martes, 11 de diciembre de 2012

Ejemplo de la fraternidad y convivencia religiosa para los saharauis, Mohamed Fadel Semlali el coordinador de la Iglesia de Dajla, Villa Cisneros, ciudad ocupada saharaui



*Fuente: Radio Maizirat / Traducción: Poemario por un Sahara Libre
10/12/12
Ver Video
Mi historia comienza cuando tenía cuatro años, a raíz de la polio que padecí. Éramos un grupo de niños de Dajla y El Aaiun y la metrópoli española nos trasladó del Sahara a Las Islas Canarias, en especial a Tenerife. La entonces Sección Femenina en el Sahara fue la que se encargó de nuestro caso. Allí en España estuvimos varios años, nos hicieron algunas operaciones y luego nos trasladaron a San Juan de Dios en la Península, un centro especializado en nuestro caso de polio. Estuve en ese centro hasta que en 1974 volví al Sahara; no volví a regresar a España hasta 1981. En todo ese tiempo me encontré con el proceso que nacía en el Sahara y todo lo que acontecía entonces, por lo que decidí quedarme en el territorio. En ese tiempo descubrí que hay un momento en el que uno mismo ve cómo va perdiendo su lengua hasania.
El grupo de chicos estuvimos estudiando en una escuela religiosa, de religión cristiana, donde nos daban la historia de la religión como nosotros aquí aprendemos la religión musulmana y su historia. Y yo superaba en mi dominio a todo lo que nos daban de materia a los otros españoles. El profesor preguntaba a los estudiantes si no les asombraba que un estudiante musulmán les superaba en los conocimientos de su propia religión. Me gustaba mucho la historia en todos sus ámbitos, me aprendía a través de la Biblia la historia de todos los profetas y otras historias. Cuando volví aquí, al Sahara, me encontré con otro mundo, veía todo cambiado, las costumbres no eran las mismas, hasta pronunciar algunas palabras resultaba chocante, por las reglas tradicionales. Hasta el extremo de que cuando alguien visitaba nuestra casa, nos decían: vosotros iros a las otras habitaciones, y con esto llegas al límite, incluso no a tener ganas de vivir.
Desde el 95 para acá mi vida ha experimentado un radical vuelco, porque entes era una rutina. Y yo decía: “¿por qué estoy así, por qué tengo el polio?”. Pero desde que empecé en esa actividad, gracias a la ayuda de mis hermanos, mis amigos y familiares, he podido encontrar trabajo para salir hacia delante. Tengo mi conciencia, tengo mis cosas, he podido vencer a las dificultades, he podido encontrar trabajo, crear una familia y tener hijos. Ahora en mi situación miro cómo ayudar a los demás. Mi relación con la iglesia es de trabajo y compromiso y empecé a ayudar en lo que sea, interpretar, traducir hasta que con el tiempo y la confianza se ha afianzado esa confianza y me convertí en el coordinador de la iglesia de Dajla.
Sentí que aquel bien que me han hecho de pequeño ahora yo quería devolverlo. Encontré algunos libros en los que tratan mi caso y me definen como el cónsul de la iglesia saharaui. Con esto no quiero decir que me he convertido en su religión, si no que velo por conservar ese legado cultural religioso que nos han dejado y que debemos proteger como un patrimonio cultural nuestro y para las futuras generaciones. Y con esto  queremos hacer llegar al mundo nuestro verdadero rostro saharaui, y desmentir lo que se dice de nosotros. No somos extremistas ni radicales en la religión, queremos conservar esta iglesia y demostrarle al mundo que así somos.
Dios no hace diferencia entre las tres religiones, para nosotros los musulmanes, cristianos y judíos. Y el prójimo como a ti mismo, cualquier persona debemos tratarla como tratamos nosotros mismos, y si así conseguimos estos dos pasos, todos nuestros problemas estarán solucionados.