Con retraso una vez más, el juicio-farsa a
los presos de Gdeim Izik comienza sin su presencia en la sesión. El presidente
ha enviado al comisario jefe para que les lea el artículo 423 de la legislación
marroquí e indica al secretario que eleve al relatorio su no comparecencia
haciendo constar que hay tres de baja hospitalaria. Están ausentes también los
abogados de la parte civil.
Toma la palabra el fiscal que continúa con
el relato de “cuento infantil de terror”, con asesinatos, donde nunca
aparecieron los cadáveres, con nueve autopsias redactadas en dos días por un
cirujano, aun siendo los pretendidos cadáveres once. Sigue insistiendo el PGR
(procurador general del reino) en el delito de banda armada, en el
almacenamiento de armas de destrucción masiva que repartían a los acampados:
palos, piedras, cuchillos, bombonas de gas butano, coches 4×4.
Llegando a afirmar que todo está claro:
“pruebas de armas de destrucción masiva, videos grabados, testigos y actas
firmadas voluntariamente y sin ningún asomo de tortura”.
Entrega un conjunto de fotocopias al
tribunal. La parte civil que apareció por fin también entrega algo similar y se
cede la palabra a la defensa de oficio que solicita aplazar la sesión hasta
mañana para al menos poder leer los alegatos presentados. Se suspende la comedia
hasta mañana a las diez de la mañana.
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