*Foto: Abdelfatah Mohamed
El actor promociona en España
'Hijos de las nubes. La última colonia', un documental sobre el Sáhara
Occidental
LA NUEVA ESPAÑA 16-05-2012
Foto: Javier Badrem. EFE
EFE / Madrid El actor Javier
Bardem, ganador de un Oscar para el que estuvo otras dos veces nominado, visita
Madrid para promocionar el documental 'Hijos de las nubes. La última colonia',
que produce y con el que reclama atención para el conflicto saharaui.
"Si ser actor significa
que vas a recibir críticas por decir lo que piensas, tú lo sabes y lo aceptas:
si esa es tu parte del juego, pues bienvenido sea", ha dicho el actor en
una entrevista con EFE, realizada junto al director de la cinta, Álvaro Longoria,
que se estrena con el documental en el terreno de los largometrajes.
"Detrás de un actor, un
médico, un fontanero o un señor que hace escayolas hay un ciudadano que vota,
que cree en una solución para los conflictos de la sociedad en la que vive y
que tiene la obligación y el derecho de decir lo que piensa", ha dicho.
En el documental, que guía la
voz de Elena Anaya, la cámara sigue a Bardem por los campamentos de refugiados
situados "en el desierto del desierto", a caballo entre Marruecos y
Argelia, o mientras prepara su intervención ante la sede de la Organización de
las Naciones Unidas en defensa de los derechos de los saharauis.
Y va con él hasta las mismas
puertas del Palacio de la Moncloa, donde lleva 230.000 firmas de españoles que
apoyan la causa, aunque no consigue que le reciba nadie.
Reconoce a EFE que lo más
frustrante fue no contar con el testimonio de algunas "piezas importantes
de este ajedrez", indica Bardem, algunas por temor a represalias.
Varios expertos y
personalidades políticas prestan su testimonio pero otros muchos, como el
expresidente español José María Aznar, o el ex 'mister PESC', Javier Solana, no
quisieron o no pudieron, como tampoco ningún representante marroquí.
"Pero al final -ha dicho-
hemos conseguido una cierta objetividad de opiniones más allá de lo que
nosotros podamos creer porque se dirige a la justicia universal, una justicia
está de parte del pueblo saharaui, eso es innegable, y lo sabe hasta la gente
que lo niega", zanja, convencido, el actor.
El protagonista de 'Biutiful',
que ya había producido con gran éxito la obra coral y solidaria 'Invisibles',
conoció a Longoria en el Festival de Cine de FiSahara y allí se enamoró de la
gente y de la causa polisaria.
"Establecimos una
relación personal y emocional con los saharauis y ahí empezó el viaje para
intentar entender. Queremos que quien se anime a verla entienda qué es ese
conflicto, no es nuestra voluntad dar lecciones de nada", apunta el actor.
La cinta combina el documental
con imágenes de archivo e introduce algunas animaciones que ilustran algunos
momentos de la historia, desde el reparto de África en el que el Sahara acabó
siendo español y la estupenda convivencia que hubo con los españoles hasta
1975, hasta la decisión (nunca contrariada) del rey Hassan II de hacerse con
esos territorios para construir el 'gran' Marruecos. La Marcha Verde y el
abandono de los saharauis por parte de España.
Y mete el dedo en la llaga del
referendo aún pendiente sobre la autodeterminación de los territorios.
"Ojalá el cambio en
Francia con François Hollande tenga una salida para el tema del Sáhara, sería
lo de más de sentido común, aunque solo sea por los Derechos Humanos",
reflexiona Bardem.
Según el director, lo que ha
pasado en el Sáhara ocurre en el resto del mundo: "Ahora estamos en un
momento clarísimo -el 15M, el movimiento Wall Street, la primavera árabe, el
Sáhara- en el que la gente ha dicho 'basta, yo no quiero que decidan por mi
cuando va en contra de lo que yo creo'".
(…)
ondacero.es | Madrid | | Actualizado el 18/05/2012 a las 18:45 horas
El actor Javier Bardem nos
presenta en Julia en la onda su último trabajo como productor 'Hijos de las
nubes' un documental en el que da voz a los protagonistas del conflicto del
Sahara Occidental.
El actor Javier Bardem, el más
internacional, el único que ha ganado un Oscar, nos ha visitado en Julia en la
onda para presentarnos el documental 'Hijos de las nubes' del que es productor.
Junto a él ha venido Álvaro Longoria, director del documental.
