En Dajla especialmente desde que en los años ochenta fuera
anexionada por Marruecos tras abandonarla Mauritania en 1979 a raíz de firmar con
los saharauis un acuerdo de paz vigente entre los dos estados desde entonces.
Y
como dijo aquella sufragista “¡Ay libertad cuantos crímenes se comenten en tu
nombre!”