GENERACCION. Por: Ricardo
Sánchez-Serra (*) 18 de septiembre 2012
Habíamos adelantado la
primicia a GENERACCION que el rey
marroquí Mohamed VI –tan anunciado con bombos y platillos- no venía a
Lima para participar en III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América
del Sur-Países Árabes (ASPA), a la que ha preferido desairar.
La embajadora marroquí Oumama
Aouad habría sorprendido a la Cancillería peruana al confirmar su asistencia, a
pesar que ya se sabía que el rey no vendría. Lo que debe molestar es la pérdida
de tiempo del canciller Rafael Roncagliolo de viajar 9.000 mil kilómetros hasta
Rabat, la capital marroquí, portando la invitación personal del presidente
Ollanta Humala al gobernante autocrático marroquí, quien según su denominación
oficial es "El Rey, Amir Al mouminin (Comendador de los creyentes),
Representante Supremo de la Nación, Símbolo de su Unidad, Fiador de la
permanencia y de la continuidad del Estado, vela por el respeto al Islam y a la
Constitución”.
Simplemente el Mohamed VI hace
con los países lo que quiere, total se baña en oro. Luego de trece años en el
poder es, según la revista financiera Forbes, uno de los hombres más ricos del
mundo. Y su fortuna se ha duplicado en los últimos años: al 2008 ascendía a 2,5
mil millones de dólares.
De antemano se sabía que no
vendría al ASPA
Desde mediados de agosto se
conocía en los diarios españoles que el rey no asistiría, porque se había
pospuesto la Reunión de Alto Nivel que celebran periódicamente Marruecos y
España, del 12 de setiembre al 3 de octubre. Sin embargo, a fines del mismo mes
la Cancillería peruana aún sin la información oficial del retracto marroquí,
seguía anunciando la presencia de Mohamed VI. No había, pues, compromisos
hechos con anterioridad, sino que simplemente el monarca no quiso venir a Lima,
a tal punto es grave que los propios marroquíes propusieron a España no
realizar su reunión bilateral en setiembre y ellos mismos la pasaron al 3 de
octubre. ¿Por qué no pudo ser en otra fecha que no coincida con la Cumbre ASPA? ¿Por la agenda de Rajoy? ¡Pamplinas!
Para Marruecos la reunión con
España es mucho más importante, ya que recibe muchos más beneficios al luchar
aparentemente contra la inmigración y el narcotráfico y pedirle a Madrid que
ruegue para que le aprueben los acuerdos con la Unión Europea en materia de
agricultura y pesca, suspendidos por el Parlamento Europeo debido a que
utilizan los recursos de los saharauis, cuyo territorio no autónomo y en
proceso de descolonización, fue invadido por Marruecos en 1975 y que siguen
usufructuando. Pocos días antes, se desarrollará el primer foro parlamentario
entre ambos países para ver los mismos temas y el conflicto del Sáhara
Occidental.
Desinterés por Latinoamérica
Ello confirma una vez más el
completo desinterés de Marruecos por Latinoamérica y que solo abrió embajadas
luego que varios países del área restablecieron relaciones diplomáticas con la
República Árabe Saharaui Democrática (RASD), con el propósito que, a través de
lobbies, prebendas y viajes, congelen
sus relaciones con los saharauis, cuyo territorio fue invadido por Marruecos a
pesar de las protestas de la ONU y la comunidad internacional.
Algunas naciones
latinoamericanas sucumbieron a las prebendas, otras valientemente y en ejercicio
de su soberanía se opusieron y mantuvieron las embajadas saharauis junto a las
marroquíes sin problemas, como debe ser y como las hay en otros países del
orbe. Cabe señalar que un congelamiento de relaciones no significa que se
desconozca a un país. Al respecto, debe recordarse el artículo sexto de la
Convención sobre Derechos y Deberes de los Estados (firmada por el prestigioso
canciller Alfredo Solf y Muro), que dice: “el reconocimiento de un Estado
simplemente significa que el Estado reconoce que acepta la personalidad del
otro con todos los derechos y deberes determinados por el derecho
internacional. El reconocimiento es incondicional e irrevocable”.
Cuando un país se dispone a
abrir o reabrir las embajadas de la RASD, a los marroquíes les da pataleta,
mueven todas sus influencias –internas y externas, como Felipe González, por
ejemplo-, prometen inversiones –que nunca llegan-, amenazan retirar su
embajada, aseveran que sus “padrinos” España y Francia se molestarán y toda
clase de movidas inimaginables.
Los diplomáticos marroquíes
son bien agresivos a tal punto que se inmiscuyen en los asuntos internos, al,
por ejemplo, pretender presionar a las cancillerías a que no reciban al
canciller o a un enviado especial saharaui; asimismo, a intentar influir a los
congresistas a que no se realice algún evento político o cultural saharaui. Sin
ir tan lejos, siendo solo un conferencista, a mí me agredieron verbalmente en
el III Congreso Internacional de Derechos Humanos, desarrollado en Lima, siendo
abucheados por los asistentes.
Las relaciones con Marruecos
no son significativas, es un país más, a quien hay que guardar el respeto
cuando guardan respeto.
Unos dirán: “no viene el rey,
pero vienen otros funcionarios y empresarios y eso suple”. No es así, en ese
tipo de monarquías feudales como la marroquí, el rey y los nobles manejan todo
y son los dueños de todo. No se mueve una pluma sin permiso del monarca.
Las cancillerías no deberían
dejarse engañar y menos presionar. Los países son soberanos y deben tomar sus
decisiones independientemente, sin influencias internas de sus felipillos
(traidores) y menos externas. Por algo en el Perú estamos emancipados desde
1821.
(*) Periodista. Miembro de la
Prensa Extranjera. Analista internacional.