domingo, 22 de diciembre de 2019

(“El yihadismo busca aislar a los saharauis de quienes les apoyan”)


OPINION
Fuente: Diario de Burgos, edición  del pasado 16 de diciembre de 2019
Fernando Pinto Cebrián, exagente del CNI e historiador experto en el Sahara Occidental y Mauritania
 (“El yihadismo busca aislar a los saharauis de quienes les apoyan”)
Primero fue el Ministerio de Defensa y Exteriores español; después la ONU. La advertencia en ambos casos fue la misma: existe un riesgo claro de secuestros y atentados contra ciudadanos españoles en el Sáhara. El burgalés Fernando Pinto Cebrián, quien fue durante muchos años agente de los servicios de inteligencia españoles en varios países, conoce a la perfección esa zona sensible del norte de África, a la que ha dedicado numerosos libros en los últimos años y cuya compleja realidad conoce al dedillo. EL ex espía analiza para este periódico esa alarma terrorista que mantiene en vilo ese territorio. “España, Al-Ándalus, siempre ha estado en la mira de los yihadistas en la idea obsesiva de su reconquista, y hacia ese fin, buscado consciente y permanentemente, han dirigido esfuerzos (considerados legítimos), propagandísticos, amenazas y acciones terroristas (en el recuerdo más cercano: Barcelona y Cambrils), tanto directas como indirectas, fuera y dentro del país. Elementos que han sido y siguen siendo el eje de la contra acción de los Servicios de Inteligencia y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en la base de una estrategia preventiva, que funciona y da respuesta eficaz a todas sus actividades”, explica. Así, frente al anuncio de posibles atentados, Pinto Cebrián considera que ello exigiría “unas medidas concretas de seguridad acordes con dicha amenaza; medidas que tan solo han quedado en la recomendación-consejo gubernamental y del Ministerio de Asuntos Exteriores a los españoles que se encuentren en la región de los campamentos de Tinduf, y cuya presencia no sea imprescindible, a que abandonen el Sáhara en cuanto sea posible”.

Atentados, secuestros, subraya el ex agente burgalés, que “no serían novedad ante los ya sufridos con anterioridad en Marruecos y en el territorio del Sáhara Occidental” pero que si lo son por cuanto ahora la amenaza no viene de los grupos habituales, “sino de un muy activo en Mali, Burkina Faso y Níger denominado Estado Islámico del Gran Sáhara (EIGS o ISIS-GS) bajo la dirección de un saharaui nacido en El Aaiun, Adnan Abu Uualid al Saharaui. Novedad sería la intervención saharaui en asuntos de terrorismo, fuera quien fuere el objetivo, ya que siempre ha estado vetado en la consideración a que tal actividad iba en contra de sus reivindicaciones cara al ámbito internacional y a Marruecos en particular”, subraya.
Pero, según sus fuentes, “no es un grupo terrorista prosaharaui (por lo tanto, no antimarroquí, como sería en la realidad si estuviera integrado por saharauis del Frente Polisario o la República Saharaui), grupo con campo de actuación lejano a los campos de refugiados y que está dirigido por un saharaui yihadista radicalizado bien conocido por la inteligencia saharaui, los Servicios de Inteligencia y los medios de comunicación. Parecería, pues, que el grupo EIGS está buscando el aislamiento del pueblo saharaui de quienes más le apoyan: de una gran parte de la sociedad española y de quienes en su pueblo luchan por la libertad e independencia, al objeto de integrarlos en el, tal vez bajo el ofrecimiento yihadismo de una ´verdadera`  independencia y libertad en ´su` Islam (lo que está muy lejos de la mentalidad saharaui), al tiempo que estimulan la lucha para cerrar la herida históricamente abierta de  su querida Al-Ándalus propiciando su recuperación-reconquista, tratando asimismo de estimular a sus ´compañeros de viaje` magrebíes a actuar más sobre España y sus intereses.
OTRA VERSIÓN. Sugiere Fernando Pinto que cabe otra versión, “basada en el desmentido del posible atentado por parte de otros servicios extranjeros, de las fuerzas de seguridad de Tinduf y de los propios saharauis (que han protestado al respecto), que apuntan a que la noticia habría sido filtrada por Marruecos y difundida por fuentes francesas con la finalidad de arruinar el Congreso del Frente Polisario, amén de dañar la imagen de Argelia. Esta versión parece ratificarse, sin aludir a las citadas intenciones de Marruecos, tras ciertas matizaciones posteriores del Ministro del Interior sobre la alerta terrorista y el desmentido de varias agencias de noticias”.
Y concluye el periódico burgalés subrayando en su trato al artículo del experto en la zona del Sahel africano, Fernando Pinto Cebrián, “Sea como fuere, para el que fuera agente del CNI,  “resulta injustificable jugar mediante la duda con cualquier información-alerta que conlleves in motivo desconcierto y temor en la sociedad, y más cuando se pone en la picota de los medios la fiabilidad de los servicios secreto”

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