La activista saharaui Aminatu Haidar visitó
ayer la Universidad de Jaén (UJA), con el fin de continuar denunciando, entre
otras cosas, la situación actual que vive Hassanna Aalia, un joven saharaui de
26 años obligado a abandonar España para ser condenado a cadena perpetua por el
gobierno marroquí.
Amnistía Internacional Jaén, en
colaboración con la Asociación de la Prensa de Jaén, celebró una rueda de
prensa en la sede de la asociación previa al acto público que se celebró por la
tarde en la Universidad de Jaén y que versó sobre los “Derechos Humanos en el
Sáhara Occidental”, y que fue presentada por el periodista José Liébana. Por la
mañana, la activista saharaui se reunió con el Rector Manuel Parras Rosa.
La dramática actualidad que sufren los
activistas y cooperantes con el Sáhara Occidental obliga a que se visibilicen
actos de injusticia en los medios de comunicación españoles. “Pese a que he
sido víctima de la represión de Marruecos en el Sáhara, no puedo olvidar el
acompañamiento de ONGs y activistas cuando estaba encerrada en la cárcel, ni
tampoco durante mi estancia en Lanzarote”, afirmó Haidar para animar al
activismo y exigir la libertad de presos políticos denunciando la tortura que
sufren. Su experiencia es un ejemplo de ello. Aminatu ha sido una víctima de la
represión marroquí por defender la libertad de pensamiento y, su castigo, los
siete meses que pasó esposada por defender las libertades de su pueblo. Haidar
aseguró que su caso no es el único. “Marruecos ha sembrado el terror en todo el
Sáhara, especialmente en el sur, a través de desapariciones y encarcelamientos
arbitrarios de hombres y mujeres. A todo eso hay que sumarle los bombardeos de
napalm que arrasaron terrenos, condenando a muerte y a padecer graves secuelas
a mujeres y niños”, denunció.
“Marruecos sigue reprimiendo a la población
saharaui, negándole cualquier derecho, especialmente aquellos relacionados con
la libertad de expresión, manifestación y asociación, con juicios injustos contra
los activistas”, agregó, mientras denunció que las cárceles marroquíes están
colapsadas por miles de jóvenes saharauis que se agolpan entre barrotes,
víctimas de torturas policiales, para ser condenados a penas de cadena perpetua
por tribunales militares.
El caso Hassana Aalia
De entre los muchos casos que actualmente
se erigen en la lucha por los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental, Aminatu
quiso hacer una llamada de atención a la situación actual del joven Hassana
Aalia, de 26 años, miembro de un equipo de prensa compuesto por voluntarios,
cuyo objetivo es tomar imágenes e informaciones de la represión constante que
sufren los manifestantes saharauis. El alto control policial obliga a que su
trabajo se desarrolle de forma clandestina. Tras el desmantelamiento del
campamento en el que vivía con su familia, Hassana fue torturado durante tres
días para después ser liberado y puesto en libertad provisional durante cuatro
meses. A finales de 2011, el joven vino a España durante un trimestre para
estudiar el idioma; en noviembre de 2012 repitió la experiencia y fue entonces
cuando las autoridades marroquíes emitieron una orden de busca y captura para
condenarlo a cadena perpetua. El pasado 12 de enero, el Ministerio del Interior
español denegó el asilo político al joven activista saharaui; una negativa a la
que sigue la orden de abandonar el país en un plazo de quince días. Hassana
reclama el asilo político y, con ello, la protección de su vida, mientras que
Aminatu Haidar recuerda cómo, en 2009, el gobierno español le obligó a ella a
aceptar el asilo político y la nacionalidad española, en un claro intento de,
en sus propias palabras, “deportación maquillada de asilo político, mientras
que ahora, cuando verdaderamente es necesario conceder el asilo para Aalia, el
gobierno hace oídos sordos y niega la petición, condenándole a ser, de nuevo,
víctima de las represalias marroquíes”.
Las redes sociales se alzan como apoyo
idóneo para este tipo de situaciones ante la impasividad del gobierno y ya se
han recolectado más de 6.000 firmas online para la petición de la concesión de
asilo político para Aalia.
Acceso controlado al Sáhara
Además de poner de relieve la historia de
Aalia, Haidar denunció que, desde el discurso que realizó el rey de Marruecos
en 2003, el acceso de trabajadores internacionales a la zona ha estado
restringido: periodistas, activistas, trabajadores y diplomáticos han visto
cercenada su libertad de movimiento en el territorio saharaui.
Por otro lado, afirmó que “el gobierno
español siempre ha tenido miedo de Marruecos, aunque no entiendo por qué.
España sigue siendo la potencia administradora del Sáhara Occidental y mantiene
una responsabilidad jurídica, pero hay presiones e intereses marroquíes que no
le permiten actuar”. La solución, añadió, pasa por “seguir trabajando para la
creación de un Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) que garantice
la protección de los derechos humanos en el territorio, pero, desgraciadamente,
en 2003, España y Francia vetaron la creación de este mecanismo de control”.
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