El documental explica la
historia de los saharauis, cómo pasó de ser a una colonia española a ser un
pueblo abandonado por los españoles y la comunidad internacional. Tanto Bardem
como Álvaro Longoria están de acuerdo en que hay que hacer algo con este
conflicto olvidado por "la responsabilidad moral" y en que en estos
tiempos de crisis será todavía más complicado una solución para el conflicto.
Javier Bardem ha querido hacer el
documental para dar a conocer esta situación no sólo en España sino en el
mundo, nos ha confesado que "cuando hablo del Sáhara en EEUU me preguntan
de qué hablas".
(…)
Javi Álvarez -
laRepúblicaCultural.es 18 de mayo de
2012
En 1975 murió Franco. Además,
en nuestro país, ocurrieron muchas más cosas, por ejemplo, la vergonzante cesión
que se realizó de los territorios propios en el Sáhara a Marruecos y
Mauritania, en lugar de a las fuerzas nacionalistas que tenían la intención de
construir un nuevo país. Marruecos y Mauritania, que no tenían vínculos
anteriores con esa tierra, invaden militarmente dichos territorios. Así, como
levantamiento ante la invasión de su país, nace la lucha del Frente Polisario.
En 1979 Mauritania abandona la guerra y devuelve los territorios que habían
ocupado al Frente Polisario creándose en ellos la República Árabe Saharaui
Democrática. Con Marruecos no hay avance. En 1991, por mediación de las
Naciones Unidas se alcanza un alto el fuego y se organiza un plan de paz por el
que se acuerda la celebración de un referendum que decida el destino del
territorio saharaui. Una consulta que aún no se ha llevado a cabo. Mientras, la
población saharaui vive dividida entre los campos de refugiados de Argelia y el
territorio ocupado por Marruecos donde son frecuentes y continuas las
violaciones de los derechos humanos tales como las detenciones ilegales,
torturas y desapariciones de personas, así como un fuerte bloqueo informativo.
El pueblo saharaui lleva ya esperando 37 años para poder volver a su tierra.
Para contarnos ese contexto,
reflejar la situación actual del Sáhara Occidental y, sobre todo, darnos una
visión de la forma de actuar de la diplomacia internacional con este asunto, el
director Álvaro Longoria ha realizado el documental Hijos de las nubes. La
última colonia que se proyectó en la Sección Documentales del Festival de
Málaga Cine Español. No es un trabajo descafeinado, sino que profundiza en las
causas y nos muestra sin paños calientes cómo las potencias occidentales,
especialmente Francia y Estados Unidos, se desentienden del problema, pues en
la política exterior de esos países priman los intereses económicos sobre los
principios éticos y los derechos humanos. El documental, a través de
entrevistas, material de archivo y un poco de acción sobre el trabajo del
propio equipo, analiza el pasado, muestra el presente y pone su mirada en el
futuro del Sahara. Es clara la intención de informar al espectador, pero
también la de involucrarlo para que se movilice y pueda servir de elemento de
presión social ante la diplomacia internacional.
En Hijos de las nubes se
observa el proceso por el que fue pasando el equipo de la película y las
dificultadas que tuvieron para que la gente hablase. Han realizado más de
setenta entrevistas durante cuatro años, sin embargo, nadie en Marruecos quiso
hablar con ellos y otros muchos muestran sus reticencias, negativas y recursos
dilatorios para no hacerlo. Cuenta su director que cuando consiguieron que
hablara Felipe González empezó a resultarle más sencillo realizar otras
entrevistas que se habían estancado. Hubo intentos de hablar con el gobierno de
Zapatero, pero varios ministros que dijeron que lo harían, al final no lo
cumplieron. Lo cierto es que el Sahara es un tema incómodo y del que muy pocos
de los entrevistados hablan con total sinceridad. Con la cámara apagada hablaban
más, dice su director. En el documental queda muy claro que los franceses no
quieren molestar a Marruecos y que no desean que se pueda abrir la caja de
Pandora. Es sorprendente algunas de las declaraciones, muy pocas, que nos
cuentan la realidad sin ambages, con palabras directas, sin esconder nada. Pero
las que más abundan son las de los otros, los que juegan a hacer malabares con
sus frases.
