miércoles, 15 de febrero de 2012

Sahara


En este grupo de viejos “rockeros” (poéticos) del que formo parte, sintiéndome como pez en el agua, llamado "A los Cuatro Vientos" (hay un libro publicado por Ariadna), hay un poeta, saharaui, Limam Boicha. Nacido en Atar (Mauritania). País que se repartió con Marruecos (el Sáhara Occidental, ocupado ahora en parte por éste último) un territorio que debe ser nación independiente, abandona por España en el preciso momento en que las cartas de la Historia estaban boca arriba y el Sáhara era un bocado apetitoso para la monarquía feudal de Hassan II. Quien lo supo aprovechar con una habilidad nos debe poner la cara de vergüenza. Limam, Bahía, Zahra, son algunos de los vientos saharauis desterrados por la diáspora fuera de su territorio. Con la esperanza de poder regresar algún día.
Durante su estancia en Tinduf (Argelia), siguen aguardando todas las buenas gentes saharauis que la Historia sea justa con ellos. Mientras tanto, he aquí la razón de esta columna, esperan, en petición firmada por un creciente grupo de amigos relacionados con dicha causa, que el Instituto Cervantes, establezca una sede allí donde la lengua española sigue siendo elemento de comunicación, junto con su propia lengua, para aquellos que formaron parte de España. Sería muy triste que el terrible error cometido con los saharauis no supiéramos repararlo. Ningún medio tan afectivo (e incluso efectivo) como la lengua. Limam, Bahía, Zahra, y muchos de nosotros con ellos, piden algo tan elemental. Ojalá, palabra bien árabe, que se cumpla.
(Original en gallego, traducción libre Poemario)

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