Sobero: "No veo solución a corto plazo al problema saharaui con Marruecos"

La periodista asegura que el del Sáhara es uno de los grandes temas pendientes de la Transición española y que, para los afectados, el olvido internacional sería "la muerte"                 

EL FARO DE VIGO   F. FRANCO - VIGO "No veo solución a corto plazo al problema saharaui con Marruecos, entre otras cosas porque el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no tiene voluntad de pegar un puñetazo sobre la mesa para que se dirima de una vez". Esa opinión escéptica mostró ayer en el Club FARO Yolanda Sobero, periodista de "En portada" e "Informe Semanal" de TVE.

Presentada por Sandra Penelas, periodista de FARO, Sobero tiene una tesis básica: El Sahara Ocidental es el conflicto que mayor solidaridad y movilización genera en la sociedad española "sin embargo es un conflicto desconocido y, ahora que tanto se habla de memoria histórica, se olvida que es uno de los grandes temas pendientes de la Transición española. Es un contencioso muy largo en el tiempo, la solución no se ve inmediata y el riesgo es que, para los saharauis, la muerte es el olvido; si la atención internacional no está expectante quedarían en el abandono y a expensas de Marruecos".

La periodista, a la que Ariel publicó "Sáhara, memoria y olvido" y que ha sido la guionista de un aplaudido programa sobre la materia para "En portada", de TVE, explicó que la ocupación del Sáhara por Marruecos era efectiva: "No son sólo aspectos –dijo– como que en los mapas oficiales que estudian los niños marroquíes no figura deslindado este territorio o que por todas partes Marruecos marca sus símbolos sino que hay además un importante cambio demográfico por la llegada de colonos marroquíes desde la etapa de la Marcha Verde, que han dejado a la población saharaui en un 20 por ciento. Para Marruecos hay tres principios básicos inamovibles en el conflicto del Sáhara: la monarquía, el Islam y la marroquinidad del territorio".

Desidia informativa

Habló esta profesional del papel de los medios de comunicación ante el Sáhara afirmando que entre los periodistas hay una doble responsabilidad: la ignorancia del tema por un lado, la desidia por otro. "El periodista –dijo– no tiene porqué ser un activista pero tiene que informar. Lo que sí es cierto es que al Gobierno marroquí le preocupa hace tiempo que los medios de comunicación españoles se manifiesten de un modo más o menos claro prosaharauis".

Paradójicamente, según comentó Sobero, la defensa de la presencia española en el Sáhara se ha convertido para los saharauis en un argumento para defender su identidad y un elemento de lucha para demostrar su derecho a la autodeteminación, que ya les reconoció el Tribunal de la Haya hace muchos años cuando no halló lazos de soberanía por parte de Marruecos".

Sobre la presencia allí de la MINURSO, la misión de las Naciones Unidas en la que por exigencia de Marruecos no hay ningún español, dijo que su desprestigio era total, tanto para marroquíes como para saharauis. "Una doctora salvadoreña –explicó– me dijo una frase significativa: ´Aquí estamos bien pero nos tumba el aburrimiento´. ¿Porqué se aburren cuando a los saharahuis les siguen vulnerando sus derechos? Cierto que con Hassan podían desaparecer sin dejar rastro y ahora sólo les golpean o encarcelan, pero siguen reprimidos".

Para Sobero la antigua colonia española es hoy el territorio de un pueblo dividido. "Para los que anhelan su independencia es la patria perdida; para otros, las provincias del sur recuperadas; para Naciones Unidas y el derecho internacional, el Sáhara Occidental. Es un territorio no autónomo, la última colonia de África".

Los programas de acogidas de verano de niños saharauis en España son, según la periodista, la principal fuente de ayuda humanitaria a ese pueblo por los lazos que establecen. "Las ayudas de España no proceden tanto del Estado como como de las asociaciones de amigos saharahuis, ayuntamientos... Hay, en cualquier caso, una situación de espera en la desesperanza que genera mucha frustración y que está originando cambios hasta en el tipo de hábitat. Desde el alto el fuego de 1991 las tradicionales jaimas que sugerían un estar de paso han sido sustituídas por el adobe, que sugiere permanencia".