*Fuente ACNUR. 29 Octubre 2018
El documental El loco del desierto narra la
historia y proyecto de Tateh Lehbib, un refugiado saharaui a quien sus vecinos
del campo de refugiados de Auserd (Tinduf, Argelia) empezaron a llamar “loco”
cuando dijo que iba a construir un refugio resistente al calor y a las
tormentas de arena con botellas de plástico. Lo que empezó siendo un apodo, es
hoy una referencia internacional. ACNUR le ha acompañado en este camino.
¡Descúbrelo!
Refugio, innovación, educación
Tateh Lehbib accedió a la Universidad de
Argel para estudiar Energías Renovables gracias a una beca DAFI de ACNUR.
Cuando terminó la carrera y un master posterior, Tateh regresó a los campos de
refugiados saharauis. Inspirado por todo lo que había estudiado y con el deseo
de mejorar la vida de los saharauis, Tateh decidió construir un refugio con
botellas de plástico rellenas de arena que fuera resistente al calor y a las
tormentas del desierto. Cuando el departamento de innovación de ACNUR conoció
el proyecto de Tateh, le becó de nuevo para que pudiera construir 25 refugios
en los campos de Tinduf.
“Seguiremos trabajando y construyendo casas
para la gente más necesitada”. Tateh, el "loco".
El primer refugio que construyó Tateh fue
para su querida abuela, que por aquel entonces tenía 90 años. Quería ofrecerle
un lugar más fresco donde descansar después de más de media vida bajo el sol
abrasador del desierto. Actualmente, 25 familias en situación de vulnerabilidad
en los campos de refugiados saharauis de Tinduf cuentan con un refugio de
Tateh. Sólo el 1% de los refugiados en todo el mundo logra acceder a la
universidad. Quienes logran formar parte de este porcentaje, como Tateh, suelen
estudiar carreras con las que poder reconstruir su país cuando el conflicto del
que han huido termine o para mejorar la vida de sus compatriotas.
“El proyecto me pareció asombroso”. Julieta Cherep, la directora.
Asegura que cuando conoció a Tateh le pareció “un chico joven
muy comprometido con su pueblo y lleno de ganas e ilusión por cambiar la vida
de los saharauis”. Su innovador proyecto le parece asombroso. “Lo que más me
llama la atención del proyecto es como con algo sencillo (arena y botellas) se
puede construir algo tan grande”, afirma la también directora de La niña
bonita. Del rodaje recuerda con cariño las charlas nocturnas con Tateh: “es un
auténtico lujo poder comunicarse en el mismo idioma con alguien como él. Sin
duda un aprendizaje que nunca olvidaré”.
“Cuando vuelves a casa,
sientes que se ha quedado allí un pedacito te ti”. El equipo técnico.
Iker Rementeria y Javier Hernando “Látigo”,
director de fotografía y sonidista de El loco del desierto, respectivamente,
formaron junto con Julieta Cherep el equipo de rodaje de este documental.
Pasaron una semana en el desierto soportando altas temperaturas e incluso una
tormenta de arena que estuvo a punto de dañar los equipos. Todo esto quedó
compensado con los días de convivencia con los refugiados saharauis. “El Pueblo
saharaui es culto, bondadoso, paciente y organizado”, afirma Rementeria. El
sonidista recordará siempre el té que compartieron el último día con Tateh, su
hermana y sus padres en su jaima. “Al final, te hacen sentir parte de su
familia y cuando vuelves a casa, sientes que se ha quedado allí un pedacito te
ti”, asegura.
Tatah ha sido entrevistado esta tarde en el programa de la Sexta Más vale tarde. Ver la entrevista aquí. “Si esto es locura, me gusta que me llamen loco”, afirma Tatah.
No hay comentarios:
Publicar un comentario