DIARIO SUR 25.04.12 - RAQUEL MERINO | MÁLAGA.
Bajo la dirección de Pedro
Pérez-Rosado, encarnan a dos hermanas que se reencuentran en un campamento de
refugiados tras 16 años
Memona Mohamed y Nadhira Mohamed,
actrices de la película 'Wilaya'.:: Jaime Gallardo
Como en 'Wilaya', Nadhira
Mohamed (Fatimetu) pasa mucho tiempo en España, mientras que el día a día de
Memona Mohamed (Hayat) transcurre en un campamento de refugiados. Pero, lejos
de existir entre ellas grandes diferencias, las dos entienden del mismo modo la
lucha saharaui y coinciden en el papel esencial que la mujer tiene en ella.
-A pesar de tener el mismo
apellido, hay que dejar claro que no sois hermanas en la vida real.
-Memona Mohamed (M.M). En
realidad, somos hermanas de alma.
-Nadhira Mohamed(N.M). Pedro
quería que los actores interiorizaran lo que él quería hacer. Por ello, vivimos
juntas durante el rodaje, nos despertábamos juntas, bailábamos, nos reíamos y
también nos apoyábamos en el trabajo. Así logramos la complicidad que se
aprecia en la película.
-¿Qué fue lo que os enganchó a
este proyecto?
N. M. El papel de la mujer, lo
que iba a suponer que la gente viese lo que son capaces de hacer las mujeres
saharauis. Y, en mi caso, lo que más me llamó la atención fue el personaje de
Fatimetu. Creo que es importante que el mundo sepa cuál es la realidad de la
mujer saharaui.
-M.M. Comparto lo que ha dicho
mi compañera. Quería demostrar de lo que es capaz la mujer saharaui, su fuerza
y la voluntad que tiene de seguir hacia delante.
-En este sentido, ¿cómo veis a
la mujer dentro del pueblo saharaui?
-N.M. De la misma manera. Está
muy claro su papel. Desde que los hombres empezaron a luchar en 1975 la mujer
ha sido quien ha levantado al pueblo, quien ha hecho de médico, de padre, de
madre..., y quien ha consolado a los hijos cuando se han quedado sin un hermano
caído en la guerra.
-Y vuestros puntos de vista
sobre la cultura saharaui, ¿son muy diferentes, una desde España y la otra
desde el Sahara?
-N.M. Es verdad que venimos de
una cultura musulmana, con unas costumbres muy arraigadas. Cuando llegas a
España y convives con occidentales te planteas si quieres esa vida. Pero miras
atrás, piensas en tu infancia y en el sentido que tendría tu vida si no te
hubieses criado en esos campamentos de refugiados. Por ello siempre intento
tomar lo mejor de cada cultura, fusionarlo y aplicarlo a mi vida
-M.M. Somos una cultura
abierta, que se adapta a situaciones nuevas. Por ejemplo, en Argelia no está
bien visto que una mujer coma sola en un restaurante, sin embargo, en mi
cultura, al estar más unida a la occidental, ya se considera algo normal de las
nuevas generaciones.
-¿'Wilaya' refleja la vida en
los campamentos de refugiados?
-N.M. Hay mucha ficción. Por
ejemplo, nosotros somos muy alegres, nos gusta la fiesta, cantar, bailar, estar
en familia. La película, sin embargo, cuenta un drama. Pero, créeme, a pesar de
estar en los campamentos, lo que nos hace aguantar es la felicidad en la que
vivimos.
M.M. Hay personas que pasan un
tiempo con nosotros para prestar ayuda y les sorprende ver a las familias
felices con lo que tienen y a los niños siempre con una sonrisa en los labios.