*Fuente: EFE. París, 11 mayo 2018.- La profesora
francesa Claude Mangin-Asfari, esposa del activista saharaui Naama Asfari,
mantiene una huelga de hambre, que entra hoy en su 24 jornada, en señal de
protesta contra la prohibición del Gobierno marroquí de pisar el país y visitar
a su marido, encarcelado desde 2010.
Asfari fue encarcelado junto a otros 24
militantes y condenado a treinta años de prisión tras el desmantelamiento del
campamento de Gdeim Izik, a las afueras de El Aaiún, en el que once agentes
marroquíes y dos civiles saharauis fueron asesinados.
Considerados culpables de homicidio y
formación de banda armada, Asfari y sus compañeros fueron condenados a 30 años
de prisión, de los que han cumplido ya siete, aunque los observadores del
juicio denunciaron la falta de pruebas y condenas basadas en confesiones
policiales obtenidos bajo tortura.
"Hasta 2016 pude ver a mi marido con
normalidad, pero desde entonces me han rechazado la entrada hasta en cuatro
ocasiones", asegura a EFE Mangin-Asfari para quien el veto de Marruecos
coincidió con la condena del Comité contra la Tortura contra el Reino de Marruecos
por maltratos hacia su marido.
Esta francesa de 62 años cumple la huelga
de hambre en unas dependencias del ayuntamiento de Ivry-sur-Seine (sureste de
París), donde recibe el apoyo del alcalde comunista, Philippe Bouyssou, y de la
Asociación de amigos del pueblo saharaui (AARASD).
Mangin-Asfari, que no parará la protesta
hasta que Marruecos le permita volver y visitar a su marido, quería también
implicar a las autoridades francesas para que se posicionen como mediadoras con
Rabat.
El pasado 30 de abril, el presidente
Emmanuel Macron pidió en un comunicado al ministro de Asuntos Exteriores,
Jean-Yves Le Drian, que tome cartas en el asunto.
"La situación avanza y en los últimos
dos días he recibido dos emisarios del Gobierno para decirme que la cuestión
lleva su tiempo porque Marruecos no responde, pero esperan volver rápidamente
con un sí o un no", sostuvo Mangin-Asfari.
La mujer, que ha perdido siete kilos desde
el inicio de la huelga, ha seguido comunicándose con su marido por teléfono
pero denuncia que desde que inicio del ayuno a Asfari le han quitado la silla y
la mesa que tenía en su celda.
Además, se muestra preocupada por no haber
conseguido hablar con él desde el pasado lunes, lo que no le parece "una
buena señal".
"Independientemente de sus opiniones,
las familias del resto de prisioneros pueden verlos, pero Claude no. Es una
muestra de la arbitrariedad de Marruecos y su política de alejar a los
extranjeros señalados por los servicios de inteligencia por apoyar la
autodeterminación", critica Régine Villemont, presidenta de AARASD. EFE
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