NACIO Y VIVE
EN VILLAGARCIA DE LA TORRE, EN 1960
LIGADO AL
PUEBLO SAHARAUI DESDE 1995, AÑO EN EL QUE SE INICIO EL PROGRAMA 'VACACIONES EN
PAZ' Y NACIO LA ASOCIACION QUE PRESIDE
Comprometido
con el pueblo saharaui desde hace más de quince años, "no vamos a dejar tirados
ahora a tantas personas que nos necesitan". La voz la pone el presidente
de la Asociación Extremeña de Amigos del Pueblos Saharaui, el trabajo, decenas
de voluntarios que han hecho posible la labor de este colectivo tanto dentro de
la región como bajo el sol sahariano.
Esta
asociación, la única extremeña que coopera con el Sáhara, además de poner en
marcha cada verano el programa de acogida de menor saharauis 'Vacaciones en
paz', desarrolla en el campamento de refugiados de Tinduf tres proyectos que
intentan mejorar la vida de los que conviven ahora mismo con un sol que 'marca'
los 50 grados centígrados, la escasez de recursos y un conflicto que se
perpetúa en el tiempo, la lucha de un pueblo por tener voz y voto para decidir
si se convierte en un estado independiente o sigue sometido a Marruecos.
Ni el
secuestro durante nueve meses de la cooperante Ainhoa Fernández, encargada de
los proyectos de la asociación extremeña, ni las sospechas del Gobierno central
de una nueva amenaza en la zona de refugiados, soliviantan los ánimos de
quienes, como Eduardo Martín, confían en la libertad del pueblo saharaui.
--Hace dos
semanas, de la noche a la mañana el Gobierno central ordenó la repatriación de
los cooperantes en Tinduf. ¿Había algún extremeño en ese momento?
--No, en la
época de verano las circunstancias allí son muy duras, se superan los 50 grados
centígrados, y procuramos que el cooperante se venga en junio y luego se vuelve
a incorporar en octubre.
--¿Volverá
algún cooperante, porque según el Ministerio Tinduf es peligroso?
--Claro que
sí, en octubre tendremos alguno allí trabajando con nuestros proyectos. Ellos
viven en un campo de refugiados que no es peligrosa. Es una zona segura, nunca
se ha registrado ningún conflicto hasta el secuestro de Ainhoa y seguiremos
dando apoyo al pueblo saharaui, no lo vamos a abandonar allí a su suerte porque
lo diga el Gobierno. En Navidad seguiremos organizando vuelos para que vayan
las familias, como cada año, y con los mismos planes e ilusión que siempre.
--¿Entonces
no hay riesgos en Tinduf?
--Para nada.
Nosotros insistimos en que aquello es una zona segura y más donde se alojan los
que van allí, que es en territorio de Argelia. De hecho, un grupo de 30
voluntarios y cooperantes, entre los que no ha podido estar ningún extremeño,
acaba de volver a Tinduf para demostrar precisamente que la zona es segura,
como lo ha sido siempre, y que no hay ningún tipo de problema.
--¿Exagera
el Gobierno entonces al asegurar que tiene indicios de amenaza terrorista?
--Sí. La
decisión de repatriar a los cooperantes es una cuestión más bien política.
Tiene que estar Marruecos detrás presionando al Gobierno para que tomara esa
decisión, porque ya en su día, cuando ocurrió el secuestro de Ainhoa nos
llamaron del Ministerio de Asuntos Exteriores y nos pidieron que hiciésemos
declaraciones para lograr que se vinieran los cooperantes de allí. Nosotros nos
negamos porque aquello es una zona segura. Además, el Gobierno no nos ha
justificado en ningún momento que no lo sea.
--¿Por qué
está presionando Marruecos a España?
--Porque
quiere que abandonemos la zona y al pueblo saharaui a su suerte. Pero no lo
vamos a hacer. Existe un conflicto que afecta a Marruecos y mientras más se
abandona a su suerte a la población saharaui mejor para ellos. Los marroquíes
no quieren que los saharauis, que están en pleno proceso de autodeterminación,
se sometan a un referendum y están haciendo todo lo posible para que no se
convoque, está claro que eso es lo que ocurre detrás de todo lo que está
pasando ahora. Además, cooperantes hay en todo el mundo y en sitios mucho más
preocupantes. Malí por ejemplo es una zona más peligrosa y allí hay muchos
españoles pero el Gobierno no les exige que regresen.
--¿Cambian
sus planes tras los últimos acontecimientos?
--Por supuesto
que no, nosotros vamos a seguir trabajando allí como hasta ahora en los
proyectos que tenemos en marcha: los huertos por riego por goteo, en los que
ayudamos a cultivar hortalizas, un hospital de heridos de guerra y otro
proyecto de telecomunicaciones. Los saharauis nos piden que no les abandonemos
y no lo vamos a hacer por mucho que diga el Gobierno.
--¿Volverá
Ainhoa en octubre? ¿Cómo se encuentra tras nueve meses de secuestro?
--No sabemos
si volverá, está por ver. Ella está bastante floja, porque ha perdido mucha
masa muscular en este tiempo, pero de ánimos está muy bien. Esperamos que se
recupere del todo cuanto antes y ya hablará ella.
--¿Qué
saben de lo que le ocurrió?
--Poco porque
es un asunto que el Ministerio de Asuntos Exteriores lleva muy en secreto. Se
hablaba de que podría haber un saharaui implicado que podría haber ayudado a
los secuestradores pero no sabemos nada de cierto. Es un asunto delicado.