Madrid, 31 de diciembre de2011 (EFE).- Un grupo de unos 60 voluntarios españoles va a pasar hoy la Nochevieja en los campamentos de Tinduf (Argelia) en solidaridad con los refugiados saharauis y con el deseo de que los dos cooperantes que fueron secuestrados en esta zona, Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández de Rincón, sean liberados cuanto antes.
La iniciativa de pasar el fin de año en los campamentos, que este año lleva por título "Amanecer 2012", está organizada por la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS-Sáhara).
Los voluntarios han llevado turrón, uvas y mazapán para celebrar la entrada del nuevo año con las familias saharauis.
El presidente de CEAS-Sáhara, José Taboada, ha afirmado, en declaraciones a Efe, que el objetivo de este viaje solidario es conocer la realidad de los refugiados saharauis y convivir con ellos durante unos días.
En esta ocasión, Taboada también ha expresado su deseo de que Gonyalons y Fernández de Rincón queden en libertad lo antes posible.
Los dos cooperantes fueron secuestrados el pasado 23 de octubre en Rabuni, la capital administrativa de los campamentos, cerca de Tinduf.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación informó el pasado día 12 que había recibido un vídeo en el que se veía con vida a Gonyalons y Fernández de Rincón, cuyo rapto reivindicó días antes un grupo escindido de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
Taboada ha confiado en que las labores que está haciendo la policía saharaui tengan resultado, aunque ha reconocido la preocupación por la falta de noticias después de casi tres meses de secuestro.
Respecto a la seguridad de los voluntarios que van a pasar la nochevieja, el presidentes de CEAS-Sáhara ha subrayado que el Frente Polisario "ha tomado todas las medidas" para garantizar su protección.
Además de Gonyalons y Fernández de Rincón, permanecen secuestradas las cooperantes de Médicos sin Fronteras (MSF) Blanca Thiebaut y Montserrat Serra, quienes fueron apresadas el pasado 13 de octubre en el campamento de refugiados de Ifo, en Dadaab (Kenia), a unos 100 kilómetros de la frontera con Somalia.
En este caso, ningún grupo ha reivindicado la autoría de la acción. EFE
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