*Fuente. Equipo Media, El Aaiun Territorios ocupados
EL AAIÚN, Sahara Occidental, 17 ago 2015
(IPS) “Las azoteas son esenciales para nosotros porque solo desde allí podemos
documentar la brutalidad de la policía marroquí”, explica Ettanji a IPS. Este
joven de 26 años es uno de los líderes del Equipe Media, un grupo de
voluntarios saharauis que luchan por romper el bloqueo informativo impuesto por
Rabat sobre Sahara Occidental.
“Aquí no hay agencias de noticias y a los
periodistas extranjeros se les niega el acceso, e incluso se les deporta si
visitan la zona”, añade el activista.
El español Luis de Vega es uno de los
muchos informadores extranjeros que pueden corroborar dicho testimonio. No en
vano, De Vega fue expulsado en 2010 tras pasar ocho años de corresponsal en
Marruecos, y declarado persona non grata por las autoridades marroquíes.
“La cuestión del Sahara Occidental es uno
de los temas más delicados para los periodistas en Marruecos y los que se
atreven a cubrirlo se enfrentan inevitablemente las consecuencias”, explicó De
Vega a IPS por teléfono desde Madrid.
Ahora, establecido en la capital española,
De Vega dice estar “plenamente convencido” de que el suyo fue un castigo
ejemplarizante, por tratarse del corresponsal extranjero que más tiempo había
pasado en Marruecos.
Este año se cumplen cuatro décadas desde
que en 1975 este territorio del tamaño de Gran Bretaña fue anexionado por Rabat
tras la retirada de España de su última colonia, la del Sahara Occidental.
Desde el alto el fuego firmado en 1991
entre Marruecos y el Frente Polisario, Rabat ha controlado casi todo el
territorio, incluyendo toda la costa atlántica. El Frente Polisario (Frente
Popular de Liberación de Saguía al Hamra y Río de Oro) es la autoridad que la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce como representante legítimo
del pueblo saharaui. No obstante, la ONU todavía considera a Sahara Occidental
como un “territorio en proceso inacabado de descolonización”.
Rompiendo el bloqueo informativo en
Sahara Occidental
“Creamos el primer grupo en 2009, pero la
mayoría de nosotros trabajamos por puro instinto. No tenemos ninguna formación
por lo que estamos aprendiendo periodismo sobre el terreno”, apunta este
saharaui nacido el año de la invasión y que redacta los informes y comunicados
de prensa en inglés y francés. Su padre, dice, desapareció en manos del
ejército marroquí dos meses después de su nacimiento. No ha sabido nada de él
desde entonces.
Represión sostenida
La mayoría de los saharauis vive
actualmente en los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia. Los
miembros del Equipe Media dicen mantener una “comunicación fluida” con la
República Árabe Saharaui Democrática (RASD), la autoridad establecida allí y
que reclama un territorio que en 75 por ciento está ocupado por Marruecos. Además
de compartir todo el material, también trabajan codo con codo junto a Hayat
Khatari, la única periodista que informa para la RASD TV, que
emite desde Tinduf.
A sus 24 años, Khatari recuerda que empezó
a trabajar en 2010 tras los incidentes del campamento de protesta de Gdeim
Izzik, a las afueras de El Aaiún.
Originalmente levantado como un campamento
de protesta pacífica, Gdeim Izzik desembocó en disturbios que se extendieron a
otras ciudades saharauis cuando fue desmantelado por la fuerza marroquí el 8 de
noviembre.
Analistas occidentales, como el estadounidense Noam Chomsky,
atribuyen el origen de la llamada “primavera árabe” a El Aaiún, y no a Túnez,
como comúnmente se ha establecido.
“Tenemos que trabajar muy duro y asumir
muchísimos riesgos para poder contrarrestar la propaganda difundida por Rabat
sobre todo lo que ocurre aquí”, subraya Khatari.
La joven activista recuerda que fue
detenida por última vez en diciembre de 2014. A diferencia de Mahmud Lhaissan,
su predecesor en RASD TV, Khatari fue puesta en libertad poco después de su
arresto.
En un informe publicado en marzo,
Reporteros sin Fronteras recoge el caso de Al Lhaissan. El activista fue puesto
en libertad provisional el 25 de febrero tras ocho meses en prisión por cubrir
una manifestación.
Aún espera su juicio por cargos de
participar en una “reunión armada,” obstruir la vía pública, daños a la
propiedad y agredir a agentes de seguridad durante el desempeño de su labor.
En el mismo informe, Reporteros sin
Fronteras también denuncia la detención y deportación en febrero de los periodistas franceses
Jean-Louis Perez y Pierre Chautard.
Ambos trabajaban en un documental para la
cadena de televisión France 3 sobre la situación económica y social en
Marruecos, hasta que fueron detenidos y puestos en un vuelo a París tras serles
confiscado todo su material. El arresto se llevó a cabo en la Asociación
Marroquí de Derechos Humanos, una de las principales organizaciones
humanitarias del país pero a la que el Ministerio del Interior acusa de
“socavar la labor de las fuerzas de seguridad”.
Asimismo, otras organizaciones como
Amnistía Internacional y Human Rights Watch
denuncian de forma constante violaciones de los derechos humanos
sufridas por el pueblo saharaui a manos de Marruecos durante las últimas
décadas. A pesar de repetidas llamadas telefónicas y correos electrónicos, las
autoridades marroquíes se negaron a responder a las preguntas de IPS sobre
estas y otras violaciones de derechos humanos presuntamente cometidas en el
Sahara Occidental.
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