Fuente: IU Europa, 11/05/2017
La eurodiputada de Izquierda Unida y
vicepresidenta del Intergrupo sobre el Sáhara Occidental Paloma López ha
alertado esta mañana de que el juicio contra el grupo de presos saharauis de
Gdeim Izik, que se reanudó el pasado lunes, corre el peligro de dilatarse en el
tiempo, con el único propósito de que cada vez asistan menos observadores
internacionales y así poder dictar unas sentencias en su contra que, teme, “ya
estén preparadas” pese a la falta de pruebas incriminatorias reales.
López se desplazó el pasado lunes a Salé,
ciudad contigua a Rabat, para asistir de nuevo como observadora a la reapertura
del juicio a estos los activistas saharauis detenidos tras su participación en
las jornadas de protesta y reivindicación del conocido como campamento de la
dignidad que se produjeron a finales de 2010 en Gdeim Izik.
Las vistas corroboraron, explica López, “lo
que ya habíamos advertido después de la apertura del juicio civil el mes
pasado: es un proceso lleno de irregularidades en el que el Tribunal está
haciendo todo lo posible para que la condena ilegal del juicio militar se
repita”. En este sentido, la eurodiputada no tiene dudas de que la estrategia
es “dilatar el juicio de forma abusiva” para “eludir la presencia de
observadores internacionales que puedan denunciar la especie de teatro en la
que se está convirtiendo el proceso”.
“Lo que hemos visto estos dos días es que
se siguen poniendo trabas” a la entrada de observadores y que, además, el
Tribunal “está siendo partícipe de una discriminación importante porque hace
todo lo posible para que aquellos observadores que son de origen saharaui no
puedan entrar”. Esto, señala, “es por otra parte lo mismo que se está haciendo
con las familias de los acusados, a las que se está tratando de impedir el paso
a la sala”.
A todas las irregularidades ya denunciadas,
es decir, la fabricación de pruebas, el incumplimiento del protocolo de
Estambul y las resoluciones del Comité contra la Tortura de Naciones Unidas, la
extraterritorialidad del juicio y la ausencia total de la presunción de
inocencia, se suma el hecho de que “ahora se pretende que los torturadores
declaren como testigos, en lugar de estar en el banquillo de los acusados”.
“Estas personas deberían estar en el juicio en calidad de acusados por las
torturas a las que han sometido a los presos políticos y sin embargo esa parte
se está ignorando”, relata.
Además, López también ha presenciado “el
trato desigual” que se está dando a los testigos. “Por un lado, vemos el trato
preferencial del juez a los testigos de la acusación y, por otro, a los
testigos de la defensa se les somete casi a un interrogatorio policial,
metiéndoles presión con una violencia y unas intervenciones tremendas en su
contra”.
Asimismo, denuncia una “connivencia
absoluta” entre el juez, el fiscal y la acusación civil, “que debemos resaltar,
sigue sin estar autorizada para ser parte del juicio”. El tribunal “se está
dejando intimidar continuamente por los gritos de la acusación civil que está
actuando, sin respetar la presunción de inocencia, como si fuera la Fiscalía y
tuviera un control del tribunal que sólo le corresponde al juez”.
Por último, la eurodiputada de IU advierte
de que la conclusión que se puede sacar de estas dos últimas vistas del juicio
es que “parece que todo está ya atado para ratificar la sentencia ilegal que
venía del tribunal militar”.
“Nos tememos –insiste- en que el proceso es
una especie de circo y que las sentencias están ya determinadas”, a la espera
de que pronunciarlas lo más tarde posible para que la asistencia de
observadores decaiga. Por ello, López hace un llamamiento a la solidaridad
internacional con el pueblo saharaui a estar presente en el juicio cada vez que
se reabra: “Lo importante es que haya muchos observadores internacionales
dispuestos a asistir al juicio para que se pueda denunciar públicamente lo que
está ocurriendo”.
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