viernes, 6 de noviembre de 2015

Mohamed VI visita un Sáhara ocupado blindado en el 40 aniversario de la Marcha Verde

El Aaiún, con las calles repletas de banderas marroquís y carteles de Mohamed VI. / Foto cedida por Nazha El Khalidi, de Equipe Media.
Las calles de El Aaiún engalanadas con la bandera marroquí para celebrar el aniversario de la Marcha Verde. / Foto cedida por Nazha El Khalidi, de Equipe Media.
"Las autoridades de la ocupación van de casa en casa exigiendo la asistencia al recibimiento del rey, o nos recortarán los sueldos", dice una saharaui
Este 6 de noviembre se cumplen 40 años de la marcha militar marroquí que empujó al exilio forzoso a miles de saharauis que no han podido regresar a sus hogares
Los saharauis denuncian limitaciones en sus movimientos, represión y hostigamiento en la preparación del acto de bienvenida del rey marroquí
Desde 1975 el 6 de noviembre está marcado en el calendario oficial marroquí como fiesta nacional para conmemorar la 'Marcha Verde' y hacer honor a aquel despliegue militar disfrazado de manifestación pacífica y popular, ideado por el anterior monarca, Hassan II, que penetró en el territorio saharaui, por aquel entonces provincia española.
Este acontecimiento marcó un antes y un después en la vida del pueblo saharaui, que en aquella época ya reclamaba el derecho a la autodeterminación, y que a día de hoy no consigue alcanzar.
Celebrar el aniversario de Al Massira o Marcha Verde, significa celebrar el abandono de las tropas españolas en la colonia africana y  el exilio forzoso de cuatro generaciones de saharauis condenados a vivir en los campamentos de refugiados en Argelia, justo al otro lado del muro levantado por Marruecos y plagado de minas antipersona.
Al mismo tiempo es sinónimo de festejar la desaparición de los más de 500 saharauis y el caso omiso al derecho internacional que determina al Sáhara Occidental como territorio no autónomo. Pero sobre todo es rendir homenaje a los 40 años de ocupación ilegal de Marruecos, así como al expolio de sus recursos naturales y la violación sistemática de los derechos humanos de los saharauis que allí resisten.
Todos estos motivos son suficientes para que el rey Mohamed VI acuda a "las provincias del sur" –eufemismo que él mismo utiliza para referirse a las zonas ocupadas del Sáhara– y apelar a la "marroquinidad", aunque esto suponga ir en contra del derecho internacional.
Enorme dispositivo de seguridad
Los preparativos de la visita del monarca a El Aaiún, donde está previsto que pronuncie su discurso efeméride de la Marcha Verde, han sido protagonizados por un gran despliegue de seguridad bajo la batuta del ministro de Interior, Mohamed Hassad, que se desplazó a la ciudad.
Estos días en las redes sociales se pueden encontrar imágenes, que dan prueba de la aplastante presencia militar y policial en los territorios ocupados. En ellas se aprecian carreteras que parecen no tener fin, atestadas por filas de tanques y carrocería del ejército, rumbo al Sáhara. Esta puesta en escena muestra el estado de sitio que intimida y bloquea los intentos de libertad de expresión de la población saharaui que, a día de hoy y tras cuatro décadas de invasión, representa menos del 20% de la demografía.
"Todo este bloqueo militar y policial me trae recuerdos de la invasión del Sáhara en 1975. Siento asfixia". Son las palabras de Fatma Abdallahi, una mujer saharaui que fue testigo de la Marcha Verde y víctima de sus consecuencias. Abdallahi explica a eldiario.es los abusos a los que se están viendo sometidas las familias saharauis ya que "las autoridades de la ocupación van de casa en casa exigiendo la asistencia al recibimiento del rey, o de lo contrario recortarán nuestros sueldos y trabajos ", afirma.
La sección en El Aaiún de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), que trabaja desde la clandestinidad para velar por las libertades, ha publicado un informe en el que da testimonio del bloqueo policial en la capital, impidiendo la libre circulación de los ciudadanos saharauis.
Frente a la represión de estos días, que forma parte de la vida cotidiana en las zonas ocupadas, los saharauis se han organizado para salir a la calle y celebrar concentraciones en oposición al régimen y denunciar la vulnerabilidad a la que están expuestos, entre otras cosas, en materia de derechos sociales. Todas estas protestas han sido duramente reprimidas por la gendarmería marroquí, que según fuentes locales, también han aprovechado la oleada de tensión para realizar detenciones arbitrarias a activistas.
Maradona, estrella de Marruecos
Esta actitud represiva por parte de los cuerpos de seguridad brilla por su ausencia en las manifestaciones como la que lideraron colonos marroquís la noche del miércoles, recorriendo las calles de El Aaiún a grito de "viva el rey" y "muerte al enemigo".
El broche final del aparato propagandístico de Rabat en esta celebración lo pone el célebre futbolista y exentrenador de la selección argentina de balompié, Diego Armando Maradona, que según la prensa marroquí, viajará a la capital del Sáhara Occidental donde participará en un partido de exhibición organizado por la Real Federación Marroquí de Fútbol.
La noticia no ha pasado desapercibida para la opinión pública. El movimiento de solidaridad con el pueblo saharaui llama al boicot del evento y de la estrella futbolística, para que no preste su imagen a la ocupación y opresión de este pueblo, y recuerda: 40 años bastan.

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