domingo, 19 de agosto de 2012

Los amigos y amigas del Sáhara Occidental creen que hay que estar presentes en la zona a lo largo de todo el año


HE formado parte de la delegación que ha viajado la semana del 7 de agosto de 2012 a los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia), en un viaje organizado por la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sahara (CEAS-Sáhara), que ha seleccionado a los y las participantes en el mismo: representantes de distintas asociaciones, ayuntamientos, universidades y ongs. La delegación, compuesta de 27 personas de casi todas las comunidades autónomas españolas, ha acudido en representación del movimiento solidario de los pueblos de España con el pueblo saharaui.
He participado en el viaje a propuesta de la Asociación Navarra de Amigos del Sahara (ANAS Navarra-Nafarroa), de la que soy socio hace años, organizadora, entre otras actividades solidarias con el pueblo saharaui, del programa Vacaciones en Paz, gracias al que niños y niñas saharauis pasan el verano en nuestra comunidad en convivencia con familias navarras. Agradezco a la asociación su confianza en mi persona para representarla.
El viaje se ha realizado a modo de respuesta a la injustificada y extemporánea decisión del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de repatriar a los y las cooperantes que trabajaban en los campos de refugiados saharauis, con un doble objetivo: evaluar sobre el terreno la repercusión que la arbitraria decisión del Ministerio había tenido sobre la situación humanitaria del pueblo saharaui; y comprobar que las medidas de seguridad adoptadas por el gobierno de la RASD eran suficientes para permitir el trabajo de los y las cooperantes en los campos de refugiados saharauis, y para la realización de las actividades del movimiento solidario español: visitas de delegaciones de instituciones políticas y sociales, de Universidades, de familias, organización de eventos… que desde hace años se realizan con total normalidad en los campamentos de refugiados saharauis.
El viaje ha sido un éxito y hemos tenido unos días tranquilos de convivencia con el pueblo saharaui y con sus autoridades, sin nada especial que temer, lo que demuestra que las medidas de seguridad adoptadas por el gobierno de la RASD en los campamentos de refugiados saharauis son suficientes y que se puede realizar las tareas de cooperación y solidaridad con normalidad, lo cual es muy positivo; pero hemos comprobado, también, que la ausencia de cooperantes está teniendo unos efectos muy negativos sobre la salud y la situación humanitaria de la población saharaui, cada vez de más emergencia por el retraso o la retirada de las ayudas, lo que nos ha obligado a reclamar al Gobierno español que reconsidere su decisión de retirar a los y las cooperantes por razones humanitarias.
Al final del viaje, la delegación ha hecho pública una nota en la que se recuerda que aplicar una solución política al conflicto del Sáhara Occidental, mediante el ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, es la única forma de lograr la estabilidad, progreso y desarrollo de la zona; y en la que se denuncia el abandono informativo al que están sometidos los y las saharauis que viven en los territorios del Sáhara Occidental ocupados ilegalmente por Marruecos, donde a diario se vulneran gravemente los derechos humanos de las personas por "delitos" tan graves como ondear una bandera saharaui o hacer sonar el himno nacional de la RASD.
Dicho lo anterior, me gustaría abordar algunas reflexiones personales surgidas en el viaje y relacionadas con el momento actual que vive el movimiento solidario con el Sáhara Occidental.
He dicho que el viaje ha sido a modo de "respuesta" a la decisión del Ministerio de Exteriores y Cooperación de repatriar a los y las cooperantes de los campamentos saharauis, pero no ha sido ningún "reto" al Gobierno español: nos hemos limitado a hacer lo que venimos haciendo desde hace años. Muchos de los participantes de la delegación, desde los años 80. Quien ha retado al movimiento solidario con el pueblo saharaui ha sido el señor Margallo, sin ser consciente de que no vamos a desertar de nuestro trabajo y de que no vamos a abandonar al pueblo saharaui a su suerte.
En aras a la mejor comprensión de este artículo de opinión, quiero dejar dicho que lo que nos ocupa no es un tema sólo de cooperantes, de cooperación al desarrollo en su sentido académico. La mayoría de los que hemos acudido en la delegación mencionada no somos en sentido estricto "cooperantes" que trabajan para las ongs de manera voluntaria o con sueldo, sino personas pertenecientes a las asociaciones que trabajan en las distintas facetas del movimiento solidario con el Sáhara Occidental.
Margallo ordenó hace dos semanas la repatriación de los "cooperantes" españoles que trabajaban en ese momento en los campamentos de refugiados saharauis, pero el movimiento solidario de apoyo al pueblo saharaui es mucho más amplio, abarca muchos más campos que el de las ongs, y es, a mi entender, lo que mas le duele a Marruecos y con lo que, en el fondo, quiere acabar el gobierno español.
Para los enemigos del pueblo saharaui, con quien se ha alineado con esta medida el gobierno del señor Rajoy, no se trata solo de intentar que la cooperación más formal, la de las grandes agencias y ongs más estables, deje de llegar a los campamentos saharauis, sino de vetar todas las actividades y visitas que a lo largo del año realiza el movimiento solidario de los pueblos de España.
En los contactos que hemos tenido con la prensa, una pregunta casi inevitable ha sido la de pedirnos una interpretación de los motivos del Gobierno español para adoptar esta postura. Mi respuesta ha sido siempre que el objetivo de la decisión del gobierno español es debilitar la resistencia del pueblo saharaui y romper la especial relación entre los pueblos del estado español y el pueblo saharaui. Lo que más molesta a quienes pretenden dejar pudrir el conflicto saharaui, con el convencimiento de que el tiempo juega a favor de Marruecos, es comprobar que el movimiento solidario de los pueblos de España con el saharaui no decae y que se sigue manteniendo una especial relación que no funciona con ningún otro pueblo en el mundo.
Romper esta estrecha relación de amistad y de solidaridad entre los pueblos de España y el saharaui es imprescindible para que Marruecos pueda cumplir sus deseos de borrar al pueblo saharaui del mapa como tal, y el señor Margallo y el Gobierno español, con su decisión de repatriar cooperantes, le han hecho un enorme favor a Mohamed VI, con la venia, cuando menos, de la conocida como Casa Real española.
Y la excusa ha sido la inseguridad del Noroeste de África y el terrorismo, que por lo visto sólo afecta a los campamentos de refugiados saharauis… no a Marruecos, ni a Argelia, ni a Mauritania… Y ello, cuando Marruecos es una pieza clave de esta inseguridad y es cómplice del terrorismo, porque es el mayor productor y distribuidor de hachís del mundo, y las bandas de terroristas y del narcotráfico son hermanas en la zona; y porque es el único país del entorno que no respeta las fronteras reconocidas internacionalmente, ni con el Sáhara Occidental ni con España, lo que impide la colaboración leal entre los países de la zona.
El intento de ligar terrorismo con frente Polisario y con saharauis ha sido una constante en la estrategia de Marruecos, apoyada ahora por el gobierno español, a pesar de que se sabe que el Frente Polisario ha dado muestras evidentes de rechazo al terrorismo, y que en los Territorios del Sáhara Occidental Ocupados ilegalmente por Marruecos se recurre a la intifada pacífica como lucha contra el invasor y las fuerzas represoras.
Volviendo al secuestro de cooperantes, una de las cosas que más me han indignado de la postura del Gobierno español y de la caverna española es la identificación de "cooperantes" con "secuestros" con "peligros inminentes", como si fueran los únicos que han sufrido secuestros… intentando transmitir la idea de que los cooperantes son unos irresponsables que nos van a costar dinero a todos los españoles (que pagamos impuestos) por su imprudencia.
Que yo sepa, el primer secuestro que terminó con el pago de un rescate fue el de unos pescadores en aguas de Somalia a manos de unas bandas armadas somalíes… ¿Y cuál fue la reacción del Gobierno español, además de conseguir mediante negociación la liberación de los secuestrados?... mandar a la Armada a proteger a los barcos españoles que faenan en las aguas peligrosas. ¿Por qué en el caso de los campamentos de refugiados saharauis repatria a los cooperantes en vez de colaborar en su seguridad cumpliendo sus compromisos del Plan de Seguridad existente? Evidentemente al Gobierno español no le preocupa la seguridad de los cooperantes, sino afianzar la política de hechos consumados del Reino de Marruecos y su ocupación del Sáhara Occidental.
Otra de las preguntas recurrentes ha sido "si no nos daba miedo viajar a los campamentos saharauis" después de un secuestro y de la afirmación del Gobierno español de que había un "peligro inminente de secuestro".
No he sentido miedo ni antes ni durante el viaje ni en ninguno de los más de treinta viajes que he realizado a los campamentos de refugiados saharauis. En primer lugar, porque nunca he dado credibilidad alguna al "peligro inminente" de Margallo, pues no es razonable creer que el Gobierno español tenga una información secreta de la zona que no conozcan los servicios secretos argelinos ni los saharauis; y, en segundo lugar, porque la posibilidad de que en los campamentos de refugiados saharauis se produzca un segundo secuestro es la misma que la de que en Nueva York vuelvan a chocar unos aviones contra unos rascacielos, o que en Marruecos explote una bomba en un restaurante en el que haya españoles… No más. El ejército de liberación y todas las fuerzas policiales saharauis están en estado de alerta y la seguridad en los campamentos es muy alta.
Además, la mayor seguridad en los campamentos de refugiados saharauis es la derivada de la hospitalidad cultural e histórica del pueblo saharaui. En la jaima, el huésped es como un dios y nunca está en peligro. Cuando se quiere ligar inseguridad con pueblo saharaui se está actuando de mala fe, porque el riesgo que pueda haber no va a nacer nunca de dentro de la sociedad saharaui, del pueblo saharaui, que trata al huésped como a un hermano. El riesgo siempre vendrá de fuera, en forma, ahora, de grupo de terroristas ligados al narcotráfico con origen en Marruecos. Viene a cuento recordar que el índice de criminalidad en los campamentos saharauis es muy bajo, como recordó el representante de Acnur en la reunión que tuvimos con las agencias de la ONU, que, por cierto, no tienen intención de moverse de los campamentos saharauis: ni Acnur, ni el Pam, ni Unicef.
Otra pregunta fija en las entrevistas que se nos han hecho a los miembros de la delegación ha sido la de "¿y ahora qué, cómo ves el futuro de la cooperación con el pueblo saharaui que vive en los campos de refugiados?". Como he dicho antes, una vez diferenciado lo que es cooperación de lo que es movimiento solidario, mi opinión es que la Cooperación con mayúsculas, la de las agencias importantes y la de las grandes ongs, no está en riesgo, y las ongs que se han ido de los campamentos saharauis volverán poco a poco. Pero esta cooperación más oficial no atiende ni el 50% de las necesidades de los refugiados saharauis.
Lo que está en riesgo son las actuaciones en otros tipos de cooperación más local y menos centralizada y estructurada, menos formal, que tanto se da en los campamentos de refugiados saharauis: de ongs dedicadas exclusivamente a la cooperación con el pueblo saharaui, de ayuntamientos, de universidades, de colectivos… y las muchas demostraciones de solidaridad y apoyo que a lo largo del año se realizan desde distintas instituciones, desde las familias y desde distintos movimientos solidarios.
Esta es mi mayor preocupación al final del viaje. Los enemigos del pueblo saharaui están empeñados en hacer desaparecer el especial movimiento solidario que los pueblos del estado español tienen con el pueblo saharaui. Y, por eso, nuestra respuesta tiene que ser no ceder ante sus presiones y los amigos y las amigas del Sáhara Occidental debemos seguir apoyando al pueblo saharaui sobre el terreno, en la hamada argelina, no se debe romper la continuidad existente hasta ahora de este tipo de visitas. Los amigos y amigas del pueblo saharaui tenemos derecho a seguir disfrutando de la hospitalidad saharaui y debemos estar presentes durante todo el año en los campos de refugiados saharauis. Esta es mi conclusión del viaje.
Nota final: no quiero terminar esta colaboración con el DIARIO DE NOTICIAS sin agradecer al periódico y a su director el empeño que han tenido en hacer un seguimiento detallado del viaje. Mila esker.