Las buenas intenciones no bastan. El
Consejo de Seguridad de la ONU decidió prorrogar otro año más las actividades
de su misión especial en el Sahara Occidental (Minurso), en busca de una
solución política al conflicto basada en el derecho inalienable del pueblo saharaui
a la autodeterminación
Las buenas intenciones no bastan. El
Consejo de Seguridad de la ONU decidió prorrogar otro año más las actividades
de su misión especial en el Sahara Occidental (Minurso), en busca de una
solución política al conflicto basada en el derecho inalienable del pueblo saharaui
a la autodeterminación.
Sin embargo, el organismo internacional
continúa sin otorgarle poderes a la Minurso para supervisar la cuestión de los
derechos humanos en ese territorio, tal y como reclama el Frente Polisario, máxima
fuerza política saharaui.
Según el representante de ese pueblo en
Nueva York, Ahmed Bujari, esta “anomalía” de la Minurso “permite a Marruecos
continuar oprimiendo a la población en el territorio ocupado” desde 1975 y
“mina la credibilidad de las Naciones Unidas”.
Miles de personas se han visto forzadas a
permanecer en campos de refugiados. Foto: Sahara Press
Durante casi cuarenta años el pueblo
saharaui ha visto privado de sus más elementales derechos y su total
independencia. Miles de personas han muerto y otras miles se han visto forzadas
a permanecer en campos de refugiados o separadas de sus familias por un muro
minado de más de 2
700 kilómetros .
Tras décadas de enfrentamiento con las
fuerzas ocupantes, en 1991 el Frente Polisario declaró un alto al fuego para
que se celebrasen elecciones que definieran de una vez y por todas la situación
del Sahara Occidental. Pero el anhelado sufragio nunca se realizó y continúa
aplazándose en virtud de los intereses monárquicos sobre una de las tierras más
ricas de África en petróleo, fosfatos y recursos pesqueros.
La supervisión del respeto a la vida y la
dignidad de los hombres también ha sido un histórico reclamo del movimiento
independentista saharaui, que cuenta con claras pruebas de las infracciones
marroquíes en este sentido.
El propio secretario general de las
Naciones Unidas, Ban Ki-moon, presentó a inicios de abril un informe en el que
abogaba por mantener monitorizada de manera “duradera, independiente e
imparcial” la cuestión de los derechos humanos en el Sahara Occidental.
El informe de Ban también incluía
advertencias sobre la explotación de los recursos naturales de la zona, otra
reclamación habitual del Frente Polisario.
No obstante, la resolución aprobada ahora
solo alienta “a las partes a que colaboren con la comunidad internacional para
formular y aplicar medidas independientes y creíbles que aseguren el pleno
respeto de los derechos humanos”. Es decir, no resuelve nada.
Para Marruecos la resolución fue un éxito
rotundo. El embajador marroquí en la ONU, Omar Hilale, aseguró que su país está
“muy satisfecho” y agradeció al Consejo de Seguridad su “comprensión” sobre las
“implicaciones regionales, políticas y de seguridad” del conflicto, informa la
agencia EFE.
Marruecos propone hace tiempo un plan de
autonomía relativa para la región y fuentes oficiales han explicado, según la
misma agencia, que “cualquier otra opción es literalmente imposible (…) porque
nadie va a echar a los marroquíes de una tierra en la que se han hecho tantas
inversiones y progresos en los últimos años”.
Pero mientras la monarquía asegura sus
dividendos en el jugoso pastel, los saharauis enfrentan torturas, desalojos,
encarcelamientos arbitrarios y otras formas de represión que han dejado
secuelas irreparables en hombres, mujeres, niños y ancianos.
“Desde el 2005, cuando nuestra población en
los territorios ocupados comenzó a manifestarse mediante lo que llamamos la
Intifada (método de protesta pacífica), ha habido mucha represión por parte de
las autoridades marroquíes. Se están violando los derechos humanos de los
civiles saharauis, llegando incluso a someterlos a juicios militares, y la
Minurso no puede hacer nada al respecto porque Marruecos no lo permite”, afirmó
el embajador de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en Cuba,
Malainine Etkana, en una entrevista con Granma a finales del año pasdo.
“Si bien estamos dispuestos a seguir
negociando con la mediación de la ONU, los saharauis no descartamos la
posibilidad de volver a las armas para que de una vez el Sahara sea libre. No
podremos soportar para siempre la intransigencia de Marruecos y que este país
siga rechazando la legalidad internacional”, añadió entonces el diplomático.
Ahmed Bujari, por su parte, enfatizó este
martes que “el pueblo del Sahara Occidental no se siente intimidado por la
intransigencia de Marruecos y permanecerá en su legítima lucha”. Asimismo,
ratificó la importancia de que la ONU continúe participando de forma plena
hasta que se determine el estatuto jurídico definitivo del territorio, hoy no
autónomo bajo ocupación ilegal y sujeto a un proceso de descolonización.
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