La película documental está
protagonizada y producida por Javier Bardem, y se sirve del tirón del actor
para llegar a lugares que de otra forma no alcanzaría. Bardem visitó por
primera vez los campos de refugiados saharauis en 2008. Desde entonces ha
trabajado por dar a conocer mundialmente este conflicto olvidado por muchos y
nos ha mostrado su postura rotunda como claro defensor de los derechos del
pueblo saharaui. No ha dudado en acudir a la diplomacia internacional para que
intervenga en defensa de los derechos humanos y medien en una solución pacífica
y justa. La decisión de que el hilo conductor sea el viaje de Bardem viene dada
por el deseo de su director de acercar el problema a todos los públicos. Cuando
alguien ajeno se plantea el conflicto que vive el pueblo saharaui, le pasa como
le ocurrió al propio equipo cuando llegó al campamento de refugiados, por eso querían
contar en primera persona la realidad que habían vivido.
Hijos de las nubes es un
documental cargado a partes iguales de política y humanidad, que nos habla de
un drama que sufren personas reales que tienen una vida terrible. Es una
petición a los democracias internacionales para que no se queden de brazos
cruzados, que no pongan más obstáculos y se decidan a intervenir para que se
haga lo justo y lo correcto en el Sahara. La situación tiene que cambiar, no se
puede permitir que Marruecos siga en un territorio sobre el que ningún país le
reconoce soberanía alguna.
Cuando le preguntan a Álvaro
Longoria si hay motivos para la esperanza, responde que sobre el tema de la
autodeterminación no hay movimientos, pero que él sí que ve un avance en la
presión sobre los Derechos Humanos y confía en que haya un cambio en breve.
Mirando a largo plazo confiesa que todo puede pasar, que nada se sabe. Francia
es un aliado indiscutible de Marruecos en este tema y tiene derecho de veto en
Consejo de Seguridad de la O.N.U. Esa alianza no se va romper si el pueblo
francés no presiona a sus dirigentes.
Por cierto, hay que destacar
que todos los beneficios que produzca Hijos de las nubes se dedicarán a la
causa humanitaria en el Sahara.
EL PAIS JORDI COSTA 17 MAY 2012
Debut en la dirección del
productor Álvaro Longoria, en cuya trayectoria figuran títulos como La zona
(2007), Habitación en Roma (2010), el díptico del Che dirigido por Steven
Soderbergh y la película colectiva 7 días en La Habana (2012), que se
presentará estos días en Cannes, Hijos de las nubes. La última colonia nació
con el propósito de contar el conflicto del Sáhara convocando a todas las
posiciones en liza. Es, no obstante, en el fracaso de cumplir ese propósito
inicial donde la película encuentra su fuerza, sus momentos más elocuentes.
Hijos de las nubes es un trabajo valioso por lo que dice y por cómo lo dice en
sus tramos más didácticos: sirviéndose de testimonios y de concisas animaciones
a cargo del dibujante Aleix Saló, autor de Españistán y Simiocracia —dos
eficaces libros, irónicos y divulgativos, sobre la crisis financiera—, el
documental logra explicar y transmitir el conflicto con encomiable
transparencia, yendo a las raíces, ahondando en ese lado humano de la ecuación
que organismos como la ONU siguen resistiéndose a reconocer y delatando los
intereses gubernamentales que propician el paralizante statu quo. Pero lo más
valioso de Hijos de las nubes está en otro lado: en las ausencias, en los
silencios incómodos, en las espantadas vergonzantes.
Poco antes de llegar a su
conclusión, se enumera a todos aquellos que se han negado a ser entrevistados
en el documental: Javier Solana, el exministro Moratinos, Valéry Giscard
d’Estaing, José María Aznar, el ex primer ministro argelino Abdelaziz
Belkhadun, Kofi Annan, James Baker y toda autoridad marroquí. Esos agujeros en
el tejido previsto del documental resuenan con poderosa fuerza. Lo único a
reprochar son los momentos (demasiados) en que el documental sucumbe a cierto
culto a la personalidad y convierte a su productor Javier Bardem en tenso
caballero sin espada de la justa reivindicación.
HIJOS DE LAS NUBES. LA ÚLTIMA
COLONIA
Dirección: Álvaro Longoria
Género: Documental, Espaá 2012
Duración: 78 minutos
Javier Bardem y el productor
Álvaro Longoria presentan ‘Hijos de las nubes’, documental que ilustra el
conflicto saharaui, enquistado desde 1975
EL PAIS GREGORIO BELINCHÓN Madrid 17 MAY 2012 - 21:32
CET
Javier Bardem ha hecho decenas
de promociones de estrenos. En muchas habrá creído en lo que hacía, pero en
pocas la película le habrá tocado tanto como el documental Hijos de las nubes,
con el que su amigo, el productor Álvaro Longoria, debuta en la dirección, y
Bardem produce y protagoniza como hilo conductor.
Porque Hijos de las nubes
habla sobre el conflicto del Sáhara, sobre un pueblo abandonado por el mundo:
en la pantalla todos los protagonistas habitan una eterna frustración...
excepto Marruecos. La misma Hijos de las nubes tiene cimientos basados en esa
frustración, entrevistadores que no se ponen al teléfono, que un par de horas
antes anulan los encuentros (el entonces ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel
Moratinos) o que delante de las cámaras huyen, como el ex primer ministro
argelino Abdelaziz Belkhadun. Y además a ese sentimiento de frustración de la
gente de la calle muchos gobernantes lo denominan realpolitik. “Sí, esa
anotación es cierta”, cuenta Bardem. “Es un sentimiento que refleja al pueblo
saharaui. Siempre hay algo que para su proceso natural de justicia universal...
Intentamos traducir en la pantalla lo que significa ese conflicto, y eso es
frustración. Hemos intentado explicar esa sensación de la mejor manera posible
y nosotros mismos la hemos sufrido”. Álvaro Longoria, sentado a su lado,
apunta: “Eso liga nuestra historia a la primavera árabe, que estalla tras
décadas y décadas de frustración. Los saharauis llevan ya tres generaciones en
los campamentos de refugiados, sumando impotencia tras impotencia. Y hay
200.000 personas sintiendo que nadie les hace caso. Parece que les aboquemos a
realizar actos violentos, cuando deberían encontrar una salida justa a su
problema”.
El Sáhara vive una ocupación
marroquí desde la famosa marcha verde de 1975, ideada por el rey Hassan II, que
así se hizo con la colonia que en ese momento abandonaba España. Tras una
guerra y la construcción de un muro que separa la mayor parte del Sáhara del
resto del Sahel, y que está protegido con 10 millones de minas, Marruecos
accedió a realizar un referendum sobre su independencia apadrinado por la ONU.
Era 1991. “Desde entonces han vivido dos décadas de trabas continuas. La no
solución es la solución, comenta Dumas, el exministro de Asuntos Exteriores
francés, y así seguimos. Realpolitik. Son tan descarados los motivos por los
que esto no se arregla... Alguien dice en el documental: ‘Si no somos capaces
de arreglar algo tan sencillo como esto, ¿qué haremos con un problema
complejo?’. Si es que la justicia les ha dado la razón constantemente”, exclama
más indignado Bardem. “Creo que hoy en día la gente ya no apoya la realpolitik,
un criterio del siglo XIX. Existe actualmente una gran diferencia entre lo que
los ciudadanos quieren y lo que los Gobiernos implementan”, continua Longoria.
Bardem apostilla: “Yo creo que ellos son conscientes —y lo digo desde mi punto
de vista, quién soy yo para servir de portavoz del pueblo saharaui—de que si se
lanzan a la violencia su razón se perdería. Tienen una idea global de que eso
no es la solución, una visión que les hace muy especiales”.
El documental es a su vez un
viaje personal, el de Bardem, desde su primera visita a los campamentos de
refugiados para participar en el festival de cine de Sáhara —“Ahí descubrí la
opresión que vivían”— hasta su visita a La Moncloa con 230.000 firmas de
españoles en apoyo al Sáhara —nadie le recibe— y su discurso en la ONU. Por el
camino, entrevistas en la zona, charlas con saharauis y horas y horas de espera
a políticos que finalmente no se sentarán delante de la cámara.
En Hijos de las nubes hay
momentos de alivio político, incluso de cierto humor, como cuando se acercan en
todoterreno al muro y de repente el vehículo se desvía de la rodada para pánico
de los españoles, que temen morir por las minas. “Es que a ese guía no lo
conocíamos, y nos dio un canguelo...”, confiesa Longoria. “Así queda claro cómo
es el día a día de esa gente”, dice el actor. “Hace poco murió un chaval”.
Otro momento sorprendente lo
aporta Felipe González, que sí charló con ellos. “Fue una entrevista muy
enriquecedora. Él sabía lo espinoso del tema, y respondió sin complejos. Nos
sirvió como balón de oxígeno porque accedió en un momento que necesitábamos un
empujón así”.
(…)
Álvaro Longoria examina la
situación del pueblo africano en «Hijos de las nubes»
LA RAZON 18 Mayo 12 - - Sergi
Sánchez - Cannes
Todo empezó hace cuatro años,
cuando Álvaro Longoria compartió jaima con Javier y Carlos Bardem en el
Festival de Cine del Sahara. El contacto con la realidad de este pueblo provocó
una inmediata toma de conciencia, que se tradujo en el esfuerzo del actor por
denunciar la indiferencia de la comunidad internacional ante el problema
saharaui y hacer visible la necesidad de ponerle remedio. «Hijos de las nubes»
nace con el objetivo de documentar el camino que llevó a Bardem a las Naciones
Unidas y de contextualizar los intereses geoestratégicos que han llevado al
Sáhara a convertirse en la última colonia del continente africano.
Voz que se oiga
«Nuestra intención era hacer
un documental didáctico», explica Longoria. «Queríamos dar voz a los que no la
tienen y divulgar un problema cuya complejidad los espectadores desconocen.
Muchos han oído hablar de los saharauis, pero no saben de dónde proviene su
tragedia. Los marroquíes deniegan su participación en cualquier proyecto que
les obligue a explicar su posición ante el problema del Sáhara. No fueron los
únicos: también hubo políticos y diplomáticos que no quisieron pronunciarse»,
concluye. Entre ellos, el ex ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel
Moratinos, que canceló la cita con Longoria y Bardem una hora antes de
celebrarse. A los que no quisieron dar la cara se sumaron nombres tan ilustres
como Javier Solana, Kofi Annan o Valéry Giscard d’Estaing. Lo que queda claro
después de ver el documental es que el Sáhara es una patata caliente para
España, que no quiere ver dañadas sus relaciones con Marruecos pronunciándose
ni a favor ni en contra, después de haber perdido la colonia en 1975. El dedo
acusatorio del filme tiene largo alcance. «Es indignante que la comunidad
internacional no haya presionado a Marruecos para que respete los acuerdos
sobre derechos humanos que sirven para el resto del mundo». Mientras tanto, el
plan de paz concebido por las Naciones Unidas en 1988 sigue bloqueado y la
situación del pueblo saharaui, tanto en los campos de refugiados en Argelia
como en el territorio ocupado por Marruecos, es lamentable.
Uno de los clímax de «Hijos de
las nubes» se produce cuando Bardem entrega las 230.000 firmas para apoyar la
causa saharaui en Moncloa. Parece que el peso específico de tamaño volumen no
tuvo ninguna incidencia en las altas esferas del Gobierno. Prefirieron obviarlo
con un silencio: no sabe, no contesta. Más caso le hicieron a Bardem en el
Comité de Descolonización de la ONU, que le concedió tres minutos y cuarenta
segundos para poner en el mapa al pueblo saharaui.
Dirección y guión: Álvaro
Longoria. Intérprete: Javier Bardem. Fotografía: Josu Inchaustegui. España-EE
UU, 2012. Duración: 80 minutos. Documental.
LA RAZON 18 Mayo 12 - - S. SÁNCHEZ
De no ser porque Javier Bardem
descubrió el conflicto saharaui durante un festival de cine, este documental no
existiría. Son las paradojas de la fama: las causas humanitarias obligan a las
estrellas a poner los pies en el suelo, un baño de realidad les da un aspecto
más humano, más de vecino de al lado, un plus de confianza que sus admiradores
agradecen. Podríamos reprocharle a «Hijos de las nubes» el hecho de buscar un
clímax –el discurso de Bardem en la ONU– que quiere convertir a su portavoz, a
su motor e hilo conductor, en héroe de las causas perdidas, pero seríamos
injustos: que levante la mano quien conoce la compleja red de intereses
políticos y económicos que han provocado que los saharauis sigan siendo un
pueblo sin país, sin tierra propia. Aunque la película señala a los villanos
(Marruecos) sin cortarse un pelo, evita polémicas maniqueas a partir de un tono
deliberadamente divulgativo, didáctico, y explora, como lo haría el mejor
reportaje televisivo, las razones por las que España perdió el control sobre la
zona y Marruecos ha violado todas las disposiciones del Derecho Internacional.
Álvaro Longoria construye un discurso de lo más fluido combinando entrevistas,
breves animaciones y el relato de un periplo solidario que se encontró con más
de una puerta cerrada en los morros.

