El enviado especial de Naciones Unidas para
el Sahara Occidental volverá en septiembre a visitar la región en conflicto en
el noroeste de África, según Naciones Unidas, el único estado africano aún por
descolonizar el Sahara Occidental. Su última visita se produjo en abril.
Mantendrá encuentros bilaterales con todas las partes en un momento en el que
la relación Marruecos-Argelia arde y con Rabat "decepcionado" con su
trabajo. En el Frente Polisario se congratulan de su visita.
Dentro de su habitual estancamiento, no
esperemos tampoco fuegos artificiales, el conflicto del Sahara Occidental
vivirá en el mes de septiembre un nuevo capítulo con la visita del
representante del Secretario General de Naciones Unidas para el Sahara
Occidental, Christopher Ross. Desde el nombramiento de la canadiense Kim Bolduc
como nueva jefa de la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del
Sahara Occidental), no ha girado visita
alguna al territorio en conflicto ni tampoco se han mantenido las habituales
rondas de negociaciones entre las partes, Marruecos y el Frente Polisario, y a
la que acudían también los vecinos mauritanos y argelinos.
Durante la gira prevista, Ross mantendrá
reuniones bilaterales con todas las partes. Se desconoce cuál será el itinerario,
la primera y última parada. Su visita histórica a los territorios ocupados ha
generado cierta confianza en su trabajo por parte del Frente Polisario,
mientras que Marruecos lo rechaza. Las rondas de negociaciones habituales antes
de la llegada de Ross y también durante la primera parte de su mandato no
aportaban solución ni avance a un conflicto que sigue enconado en una propuesta
de autonomía por parte de Marruecos y en la exigencia de un referéndum con un
censo previo a una determinada fecha por parte del Frente Polisario. Mientras
tanto, sobre todo en El Aaiún, la población saharaui sufre violencia estatal y
paramilitar por parte del estado marroquí.
Argelia, en beneficio estratégico aunque
dicen que por derecho, apoya la solicitud del Frente Polisario para buscar una
solución democrática, que pase por las urnas y no por una gestión de facto del
territorio saharaui y sus bienes por parte de la corona marroquí, que ha ganado
ingente cantidad de dinero con el tomate, la pesca o el fosfato saharaui. La
prensa marroquí calienta estos días las relaciones con Argelia intentando
desviar el rival en la contienda desde El Aaiún a Argel y acusando a Bouteflika
de ser un "anciano" que antes morirá que "ceder ante Marruecos".
En las ciudades saharauis no ocupadas por
Marruecos, bajo el auspicio argelino, se respira un clima de incomodidad perpetua
apenas espantado por las numerosas visitas internacionales que reciben a lo
largo del año. La población joven se encuentra dividida ante la estrategia y es
habitual encontrar personas como Khaled, de 21 años y residente ahora en
España, que asegura cierta "desigualdad" entre los más jóvenes
dependiendo de la familia que procedas. "Allí la vida es dura para todos,
pero puede ser más fácil si eres hijo de", sostiene sin querer mostrar su
identidad.
Después de la última gira de Ross a la
región en conflicto, la polvareda generada por Marruecos se intensificó algo,
se encendieron algunos ánimos al observar como Ross tomaba en cuenta ciertas
denuncias que realizan diferentes movimientos sociales y colectivos sobre todo
en los territorios ocupados. No gustó en Rabat la libertad con la que Ross
administró su tiempo en El Aaiún, sus visitas y cómo tuvo en cuenta a ciertas
organizaciones. Veremos qué ocurre en esta ocasión. Por lo pronto, casi ha
pasado otro año y el Sahara Occidental sigue igual, sin un avance. Sin un
atisbo de esperanza. Bajo la victoria absoluta de Marruecos que sigue
ejerciendo el colonialismo en un territorio que, como dice Naciones Unidas,
está aún por descolonizar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario