Conchi Moya es autora del libro "Las
acacias del éxodo", una obra que versa sobre el Sáhara Occidental. La
presentación será el sábado 4 de mayo en 'Libros Traperos' (Murcia)
"Del PSOE sólo se ha recibido
traición. Lo que se puede esperar de este partido en relación al pueblo
saharaui es nada positivo, como han seguido demostrando a lo largo de estos
años"
"Que la mujer es un pilar de la
sociedad saharaui desde siempre es algo evidente. De alguna manera la sociedad
saharaui es matriarcal, son mujeres libres y que ocupan un lugar muy importante
en su familia y en la sociedad"
*Fuente: el diario.es Por Paco Paños. 03/05/2019
Nacida en Madrid en 1971 se licenció en
Ciencias de la Información en la Universidad Complutense. Antes de "Las
acacias del éxodo", ha escrito otros dos libros, con el Sáhara Occidental
como tema de fondo, "Delicias saharauis" y "Los otros
príncipes". Junto con Bahia Mahmud Awah ha escrito el ensayo "El
porvenir del español en el Sahara Occidental". Antóloga de varios libros
de poesía saharaui "Um Draiga", "Aaiún, gritando lo que se
siente", "La primavera saharaui" y "Poetas saharauis
(Generación de la Amistad)". En diciembre de 2015 se publicó su primera
novela, "Sin pedir permiso'".
Correaliza el espacio informativo Poemario
por un Sahara Libre, dedicado a las actualidades informativas y culturales de
la causa saharaui.
"Las acacias del éxodo", es un
libro de relatos que tienen como protagonista el Sahara Occidental, el Pueblo
Saharaui. No es tu primer libro con este tema y parte de tu actividad, la
dedicas a hacer visible la Causa Saharaui. ¿Cuál es tu vinculación con El Sahara,
con su gente?
Conocí al pueblo saharaui en abril de 2000,
cuando viajé a los campamentos de refugiados saharauis con compañeros de una
radio libre en la que colaboraba. El impacto por lo vivido allí fue tan fuerte
que me comprometí a ayudar a este pueblo con lo que sabía hacer, contar,
escribir, informar. Con el tiempo conocí al que hoy es mi compañero, el
escritor e investigador saharaui Bahia Awah, y los dos decidimos hacer juntos
este camino. Es mi causa, es mi pueblo, tengo una enorme familia dispersa por
los campamentos, varios países en la diáspora y en territorio ocupado. Muchos
de mis mejores y más queridos amigos son saharauis. Desde mi primer viaje no ha
habido un solo día en que haya dejado de pensar en el Sahara, y son ya
diecinueve años. Literariamente esto se ha traducido en que tuve el honor de
participar en el congreso fundacional del grupo de escritores saharauis en el
exilio Generación de la Amistad Saharaui. También he sido antóloga de varias de
sus publicaciones. "Las acacias del éxodo" es mi tercer libro de
narrativa centrado en el Sahara Occidental.
En uno de los relatos cuentas la visita de
un "joven político español", la esperanza que despertó entre los
activistas saharauis y, finalmente su traición. Ese político era Felipe
González. Ahora que otro joven político socialista está en la Moncloa y seguirá
siendo presidente después de las elecciones del 28A ¿Qué expectativa despierta
esto entre la población? ¿Tienen los saharauis esperanza de que Sánchez mire
hacia los campos de refugiados, que retome la responsabilidad que España tiene
como potencia colonizadora y cumpla con el mandato de la ONU hasta que el
Sahara consiga su independencia y recupere su territorio?
La historia de la visita de Felipe González
en 1976 a los campamentos de refugiados para apoyar al pueblo saharaui
"hasta la victoria final" y su posterior traición, que perseguirá a
Felipe para siempre, me impresiona mucho. Los saharauis no lo olvidan y se
encargaron de recuperar y difundir aquellas imágenes y el audio de su discurso.
La cantante saharaui Mariem Hassan incluso le dedicó una cantata llamada
"Shouka" (La espina), que es escalofriante. Pude hablar con alguna de
las personas que le acompañaron y quise reproducir cómo fue aquella visita.
El programa socialista para estas
elecciones de 2019 incluía una frase referida al pueblo saharaui, que el
partido trabajará "para alcanzar una solución del conflicto que sea justa,
definitiva, mutuamente aceptable y respetuosa con el principio de
autodeterminación del pueblo saharaui". Es cierto que Pedro Sánchez se ha
desmarcado de alguna manera de la "vieja guardia" socialista pero
habrá que ver hasta dónde se atreve a llegar. La cercanía del PSOE a las tesis
marroquíes en relación con el Sahara Occidental es histórica y es difícil que
eso cambie. Hay que recordar que en la pasada legislatura llegó al Congreso
Mohamed Chaib, diputado por el PSC y considerado como "el hombre de
Mohamed VI en España".
Sólo hay que ver que Zapatero es uno de los
valedores de la ocupación marroquí del Sahara. Como muestra, el expresidente ha
llegado a participar en diferentes actos en los territorios ocupados del
Sahara, organizados por las autoridades marroquíes, como el Foro Crans Montana
en la ciudad saharaui ocupada de Dajla, con Mohamed VI abriendo el acto y
recibiendo a los participantes con la frase "Bienvenidos al Sahara
marroquí". Esto lo recogió la Agencia EFE en marzo de 2015, se puede
consultar en la hemeroteca. Y durante el gobierno de Zapatero el PSOE tuvo una
vergonzosa actuación durante dos hechos determinantes como fueron la huelga de
hambre de la activista saharaui Aminetu Haidar en el aeropuerto de Lanzarote y
el violento desmantelamiento del campamento saharaui de Gdeim Izik, donde el
gobierno del PSOE dio por válida la versión marroquí y llegó a recibir en el
Ministerio de Interior al general marroquí Hosni Benslimane, sobre el que pesa
una euroorden de busca y captura por el asesinato del opositor Ben Barka. La
respuesta del Ministerio del Interior de Pérez Rubalcaba fue que su nombre
"no estaba en las bases de datos del Ministerio".
Del PSOE sólo se ha recibido traición. Lo
que se puede esperar de este partido en relación al pueblo saharaui es nada
positivo, como han seguido demostrando a lo largo de estos años.
En un libro como "Las acacias del
éxodo" debe ser fácil caer en la tentación de limitarlo a glosar la figura
de los héroes y de los dirigentes del pueblo saharaui. Tú hablas con admiración
de algunos de esos personajes, pero centras tus relatos en las gentes que
sufren el éxodo, en los niños, en las familias, en las cosas sencillas y
básicas que han perdido. Y sobre todo hablas de la mujer saharaui, de su papel
en la organización de la vida civil en los campamentos, en cómo son ellas las
encargadas de la sanidad, de la educación, de la organización, en suma, de la
vida cotidiana. ¿Qué papel tiene la mujer en la causa saharaui?
En realidad todos los saharauis son héroes
y heroínas. Y todo el pueblo es el Frente Polisario, que es un movimiento de
liberación nacional que existirá hasta que los saharauis recuperen su tierra.
En el caso saharaui hay dirigentes que dieron su vida por la causa,
literalmente, como Luali Mustafa, uno de los fundadores del Frente Polisario y
líder de la revolución saharaui, que murió en el campo de batalla cuando no se
había cumplido un año de la guerra con Marruecos. Muchos otros han sido un
ejemplo por su esfuerzo y sacrificio a lo largo de estas décadas. Al igual que
el pueblo, que ha sufrido y todavía sufre tanto. Y con "Las acacias del
éxodo" pretendo de alguna manera que nos pongamos en la piel de esas
personas que de la noche a la mañana se vieron expulsados de su tierra, a
quienes se les arrebató todo y se vieron sometidos a la mayor de las
injusticias, ante la indiferencia de la comunidad internacional. Me gustaría
que entendiéramos que esto nos puede pasar a cualquiera, a pesar de que nos
creamos a salvo por vivir en la burbuja de nuestro supuesto "primer
mundo".
Que la mujer es un pilar de la sociedad
saharaui desde siempre es algo evidente. De alguna manera la sociedad saharaui
es matriarcal, son mujeres libres y que ocupan un lugar muy importante en su
familia y en la sociedad. Ellas levantaron los campamentos, y por tanto el
estado saharaui en el exilio, cuando los hombres estaban en el frente de
batalla. Fueron madres, médicos, constructoras, maestras, cuidadoras,
diplomáticas en el exterior. Y en los territorios ocupados las mujeres aún hoy
encabezan muchas manifestaciones de protesta, y hay numerosos nombres femeninos
entre los más destacados activistas de derechos humanos. La mujer saharaui
tiene su puesto en la vida política a nivel nacional e internacional. Hay
ministras, gobernadoras, parlamentarias o diplomáticas, como ejemplo la
Representante Saharaui en España es una mujer.
Pero todo esto no quita para que las
mujeres saharauis también sufran el patriarcado, tengan la preocupación de la
pérdida de poder desde que los hombres regresaron a los campamentos tras el
alto el fuego y pidan una mayor participación en la vida pública. Ahora hay una
interesante generación de mujeres saharauis muy jóvenes que luchan por sus
derechos y por su espacio, sin abandonar su causa, y eso es tremendamente
interesante en mi opinión.
Todo tu libro es un hermoso canto de
esperanza, lleno de amor por las gentes de las que escribes. Es también un
grito de rabia, de rebeldía ante la situación que, desde hace 50 años, vive el
pueblo saharaui. Pero es además un llamamiento contra el olvido, contra la
posible pérdida de identidad de parte de las generaciones que han nacido ya en
el éxodo. ¿Hay peligro de agotamiento, de desánimo en los más jóvenes?
Ese peligro existe, es evidente. Yo tengo
sobrinos que han nacido en los campamentos de refugiados y que a su vez tienen
hijos que han nacido en los campamentos también. Dos generaciones que no han
podido pisar jamás su tierra o que sólo conocen la ocupación. Eso es un drama
terrible. Y hay un tercer desarraigo, el que se vive en la diáspora. Hay un
peligro de pérdida de identidad, de olvidar por qué se está luchando y de
desesperación. ¿Cómo decirle a un joven saharaui que siga teniendo fe en la ONU
o en la comunidad internacional?
Pero al mismo tiempo la identidad saharaui
es tan fuerte que hay mucha esperanza depositada en los jóvenes. Hay una generación
muy bien preparada, que conoce la causa y que se va incorporando a puestos de
responsabilidad o colabora desde activismo informativo intelectual, cultural y
artístico. En los territorios ocupados los defensores de derechos humanos son
cada vez más jóvenes, están tomando el testigo de los activistas veteranos.
Marruecos no ha logrado borrar la identidad saharaui de estas nuevas
generaciones, ni siquiera de los universitarios, obligados a estudiar en
universidades marroquíes. Hay un movimiento estudiantil saharaui muy importante
en territorios ocupados, que sufren acoso, detenciones y cárcel. Pero siguen
adelante.
El gran problema puede ser que el desánimo
les lleve a tomar posturas a favor de un conflicto armado. Algunos jóvenes
piden que se acabe con esta situación de "impasse" y se comience la
guerra. Están hartos de esperar y es comprensible.
Tú eres escritora, pero también eres
periodista. ¿Por qué has elegido el relato, la literatura para hablarnos de los
saharauis y no la crónica o el reportaje periodístico?
Son dos formas de escribir que están
presentes casi por igual en mi creación. Mi literatura es muy narrativa y en
ella me gusta contar. Y a la vez mis artículos periodísticos siempre tienen un
punto literario. En cualquier caso, Bahia Awah y yo llevamos haciendo activismo
informativo desde el año 2001, cuando empezamos con Poemario por un Sahara
Libre, nuestro programa de radio que más tarde se convirtió en blog y con el
que aún seguimos. La literatura vino después y fue en parte una consecuencia de
la cantidad de testimonios y de historias que escuchábamos cada día. Yo siempre
he escrito, desde pequeña, y si me atreví a ir más allá fue por mi
convencimiento de que la literatura y el arte son un arma tremendamente
poderosa para la difusión de ideas, y por supuesto de causas. Y por tanto
debían serlo para una causa tan justa como es la saharaui.
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